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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 


14-2-2004

 

¿Para qué valgo?

En la Iglesia hay gente que piensa que cada persona es un tesoro. Y nos ayuda a buscar el tesoro que somos.

Apreciados orejas:

Encontre este escrito haciendo un traslado. En su dia me ayudo mucho. Fue publicado en la hoja dominical de la diocesis de Barcelona en el año 97. Su autor es J.M. Alimbau. Se titula: ¿Para que valgo?

(A continuación del escrito, Hormiguita hace unas consideraciones sobre el Opus. Está colocado en Tus escritos).


Queridos todos:

Adjunto la traducción del testimonio de "R." de Brasil: ¿Despedida?. Creo que responde fielmente al original en portugués y siempre es interesante "internacionalizar" los testimonios.

Se titula "¿Es el fin?" y comienza así:

El pasado 21 de diciembre me dirigí a la Comisión Regional del Opus Dei en Brasil, con una carta al Prelado en la que solicitaba la dispensa de los compromisos asumidos al incorporarme a la Prelatura como numerario.

Los que conocen mi profunda y vital implicación con el Opus Dei en esos últimos 22 años, pueden hacerse una idea de lo difícil y doloroso que fue para mí tomar esa decisión...

(El testimonio de "R." -que ha sido traducido por Galileo- está en Tus escritos y se titula: ¿Despedida?)


Qué le debemos al Opus Dei

Respetado José A.:

Bueno es reconocer las deudas. Sobre todo por aquello de que “No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague” (título de una lamentable versión del mito de Don Juan perpetrada por Antonio Zamora en el siglo XVIII)

Personalmente he ido dejando por el camino deudas con diversas instituciones, que ignoro si algún día lograré satisfacer, o si me serán reclamadas en algún momento.

Por ejemplo, le debo al Ejército Español haber mejorado mi psicomotricidad, gracias a las apasionantes sesiones de instrucción en orden cerrado que me proporcionaron desinteresadamente distintos capitanes y alféreces especializados en la materia. A esta misma entidad supongo que habré de agradecerle mis conocimientos sobre mecanismo y limpieza de diversas armas automáticas y semiautomáticas; incluso le debo la constatación de que la trigonometría es una ciencia absolutamente falaz, una vez comprobado que su aplicación al tiro de mortero conduce inexorablemente a la demolición parcial del gallinero del coronel.

Lo que no sé es si tan interesantes aportaciones a la formación física e intelectual del que suscribe justifican su inmersión en la estupefacción semi-paranóica durante una larga temporada y la penosa pérdida de tiempo (¿Quod enim est tempus…?) aplicada a la entrega de una manta a lo largo de una jornada completa. Máxime cuando mi intención de utilizar cualquier género de arma contra mis semejantes es francamente nula.

Por lo que respecta a la profunda formación adquirida en los llamados estudios internos, debo reconocer que jamás en mi vida me he aburrido tanto, ni he hallado un abismo más profundo entre la sapiencia vigente y la doctrina emitida por unos mentores realmente medievales. Andaba uno por aquellos años interesadillo por “El Pensamiento salvaje” (L. Strauss), “El Aula sin muros” (McLuhan), “Introduction to a theory of the syntax” (N, Chomsky) y pijadas por el estilo, en tanto que se enfrentaba al estudio de cosas tales como la Metafísica del Aquinate en versión de Don Simplicio Mernabo, presbítero numerario del Opus Dei. ¡Tremendo choque!

Si se me permite una pequeña digresión, diré que Don Simplicio Mernabo fue precedido por las trompetas de la fama interna bajo la denominación “poeta”… “Es que Simplicio es un poeta”. A la primera tertulia que se le puso por delante, nuestro Simplicio Mernabo se dispuso a mostrar sus condiciones poéticas, se caló las gafas, abrió un libro, nos miró arrobado y con su mejor falsete emitió: “La luna bajó a la fragua / con su polisón de nardos… (gran pausa emotiva)… y siguió, siguió sin reparar en los rubores provocados por la vergüenza ajena o leporia que se abatía en oleadas sobre el sector culto de la afición (entonces bastante numeroso). Pues aplíquenlo a la Metafísica y verá, verán…

Luego estaban las clases de un par de profes verdaderamente conocedores de sus respectivas materias rebajados a cambiar el chip y resignarse a explicar la llamada psicología de la perennis, siendo así que el hombre sabía psicología de la de verdad; o la lógica esa del Barbara Celarent, cuando el sujeto era un auténtico experto en lógica matemática… ¡Anda que no se les notaba lo que sufrían!

Menos mal que de vez en cuando caía una quolibeta (Q.Q.) a cargo de un colega físico, que hasta llegó a hacer penetrar en mi obtusa mente algunos conocimientos sobre física cuántica para analfabetos de letras. Era un consuelo.

¿Es que no tengo, entonces, nada que agradecer al Opus Dei? Pues la verdad es que sí: las amistades particulares, aquello que precisamente estaba completamente prohibido, pero se practicaba con auténtico descaro. La verdad es que mi selecto círculo de amistades particulares desertó en bandada casi al completo, lo cual me permitió estrechar fuera los vínculos de amistad, ya sin ninguna limitación ni disimulo. Con algunos sigo en contacto, otros no sé por dónde paran, pero todos ellos son inolvidables.

Respecto a la formación interna, conservo algunos latinajos que me vienen de perilla para pedantear a mis anchas y poco más. Me he tenido que ocupar de ir incrementando la ignorancia por mis propios medios.

Para mí que la erudición de nuestros corresponsales más sapiens sale de fuente bien distinta que los terroríficos semestres aquellos.

Mis más afectuosos reproches.

Antrax


Estimada M. de A:

Me era posible y fácil dar una respuesta completa a tu correo del 11-02. No lo hice porque consideré que para responderte íntegramente era necesario escribir más de media carilla. Y mi conciencia me manda últimamente no escribir más de media carilla para contestar ciertos correos, porque no veo conveniente hacer de la web una plataforma para debates que se vuelven personales y un poco ajenos al tema de la web. Tampoco quiero abusar de la buena voluntad y del tiempo de los Orejas, ni quiero aburrir a los visitantes con mi prosa formal y aburrida.

Amiga, no se si deba mostrarle copia de tu mensaje del 13-02 a mi abuelo. Sospecho que que si le digo que es una madraza, y una mujer de mucha fe, el gallego –¡¡¡que tiene un genio!!!- no dudará en perseguirme con el bastón en la mano o arrojarme algún objeto contundente, con los insultos de rigor. ::)

Quedo a tu disposición, por correo electrónico, para lo que necesites.

Un cordial saludo,

Crítico constructivo.


Respecto a la formación recibida en la obra me gustaría matizar que seguramente algunos la recibieron "mientras" pertenecían a la obra.

Pero que se la deben a los títulos academicos reconocidos por los ministerios de educacion (y a su esfuerzo y capacidades), no a la obra.

Es una cuestión diferente el que, si se criaron en entornos Opus Dei, le deban a la Obra no haber quedado fuera de ella. En ese caso seguramente ninguno de ustedes dispondría de nivel universitario.

Es un error común que detecto en otros entornos sectarios. Para burlarme de este tema de la formacion no académica impartida por sectas suelo recurrir a hacer menciones a la iniciación en los Sagrados Misterios Universitarios. El tema, no sé explicarme mejor sin entrar en parrafadas, tiene bastante jugo.

Xavier de Barcelona


¿ASUNTOS PRIVADOS?

El mail de ayer de Viento me ha hecho reflexionar. El habla de web privada, una página donde se publican asuntos muy privados. Pero hace tiempo deberían ser públicos para que las personas tengan más libertad al elegir. Si antes de mi carta de admisión me hubieran leído la larga lista de a lo que me comprometía hubiera tenido información y optado con libertad. Estos asuntos muy privados son nuestra vida en el opus dei que es una prelatura de la Iglesia Católica y como tal debería ser transparente a la opinión pública, a la Iglesia y a la sociedad toda. En este sentido esta página ha hecho que se dé un salto cualitativo.

Lo público y lo privado en la prelatura es bastante entreverado, mientras lo privado se ventila en los consejos locales, y ya deja de ser privado, es un secreto de cuatro al menos; no se anda diciendo por alli que se es del opus pues es algo privado, no puede dar una nota por ej a una revista contando su vida de numerario porque es algo privado, por otra parte cuando alguien se equivoca porque está ejecutando una orden errada de un consejo local, la responsabilidad privada es del que obedece. En fin ...

Viento habla de "compartir cosas, que son tremendamente complejas y difíciles de compartir con alguien que no tenga una "historia". En parte sí, pero, sabes Viento cuando confiamos a alguien "de afuera" nuestra vida opus, alguien en quien confiamos, claro, o a quien queremos, se produce una empatía, una comprensión, no estuvo en ese momento con nosotros pero puede compartir el sentir de lo que le contamos y en ese caso no nos quedamos solos. Quedarse sólo es seguir en silencio. Como dice José Antonio ayer hay silencios a la salida. El sistema es tan eficiente que hace que hasta cuando salimos nos sea tan dificultoso hablar. Hay que darse tiempo y se van saliendo de a poco y como un lento proceso, los siete cerrojos que puso la prelatura en nuestra boca.

Viento, los que nos fuimos no necesitamos que nos organicen encuentros ni nada, natural y silvestremente nos vamos encontrando. Como dice el casual refrán Dios los cría y el viento los amontona.

Yo también escuché como Gustavo, Crítico (12/2) y Nasius "que piten cien y aunque se vayan 90" (13/2). Cierto que no les interesa nada de la persona, ya lo dice Retegui. Y en ese sentido fomentan el ingreso de menores pues de mayores nadie se alistaría.

Ya vimos el nuevo look de Maque que ni el Rulo Loco lo hubiera conseguido.

Rulo Loco


¿Dónde estuvimos? ¿Por qué estuvimos en ese lugar tantos años...?

Leo y releo las respuestas, múltiples, a estos interrogantes, y aún sigo leyendo la WEB, buscando más respuestas.

Al principio, fue sólo por leer anécdotas, por la curiosidad y placer de ver, por escrito y relatado por otros, lo que yo mismo había vivido, y casi nunca había contado. Por el chisme, si se quiere.

Y seguí leyendo. Historias, opiniones, más anécdotas, todas aparentemente similares. Pero cada una me llegaba a lo más hondo, cada una me afectaba y me removía y me golpeaba el alma.

Tuve miedo. Porque, al seguir involucrado, al seguir leyendo, me daba cuenta de que estaba entrando en una dinámica, en una historia con final incierto: pues GRAN PARTE DE LO QUE YO HABIA DADO POR CIERTO, Y POR BUENO, NO LO ERA.

Un día me di cuenta de que ya no sentía al Opus Dei como algo bueno. Allí no había errores humanos solamente: allí había un sistema que hacía mal a las personas, que me había hecho mal a mi. Y lo peor, es que no podía culpar a nadie, justamente porque las personas no eran culpables. Todos son víctimas. Los que ahora entran a la WEB a insultar, con fanatismo, con rabia no disimulada, también. ¿Contra quién descargar la bronca, la impotencia? ¿Contra los directores, hoy en un cargo, mañana en otro y pasado mañana escribiendo en la WEB? ¿Contra Mons. Escrivá, canonizado, santo? ¿Contra la Iglesia, que del Opus Dei, no sabe NADA?

¿Dónde estuvimos? ¿Porqué estuvimos en ese lugar, tantos años?

Un lugar, una institución, que me sacó la única arma que tengo para salvarme, fuera de la gracia: mi conciencia. Que, en lugar de la conciencia, puso una regla milimetrada, afuera de mi, que me decía qué estaba bien, y qué estaba mal, qué podía y qué no podía hacer. Afuera del Opus Dei, reinaba el mundo del pecado: en la Iglesia misma, que estaba mal, muy mal ("¡qué mal está la Iglesia, hijos míos!). Los de afuera, pecaban o no, según se los comparara con esa regla milimetrada. Para nosotros, los de adentro, existía otro régimen, pues ya estábamos salvados, previa perseverancia en el Opus Dei. Para cuya realización, bastaba hacer las normas y ser sinceros. Esa era nuestra regla. Si pecábamos, con los pecados de los de afuera, no pasaba nada. Nunca pasa nada. Para los de afuera, sí que era grave, serio. Para nosotros en cambio, no. Confesión, charla con el director, y listo. Pero cuidado, que ese pecado, cometido afuera del camino, tiene otro significado, otras consecuencias. No te salgas del camino.....

Y seguí leyendo. Y caí en la cuenta, luego de que se derrumbara, definitivamente, el Opus Dei ¡¡al cual creía fuera de mi vida!!, que lo que creía doctrina segura, no lo era tanta. (Quizás por eso no me hacía feliz). Para dar un ejemplo práctico, caí en la cuenta de que Ratzinger, Von Balthasar, Rahner, prohibidos para mí, estudiante de filosofía, por el índice de Mons. Escrivá, santo, ahora son estrellas.

Y como no leí a ninguno de los tres, me importa un bledo. Lo que me afecta, es no saber dónde está la verdad. Porque ya no tenemos esa falsa seguridad de la "doctrina verdadera", la doctrina "verdaderamente cristiana".

Creo que no se nada...... O sí, algo sé. Sé que, a pesar de las angustias, dudas, problemas, tribulaciones de la vida, soy feliz, porque soy libre. Porque mi persona funciona con todos sus elementos. Aunque me quede un largo camino por recuperar la conciencia, por buscar la verdad.

JP de Argentina


A corazón abierto… despedida con hasta luego.

Hola a todos.

Este será mi último escrito respecto del Opus Dei. Hoy cerraré al público el diario de mi vida en la Obra, así como mi pensamiento sobre ella. Hoy pediré que quiten de la web todo lo que he dicho. Hoy es un día que marcará el resto de mi vida. Hoy les digo de nuevo a todos quienes he conocido por medio de opuslibros gracias, ¡gracias de verdad! Hoy Dios es testigo y sostén de esta decisión que me ha costado trabajo tomar y que al mismo tiempo realizo con gusto.

Para comenzar debo decir que no he ocultado ni mi nombre ni las circunstancias que permitieran identificarme porque creo en la transparencia, el diálogo, el perdón y la capacidad humana de salir adelante.

Algunos me conocen más porque nos hemos hecho amigos gracias a este espacio de encuentro. Y en la Obra en mi país saben muy bien quien soy porque he recibido un correo que lo indica.

Desde pequeña he conocido la Cruz gracias a circunstancias de enfermedad sumamente dolorosas en mi familia, de las que sólo por amor, con continua entrega y perdón hemos salido adelante. Por ello pienso que el Amor (con mayúsculas porque creo que viene de Dios, que Es Dios) es la única fórmula válida para dar sentido a los acontecimientos de este mundo. Espero este breve pensamiento se quede en su memoria como recuerdo mío.

¿Por qué les digo todo esto?

Porque en ocasiones se ha dicho que muchos escritos contenidos en esta web son fruto del odio de personas amargadas, enfermas, resentidas, etc. Y que no aportan nada positivo y que sólo sirven para destruir.

Para mí la experiencia ha sido muy diferente. Aquí he encontrado personas maravillosas que, desde las distintas perspectivas de vida asumidas tras su ruptura con la Obra, ayudan a clarificar cuestionamientos sobre la misma, o han dedicado mucho tiempo y esfuerzo acompañando a otros en su proceso de reconstrucción personal, dando claves para su reinserción al mundo. He recibido el beneficio real de que el "hermano que ayuda al hermano es como una ciudad amurallada". He reconocido y recuperado la "fraternidad perdida" gracias a la compañía, consejos, apoyo y amistad de varios de ustedes. He recibido el Amor de Dios que me ha sanado en muchos aspectos por medio de algunos "amigos orejas", situación que me ha ayudado a comprender también el sentido de muchos acontecimientos de mi paso por el Opus Dei.

Hace unos días me llegó un mensaje de una numeraria que quiero mucho. Me decía que después de leer con calma y dolor mis escritos, confirmaba su camino y agradecía experimentar la calumnia y persecución de parte mía (que "había sido de la familia"), y que le pedía a Dios perdón por el daño que hago con mi intervención en la web y que ojalá algún día rectifique…

No, no escribo ni me retiro ahora para justificarme o disculparme ante eso, ni me interesa desmentirlo porque si la Verdad no se impone ahora, de todas formas terminará haciéndolo al final de los tiempos cuando no haya "nada oculto que no salga a la luz". Mi conciencia está tranquila. Dios, y quienes desde el principio conocen todo el contenido de mis intervenciones en la web, saben que estuvieron escritas con respeto y objetividad, y que han respondido a mi afán por colaborar en el esclarecimiento de la verdad, cuestionar y hacer reflexionar sobre lo que pienso debe reconsiderarse y cambiarse al interior del Opus Dei, y el interés por ayudar y abrir nuevos horizontes de esperanza y alegría a quienes han salido lastimados en aspectos importantes de su existencia.

No, les escribo porque no pensaba desaparecer sin despedirme, y porque al tener conciencia de mi compromiso moral con lo que he dicho en público, quería darles a conocer el motivo por el que retiraré mis escritos y ya no participaré públicamente en la web.

Se trata de esas "razones del corazón que la razón no entiende", pero que les pido compartan conmigo: El hombre de mi vida, al que amo profundamente, me sugirió su deseo de caminar juntos el resto de nuestras vidas, dejando atrás el pasado, para elevar nuestro vuelo por nuevos aires en los que no ronden nunca más anteriores fantasmas, ni siquiera su recuerdo…

Sé que me entenderán, y que lo que ya compartimos es imposible de romper. Hemos extendido puentes que rebasan fronteras, países, continentes… porque se construyen en el espíritu y nos han reunido en una búsqueda y con unos lazos que espero nos unan a todos allá Arriba.

Dios los bendiga.
Gracias por todo.

Siempre,
Claudia.

(Querida amiga: esta vez, la respuesta a tu email no es la opinión personal del oreja que contesta, sino la de todos los orejas -tú has sido una de ellas-, respuesta que voy a resumir en una frase: Un seul être vous manque et tout est dépeuplé!... Aquí no guardamos el corazón con siete cerrojos y el cariño nace y nos acerca más de lo que creíamos. ¡Uf, cómo duele tener que responder a tu despedida! Creo que es el peor trago que ha pasado este oreja en la historia de la web. Por encima de las incomprensiones, de la demanda, de los anónimos amenazantes múltiples, tipo "sé dónde vives"..., de las dos veces que estuvimos a punto de tirar la toalla, de las muchas más veces que hemos metido la pata con nuestras respuestas y de los palos que nos han dado por ello, por encima de cualquier mal momento que hayamos atravesado... yo no he contestado nunca entre gotas de agua que por lo que intuyo porque no veo muy bien en estos momentos, van desde mis ojos al teclado, con un kleenex en la mano y un nudo muy gordo en los adentros. Y no quiero ser cursi, pero es lo que hay. Satur sabría decirlo sacándonos una sonrisa pero una no es Satur. Y dicho esto, también te digo que está muy bien que hagas lo que crees que debes de hacer porque ya decimos en alguna parte de la web que aquí nadie quiere ser mártir. Un abrazo fuerte y todo nuestro agradecimiento que es igual de grande que el cariño que te tenemos.

Para los que escribís aquí, un consejo: no firméis con vuestro nombre ni déis datos para que el Opus os pueda reconocer. Quizá no vayan contra vosotros pero podéis tener a una prima tercera por parte de una sobrina de la cuñada de vuestro padre, a la que ni conocéis, que puede resultar afectada.

Para los del opus que nos llamáis cobardes por no firmar lo que escribimos: no sabéis lo que decís y no tenéis ni idea de en qué mundo os movéis. Algunos sí lo sabéis pero no sois los que escribís a la web, sois los que la vigiláis y los que nos vigiláis y rebuscáis datos para saber quiénes somos y actuar en consecuencia. Vuestra santidad no es envidiable y vuestra miseria tampoco.

Y hala, a vivir, que la vida son dos días)


NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben.


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