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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

16-julio-2004

(de Satur) ¡Venga ya, hombre!

De vez en cuando encontramos correspondencias en Orejas de gente de la prelatura o afines que, de un modo u otro, siempre acaban por tachar la página de algo que va directamente contra Dios, su Iglesia, que destila odio y rencor, que no sabemos lo que escribimos, ni las consecuencias que para nuestra alma puede tener este comportamiento. Hacemos daño. Nos la estamos jugando. A Dios se le van a hinchar las narices y a la mosca de Orejas le va a caer un palmetazo justiciero que la va a dejar para siempre en la gehena del fuego inextinguible.

¡¡¡Cómo les gusta la cosa de las Postrimerías y del Tremendo Juicio!!!. Normalmente se apoyan en algún texto del Nuevo Testamento para sentar sus argumentos y, encima, siempre terminan rezando por nosotros, dispuestos a hablar con cualquiera que le necesite para hacerle ver el pertinaz error en el que estamos inmersos y recomendando un chute de bífidus activo para llevar una vida sana y una dieta equilibrada en valores.

[...]

(El correo completo de Satur está colocado en los libros silenciados. Se titula "¡Venga ya, hombre!")



(de Ana Azanza)

para Carmen Charo

Gracias por tus comentarios y tu apoyo. Yo no pienso que mi testimonio sea tan terrible, aquí creo que los he leído peores. Lo de defenderme de lo que me ha pasado es lo de menos, para mí es más importante dar a conocer estas injusticias sufridas por muchos y abrir los ojos a tantos que tienen al opus en un pedestal. Te agradezco también tus sentimientos por la muerte de mi madre, y sí me gustaría leer más comentarios que se te ocurran.

Un abrazo
Ana Azanza


(de Nacho) USAR Y TIRAR


Ayer 15 de julio de 1943 fallecía en el Sanatorio San Francisco de Asís de Madrid Isidoro Zorzano, el segundo que se hizo de la obra, un joven ingeniero nacido en Argentina, antiguo compañero de estudios de san Josemaría en Logroño. que pidió la admisión en la obra en agosto de 1930, según dice la web oficial de la prelatura.

Como podrá observarse, he entrado en la web oficial de la prelatura esperando encontrar algo que recordara a este ingeniero, cuyos restos reposan en un nicho en la zona llamada de 'Los Héroes de Cuba', con el letrero 'In pace', al igual que otros muertos de la prelatura, y las fechas de 13 IX 1902 y 15 VII 1943. No aparece ningún letrero que diga que es Isidoro Zorzano.

[...]

(Nueva entrega de Nacho, "Usar y tirar", a su escrito "¿El buen pastor?")


(de Brunildo)

Para SAI (sobre mi ingenua obediencia)

Cuando Lutero agonizaba por su conciencia irredimible encontró la salvación en su interioridad vivida como su propio destino individual que condenaba para siempre la exterioridad de los actos y mucha más que ninguno el de aquellos que se autolegitiman como buenos o que conceden la remisión. Los tres poderes humanos -sexo, propiedad y predominio- que la iglesia consideraba via de salvación a través de los tres votos -castidad, pobreza y obediencia- estan principiados por el maligno, y ni siquiera los muros del monacato pueden evitar la corrupción. La justicia y misericordias divina solo poseen su punto de unión en la autoconciencia del propio pecado imborrable. Curiosamente el concepto de culpa estaba poniendo los cimientos del nuevo orden del mundo liberal que primero diseña Rousseau y después Hegel. Matrimonio, prosperidad y civismo democrático son los nuevos parámetros de regulación que muy pronto encontraron sus detractores: Freud, Marx y Nietzsche sospecharon sobre el humanismo liberal reeditando aquella primera angustia de Lutero.

El Opus Dei es una propuesta de nueva viabilidad de aquellos votos medievales que niega el carácter maléfico de lo externo y afirma su validez para la salvación. El sexo, la propiedad y la voluntad de poder son santificables a través del matrimonio, la pobreza de espíritu y la humildad cívica (basada en el prestigio y la autodeterminación para los asuntos públicos).

Desde el punto de vista de la historia de las ideas se trata de un nuevo vigor católico-humanista que acepta la propuesta individualista del protestantismo y lo extiende a lo externo. Ahora bien, el Opus Dei ha sufrido una especie de reificación de sus objetivos de la misma manera que lo sufre cualquier institución: su clerificación es muy semejante a la de la iglesia medieval o a la aparición a la burocracia del nuevo régimen. La libertad y ausencia de tutela con la que venía incorporada la llamada a la Obra se ha normativizado; el afan por mantener integro el mensaje ha ocultado al propio mensaje. Cuando piensas en la Obra, SAI, piensas en mi. Pero un numerario muy poco tiene que ver con el mensaje: ni matrimonio, ni posesiones, ni autodeterminación en asuntos mundanos. Joder, en realidad es una versión monstruosa del espíritu, que ha sido creada para mantener el propio espíritu. En cualquier caso, los numerarios que hemos nacido para explicar esa forma de vida y que carecemos de experiencia propia mantenemos un pedazo de la novedad del Opus Dei: nuestra conciencia no está bajo tutela de ningún ser humano.

Cuando me dices que mis propósitos de obediencia duran muy poco olvidas que tengo la misma libertad que tu en cuestiones que no pertenecen en sentido estricto al núcleo del espíritu. Creo que los numerarios iran desapareciendo en la Obra para quedarse en una mínima expresión. Su trabajo no será dirigir la vida de los demás, puesto que es irrenunciable y pertenece a la vocación a la Obra que cada uno lo haga por sí misma, sino repasar a los demás las verdades teologales.

Seguiría escribiendo sobre el proceso de desclericalización de la Obra pero tengo un huevo de sueño.

Brunildo


(de H.A.) UN CURA EJEMPLAR Y OTRAS CUESTIONES


Leyendo en Internet la página web de Romana me he enterado de la muerte de don Ignacio S., un sacerdote numerario con el que tuve la suerte de convivir unos meses. Era un hombre práctico, ingeniero industrial, que había vuelto a su país después de varios años trabajando en Boston. El me dio algunas de las lecciones más valiosas de lo que era la virtud de la pobreza. Se afeitaba con jabón de lavarse las manos, una barra de La Toja o cualquier otra marca de batalla y una cuchilla de las que duran semanas. Fue la primera persona de la Obra a la que vi interesarse por si quienes vivían con él estábamos dados de alta en la Seguridad Social en nuestras empresas, si teníamos derecho a asistencia sanitaria, si estábamos enterados de los derechos derivados de los acuerdos sindicales. De esas cuestiones, entonces, no había notas de ningún color ni tamaño.

Don Ignacio no llevaba ostentosos puños blancos por debajo de la sotana ni del cleryman, ni olía a colonia ni a nada. Usaba el metro y los autobuses. Sus zapatos eran viejos y feos, pero suficientes. Era un trabajador, como los demás. En fin, ya digo, una novedad para mí. En su "27" nada se decía de esos aspectos, pero sí ponía que tenía fimosis. ¿Y eso a quién le iba a importar? Pues con la fimosis ha debido de ir a cuestas toda su vida, de centro en centro hasta que definitivamente ha llegado a donde no importa nada de eso que en el Opus Dei, según San Josemaría, debe importar porque es la voluntad de Dios pasada por su omnisciente e infalible cacumen, so pena de condenación eterna y segura infelicidad terrenal.

Tuve la suerte de conocer a otras dos personas en la Obra que, por distintos motivos, tenían un algo que hacía importante tratarles y aprender de ellos. Don Juan Jiménez Vargas y doña Gloria Toranzo. Personas únicas que rompieron sus moldes. Ascéticos, ejemplares, rigurosos, exigentes con criterios racionales, lógicos. ¿Santos? Seguro que sí. Más que otros muy preocupados por llevar el pelo colocadito, los zapatos con hevilla, la corbata radiante sobre una pechera impoluta, los puños destelleantes blanco nuclear con gemelos elegantes pero sobrios... esos cromos, de paisano o de traje talar, que tan bonitos quedan y tanto proclaman las virtudes humanas de la pulcritud y la pijez sin edad ni fronteras. O esas señoritas tan tiesas, que ponen los ojos en blanco, que desde lejos ya se sabe a qué organización pertenecen, que procuran que no se les marque el pecho ni el trasero y van todas colocaditas con el pañuelito y proclamando en el vestir su celibato, y que son reprendidas si se desmarcan del sello y admonizadas con todo tipo de males y perdiciones si comen plátanos de postre o si se preguntan qué tal les iría usar tampones. Sé que aún dura la cruzada del Opus Dei contra el tampón. ¿Por qué razón? ¡Pobres chicas! ¡Lo que tienen que aguantar!

Besos y abrazos.
H.A.


(de E.B.E.)

Quería agradecer a H.A. por su testimonio. Esa historia ya la había oído de otro testigo, no recuerdo cuándo. Pero era sabido que esos congresos no tomaban en cuenta ninguna propuesta que no fuera obsecuente con la ideología de los mandos superiores y particularmente del fundador.

Del trabajo en las comisiones y delegaciones, una fuente muy cercana a ese ambiente me ha contado algunas cosas vividas personalmente.

Al principio, esta persona no quería contar nada porque como supuestamente la Obra era algo serio y «de Dios», lo vivido dentro de la comisión o delegación era como «sancta sanctorum» que no debía ser revelado a «los niños». Pero desde el momento en que la Obra se le volvió «irreconocible» -porque su fondo no tenía ya nada que ver con su apariencia original- también le perdió el respeto a todo ese «secreto de oficio» (como sería guardar cualquier secreto de oficio referido a un gobierno totalitario), salvo en relación a personas concretas y sus vidas privadas. Pero a lo que hace a la institución y sus lógica de funcionamiento, al contrario, que se supiera bien lo que allí sucedía y sucede.

Según esta persona, de vital importancia era no aparecer en ningún expediente. Salvo excepciones, como permiso para viajar o algún trámite de permiso de lo que fuera -estos eran generalmente los expedientes «positivos»- aparecer en un expediente era signo de problema y de estar en la mira de los directores. El que no hacía ruido y disimulaba, no aparecía, porque no se hacía notar, podía vivir tranquilo, como quien se hace el muerto. Dicho de otra forma, en los expedientes se llevaban problemas, con nombre y apellido e historial. Y el objetivo era claro: terminar con el problema o con la persona.

Lo terrible -me decía- era saber que la persona interesada no tenía ni idea de que circulaba en la comisión o delegación un expediente donde se hablaba de ella, sin que la persona interesada pudiera intervenir para nada. Una forma de hablar a sus espaldas. Y de hecho -concluía- el gobierno todo de la Obra funciona de esta manera: a puertas cerradas, sin darle la oportunidad al interesado.

La idea, en definitiva, era que los organismos de gobierno, más que promover e impulsar el mejoramiento de las personas e interactuar con ellas («servir», en última instancia), eran «controleitors» y lo mejor para uno era pasar desapercibido (adiós la confianza en los directores, por supuesto, pero sin que se dieran cuenta, porque ahí entonces se inauguraba un nuevo expediente, o sea, lo que se quería evitar). La comisiones y delegaciones exigían respuestas y el resto sólo podía obedecer y jamás cuestionar nada: esto quedaba claro en la redacción de las notas, quién era el que «miraba desde arriba» y quién «hacia arriba» (me recuerda a la lógica del pensamiento esquizofrénico de la Obra cuando argumentaban lo del «derecho a obedecer» y el «deber de descansar», por dar ejemplos).

Otra de las cosas que impresionaban al entrar a trabajar por primera vez en una comisión o delegación era ver y contrastar que lo de «organización desorganizada» debía ser respecto de otra institución, porque en la Obra estaba/está todo escrito y todo normatizado (sólo lo que a la Obra le interesa, claro), de una manera tal que casi no había que pensar nada sino buscar la respuesta en el vademecum correspondiente -están los vademecum de comisiones y delegaciones, esos seguramente serán más difíciles de llegar a conocer-. Mientras tanto, el resto de los legos -que jamás pisaban una comisión o delegación- creían que allí se llevaba a cabo un trabajo «más espiritual» aunque no se les pasaba mínimamente por la cabeza lo concreto, burocrático y de «analítico» que era y es la labor que se lleva en esas oficinas. Para hacerse una idea -me concluía esta persona- bastaba ver la lógica de las famosas «Práxis» (con un detallismo que llegaba al ridículo), ahora desaparecidas, para ver cómo funciona una comisión o una delegación.

Saludos,

E.B.E.


(de Orugaria) Las cartas al Padre... ¿las lee el Padre?

El día de hoy lo que traigo en la cabeza es un punto que he platicado en algunas ocasiones con algunas colegas de la vida pasada y ha causado pláticas polémicas muy divertidas... quisiera que si alguien conoce a fondo como se da esto, porque estuvo en cargos internos en alguna delegación o alguna comisión regional nos lo aclare. La duda es: Las cartas al Padre... ¿Realmente las lee el Padre?

Recuerdo la insistencia de las directoras en el centro de estudios mes con mes: "Yayis... no le has escrito al padre en mucho tiempo, debes ser buena hija y abrirle tu corazón..."

[...]

(El correo completo de Orugaria está en Tus escritos. Se titula "Las cartas al Padre... ¿las lee el Padre?")


(de Flavia)

Estimado Antrax:

Muchas gracias por el mail que enviaste ayer. Aprecio mucho el valor de ese gesto.

Ciertamente es completamente legítimo aplicar el juicio crítico a las religiones, o al catolicismo romano en particular, por eso me siento en la libertad de comentar lo que comenté, porque sé que hay oídos para escucharlo en su real intención. Me alegra comprobarlo.

Cordialmente
Flavia



(de Fabrizio) Desde Italia
el correo original, en italiano

Quiero daros las gracias por vuestra excelente página web. Ya era hora de que la gente contara la verdad sobre cómo son las cosas realmente en el Opus Dei. Yo no he pertenecido al Opus Dei, aunque estuve muy cerca de serlo. Son expertos en manipular tu mente y convencerte de que ellos están en el lado de Dios y todo lo que hagas contra ellos es obra del demonio.

Otra vez, gracias.

Fabrizio
Milano - Italia

Voglio ringraziarvi per il vostro eccellente lavoro. Finalmente qualcuno dice la verità su come stanno le cose nell'Opus Dei. Io non ne ho mai fatto parte, ma ci sono andato vicino. Sono bravissimi a manipolare la tua mente e a convincerti che loro sono dalla parte di Dio e tutto quello che fai contro di loro e' opera del demonio.

Grazie e Ciao

Fabrizio
Milano - Italia


(de Cooper) ¿Que caridad?

Si ayer (15-06) mantenía que La Cosa no debe andar muy bien de Fe, ni siquiera en su propio nombre, “Opus Dei”; cuando prefiere ser fiel al Gran Jefe que a las movidas del Espiritu, y eso aun sabiendo que se van a momificar a plazo corto. Hoy me gustaría comentar cómo va de Caridad.

No pienso hurgar en la herida, porque ese es un tema que los que escribimos aquí lo hemos vivido en carne propia. Solo recordar que cuando se hace uso del “Por sus obras los conocereis”, esto se debe aplicar a todo el mundo, incluido a los de la burbuja.

¿Cómo es posible que por defender su vocación; y que débil debe ser si necesita esa defensa; se condene a los que se van, por los motivos que sean, en primer lugar al ostracismo, y después al desprecio, a la difamación, a la persecución e incluso a la condena eterna?

No voy a entrar a justificar mis afirmaciones, basta con leer los correos aquí escritos para que todos sepamos de que estoy hablando, pero claro, tengo la ventaja de que si me dicen que concrete, sí que puedo concretar con nombres y apellidos.

¿Cómo es posible que los de la Cosa se crean libres de las mínimas reglas que sí aplican a los demás? ¿No se dan cuenta de que comprender y si acaso perdonar, que ellos si que hacen con los de dentro, se deben aplicar con los de fuera también? ¿Con qué base cristiana se pueden convertir en unos personajes que se saltan a la torera el ejemplo de Cristo?

Hay más ejemplos, aunque este sea, a mi modo de ver, lo mas evidente, pero el saltarse el código moral lo hacen siempre que tienen que defender o favorecer la Institución. En este campo, se sienten liberados de todo y son como Cruzados trastornados que en nombre de La Cosa comenten las mayores tropelías. Luego una sonrisa comprensiva, un comentario de que ”Ahí te has pasado un poco”, y a seguir. Eso, si no tienen una recompensa interna por su Santa “lo que sea”.

Con cariño
Cooper


(de LALA) libro ana azanza

Me está dejando sobrecogida lo que he leido hasta ahora del libro de Ana Azanza. En mi caso, y supongo que en gneral la gente que lea el libro, me está destapando imagenes, situaciones vividas, personas muy conocidas, compañeras...

Ni siquiera puedo expresar lo que se me pasa por la cabeza, pero os aseguro que se me han puesto los pelos de punta, porque al leer su libro estoy reviviendo muchas cosas de mi vida pasada. Cosas que tenia borradas por completo. Digo borradas porque me propuse tanto borrar mi vida pasada que lo conseguí. Bueno eso creía. Especialmente me pone los pelos de punta ver reflejados muchos nombres de personas de personas con las que he tratado.

Solamente con esto brindar todo mi apoyo a Ana Azanza, aunque supongo que lo tiene de mucha gente, por supuesto que leeré el libro hasta el final, y varias veces. Y que puede contar conmigo para lo que quiera o necesite. Tambien darle mi enhorabuena, zorionak, por la valentia que ha tenido al escribir este libro, valentia que otra gente no tenemos.

Solo decir que siento opinar sin haber terminado de leer el libro, aun me queda, pero sí he leido lo suficiente como para decir esto.

Un besote:

LALA


(de Galileo) He soñado que me invitaban a comer los del opus Dei

Recientemente se ha hablado de cómo se comía en el opus Dei. Pido por favor que no se os ocurra -para recordar viejos tiempos- ir a comer a un centro del opus Dei. Una cosa tan del mundo normal, tan corriente, tan laical, incluso tan evangélica, como invitar a comer a alguien en tu casa, en el opus Dei se maneja de la siguiente "excepcional" manera:

"En los supuestos excepcionales en que se invite a alguien a almorzar, se organiza el servicio del modo más adecuado en cada ocasión, para que no llame la atención de nadie: de ordinario, es preferible preparar una comida o cena fría -si las costumbres lo permiten-, o emplear los utensilios apropiados para conservar calientes los alimentos, sin que nadie tenga que servir la mesa. Si esto no es posible, una solución es contar con algún Agregado que sea camarero o tenga un oficio que le permita hacer con facilidad este pequeño trabajo: se dispone todo de manera que se puedan recoger las fuentes, los platos, etc., de un lugar donde los deje preparados la Administración; además, un Numerario servirá la comida al Agregado -idéntica a la de los invitados- subrayando que no es un menú habitual. En último caso, atienden la mesa Numerarias Auxiliares, ya de edad. (…) Cuando, por excepción, se lleve en automóvil a una autoridad civil o eclesiástica, no va nunca uno solo, si existe el peligro, aun remoto, de que pueda pensar que es el chófer." (cfr. Vademécum de las sedes de los Centros, pag. 29, Roma 6.XII.87)

No se si llorar o reír, pero quien ha escrito esto y los directores que lo han supervisado se han quedado a gusto.

Lo de buscar un agregado camarero -¿alguien conoce alguno?- o con un oficio que le permita servir la mesa (¿?), supongo que se refiere a que no se le caigan los anillos por servir a los numeraritos, roza el ridículo. Ahí no acaba todo, un numerario servirá la comida al agregado, y entonces ¿por qué no sirve directamente la mesa el numerario?, ¿no pensará el invitado que habitualmente sirve la mesa un camarero?. Al pobre agregado que han pringado para esto, sobretodo que se le explique que esos manjares no son el menú habitual, no vaya a acabar de darse cuenta de que el opus Dei lo situa en una "casta" inferior. Si todo eso no funciona entonces tendrán que hacer trabajar a alguna auxiliar "jubilada". Que se pretende ahí, ¿ocultar que sirven la mesa mujeres jóvenes decentísimamente vestidas? ¿alguien puede ser tan mal pensado?.

Pero atención, si con los años te has convertido en una autoridad civil o eclesiástica y se ven obligados a llevarte en coche, vas a molestar a dos numerarios, no sea que pienses que es el chófer, aunque -mirándolo bien- si van dos puedas pensar que el otro es el guardaespaldas. Me pregunto: ¿el chófer de quien?, en una casa donde parece que ni siquiera tienen servicio.

Cada vez entiendo menos a esa gente.

Un fuerte abrazo,

Galileo


(de Jorge) LA “INFIDELIDAD A LA VOCACIÓN” y las “consecuencias para los infieles” según un texto interno del Opus Dei.

Después de hacer mi oración de la mañana con la meditación que nos hizo favor de enviar Compaq, y llorar mucho por dentro, y pedir perdón a Dios… quiero presentarles reordenadas las ideas de forma que quizá permitan con mayor facilidad comprender su perversión (la de utilizar la palabra de Dios con fines particulares; la de emplear Su nombre de manera radicalmente opuesta a la caridad).

Puestos a comparar la “vocación de Esaú” con la “vocación al Opus Dei” (que es el hilo conductor del texto), se pueden clasificar las siguientes ideas:

CAUSAS DE “INFIDELIDAD A LA VOCACIÓN”

- esas cosas no suelen aparecer de repente -en la historia de Esaú hay una serie de torpezas e infidelidades, pequeñas las más y algunas no tan pequeñas-, un día fue el decisivo…

[...]


(El correo completo de Jorge está en Tus escritos. Se titula "La infidelidad a la vocación")


(de Mystique)

Estimados todos:

Ahora que las palabras del Santo fundador del Opus Dei en la meditación de ayer me han recordado que soy una desgraciada, y que las cosas de la existencia me son amargas como la hiel y repugnantes como el rajalgar, no me queda otra cosa que ¡reírme a carcajadas y continuar gozando la vida y el amor con todo y sus sufrimientos! Todos, maravillosos dones.

¡Gracias a Dios seguí mi conciencia! ¡Gracias a Dios me fui! ¡Gracias a Dios me he librado de la visión purista, atrofiada, autosuficiente y jactanciosa de los que se creen elegidos! ¡Gracias a Dios soy una cristiana corriente, un farol nuevamente apagado, que confía plenamente en la justicia, misericordia y ayuda divinas!

Mis oraciones y la paz para todos.

Mystique


(de Fulcro)

Querido Castor:

He leído con suma atención tu conmovedor escrito del 13 de julio de 2004, "Las buenas intenciones". Lo entiendo bien por haber vivido de cerca experiencias parecidas y puedo corroborar lo más esencial de lo que dices de tu hermano. Esta web ha confirmado mis sospechas y ampliado increíblemente mis conocimientos sobre el asunto, pero mucho antes de que existiera también llegué a la conclusión de que “El problema es que son gente buena con buenas intenciones”, ya que estas no bastan para garantizar la bondad de las acciones, como recuerda el conocidísimo dicho: “el infierno está lleno de buenas intenciones”. Deseo de todo corazón que tu hermano pueda recuperarse del todo.

Querido Antrax: Tal como escribes ayer, yo también “Creo que católicos y no católicos con capacidad de análisis y crítica pueden y deben poseer una visión de conjunto...”, pero no veo fuera de lugar que profundices y digas lo que quieras en este sitio aconfesional con tu “punto de vista sumamente crítico sobre personas canonizadas por la Iglesia Católica...”. Más aún, pienso que el conocimiento de los bajos fondos del cristianismo, de sus vicisitudes y de sus personajes, puede ser muy necesario en el intento que acometemos entre todos de descifrar y valorar el movimiento religioso que se autocalifica ¿sin jactancia? como Obra de Dios. Además, si analizamos y criticamos la “personalidad y conducta” de Escrivá ¿por qué razón no habríamos de hacer lo mismo con otros canonizados cuando convenga?; al fin y al cabo, él se amparó o escudó en algunos de ellos y se creyó un escrupuloso guardián de la tradición cristiana.

Un fuerte abrazo para ambos

Fulcro



NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, en asuntos del opus, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben. Cuando el tema al que responde el oreja es una pregunta en relación a cuestiones técnicas, sugerencias, inclusión de nuevas secciones... etc., lo hace en nombre de los orejas que creamos la web, la mantenemos y la actualizamos.



 

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