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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 24 de Febrero de 2010



13. Borrador Carta de marzo 2010.- Luxindex

13. BORRADOR CARTA DE MARZO DE 2010

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Lo que queda del día (II).- Jacinto Choza

Lo queda del día (II)

Jacinto Choza, 24 de febrero de 2010

 

            Me siento en la necesidad de añadir algunos comentarios al texto “Lo que queda del día”, en relación con lo que habéis escrito en la web y con los mensajes que me habéis enviado a mi directamente en relación con él. Quiero agradecer a Ana Azanza sus comentarios amables, a todos vuestros elogios, y a algunos vuestras preguntas que paso a contestar ahora.

 

Lo que queda del día

            Además de la novela "Lo que queda del día", otras obras literarias que me ayudaron a entender la Obra y mi situación en ella fueron "1984" de Georges Orwell, la película "La confesión" ("La veuve", de Ives Montand y Simonne Signoret, en la que se relata la expulsión de ambos del Partido Comunista francés) y, sobre todo, "Archipiélago Gulag" de Alexander Soltzenistchin. En esta novela se expone la vida en un mundo dominado por el derecho_ficción, sobredeterminado por una serie de reglamentaciones tan abundantes y minuciosas que resultan imposibles de aplicar y de cumplir, y que se aplican aleatoriamente.

            Además de estas obras, Kafka era un autor en cuyos textos yo encontraba una expresión adecuada de lo que era la vida en el Opus Dei a partir de los 70. En otra perspectiva, la obra artística de Dalí también expresaba lo mismo desde mi perspectiva. Porque Dalí había convertido todo lo natural, como el cuerpo humano, las plantas o los animales, en cosas artificiales con engranajes, ruedas, y poleas, y había convertido todo lo artificial en natural, había convertidos los relojes en medusas, los cubiertos en amebas y los sofás en labios femeninos. Para mí Dalí era la apoteosis de la desnaturalización, de lo que encontraba sobremanera repugnante, y yo me sentí vivir en un universo daliniano.

            También le fui cogiendo un cariño y admiración creciente a Admusen el explorador de los Polos, que murió cuando fue a rescatar a otro explorador de su equipo que había iniciado una expedición muy arriesgada. Me sentía como el explorador que buscaba el paso del noroeste y que murió entre los hielos sin encontrarlo.

            Por lo que se refiere a la cuestión de qué ocurre cuando uno se da cuenta de que la empresa  por la que trabaja es malvada, quiero y debo precisar, que lo que en un determinado momento empieza a mostrarse como algo ilegítimo y malvado no es la empresa en la que trabajábamos, sino la cúpula directiva de esa empresa, al asumir y apoyar la contradicción creciente entre la ambición de poder del fundador y la idea del Opus Dei como asociación de fieles, como instituto secular, o como entidad con cualquier otra figura jurídica, que podía haber sido legítima...



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De juicios y de perdones.- Mineru.

Con toda sinceridad, me uno al deseo de Oráculo felicitándome porque estas páginas existan y dando gracias a Agustina, y a sus colaboradores, por esta formidable web que tanto está ayudando a muchas personas. Comparto su opinión sobre los efectos de la verdad, que no produce más “daño” que liberarnos a las personas nuestras ataduras más dañinas. Y también creo acertado extender su afirmación, por mi cuenta y riesgo, no sólo a los documentos internos publicados, sino al resto de juicios y experiencias –relatos hechos de jirones de carne viva- que tantas y tantos nos aportan. Por todo ello y mucho más, es fácil decir con Oráculo:

 

“¿Acaso con esto se hace daño a otras personas, como algunos dicen en general de esta web? Es difícil compartir estos juicios. Si la enseñanza del Logos eterno es que veritas liberabit vos!, resulta imposible aceptar que se cause daño a nadie cuando, con intención recta, se sacan a la luz aspectos deliberadamente ocultados, que pueden y deben ser conocidos por sus directos afectados. Es verdad que esto puede acabar con el “mundo virtual de ilusión” en que algunos parecen vivir instalados, y también que tales experiencias son humanamente duras, fuertes. Sí, ambas cosas son ciertas, pero la verdad —la realidad real de las cosas— en sí misma nunca hace daño: al contrario, la madurez está en aprender a afrontar las situaciones de la vida como son. Pienso, sí, que esta web presta un caritativo servicio a la Iglesia y a la Obra, más meritorio por incomprendido o negado a veces por algunos de sus beneficiados.”

 

También con toda sinceridad, puedo decir a canencio de que la cita del texto de Raimundo Panikkar, que Alberto Moncada recoge en su libro “historia Oral”, no pretende -ni insinúa siquiera- la tesis de “impedir juzgar sobre el opus dei a los que lo han abandonado al sentirse víctimas”. Por mi parte, nada más lejos de la verdad, ni tampoco creo que esa fuere la tesis del autor citado. Como lo que quise decir pudo quedar expresado en forma deficiente, me parece oportuno volver a repetirlo, pero, esta vez, con mejores palabras de otro que suscribo en plenitud y tengo la osadía de subrayar:



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Si hay una solucion Mondy.- Piluca

Querida Mondy:

He leído con atención tu texto. Y también la de Ana, Supo, Arrulo, aldeano, Dionisio, Niky... En todas te dan consejos muy válidos, desde tener mucha paciencia, hasta que te olvides de él. Sin embargo nadie te ha escrito con una experiencia similar a la tuya. Es decir, ¿a nadie le ha pasado lo que a ti?. ¿En la historia del Opus no se ha dado nunca este caso? ¿Tu has sido la primera?

No has sido la primera, ha pasado unas cuantas veces.... A mi Mondy me pasó. Te puedo ofrecer una solución que funcionó. Pero no estoy segura de publicarlo, no por nada especial, no te voy a recomendar que asaltes el centro donde vive. Más bien es porque no sé, lo que le pareció al nume la publicación de tu testimonio. Pienso que si lo sabe no le ha gustado. Y creo que si publico mi respuesta es enseñar las cartas antes de tiempo al numerario. Tampoco sé lo que le han parecido las respuestas, seguro que algunas no le han gustado.

Es la primera vez que entro en esta esta página -y soy inexperta en internet- y no sé si tienes que pedir mi mail -si te interesa- a Agustina.

Piluca

 

 





¿El Opus Dei mejora a las personas?.- Melqui

Pide Fernando F., en su correo del lunes 22, respuesta argumentada a una pregunta que, según afirma, no deja de darle vueltas a la cabeza: "¿Cómo es posible que una organización que ha acercado a tanta gente a entablar una relación personal con Dios pueda ser "tan humana" como ustedes la presentan?"

 

Más que una argumentación, me voy a permitir dar una opinión en el sentido que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua: juicio que se forma de algo cuestionable. Lo cual significa, evidentemente, que cualquiera puede sostener una opinión contraria.

 

Al igual que Fernando F., yo también he conocido mucha gente buena cercana al Opus Dei.  Mi padre, que en paz descanse, era supernumerario y muy bueno y muy cercano a Dios. Una de mis hermanas es también las tres cosas. En mi entorno conozco también varios casos similares. Muchas personas que conocí dentro eran numerarios (o aspirantes sin saberlo) y eran también buenos.

 

Sin embargo, mi padre y mi hermana, que son los dos casos que mejor conozco, puedo asegurar que eran buenas personas y estaban cerca de Dios mucho antes de hacerse supernumerarios. A mi hermana la he visto nacer y crecer. De mi padre, me lo ha contado mi madre. Todas las personas que yo conozco en mi entorno eran personas buenas y la mayoría cercanas a Dios mucho antes de conocer el Opus Dei. Quiero decir con esto, que ni a mi padre ni a mi hermana, y tampoco a nadie de los que conozco, los ha hecho buenos el Opus Dei. Tampoco tengo claro que les haya acercado a tener una relación personal con Dios. Mi padre y mi hermana la tenían mucho antes. Y a algunas personas de las que conozco, creo sinceramente que el Opus Dei no les ayuda a tener una relación personal con Dios, sino a ejercitar unas prácticas y normas exteriores que les tranquilizan su conciencia y les  “aseguran” (Opus Dei dixit) la salvación.

 

En mi opinión, lo que ocurre es que el Opus Dei selecciona personas buenas para plantearles la vocación. De hecho, el tener virtudes humanas es uno de los indicios, según ellos, de que la persona en cuestión tiene vocación. A muchos (sobre todo en el caso de los supernumerarios), la incorporación al Opus Dei les ayuda a tener su vida organizada, formar parte de un grupo, estar activos, “sentirse” buenos, etc. Y a otros, el Opus Dei los seca por dentro y los hace “raros”.

 

Por supuesto que cada vida, cada persona, es un mundo. Pero, en general, la mayoría de los supernumerarios mantienen una relación relativamente limitada con el Opus Dei, al tiempo que conservan una saludable relación con el exterior y  con su propia familia (me niego a llamarle familia de sangre, porque hay algo más que carne y sangre entre ellos). Esto hace que la gran mayoría de supernumerarios,  y no digamos de cooperadores, puedan seguir siendo personas normales y mantener una vida relativamente normal, tanto con respecto a Dios como con respecto a los demás. Esto no quita para que haya supernumerarios que “se inflamen de Opus Dei”  y sean “más josemaríaescrivases que San José María”, lo que suele redundar muy negativamente en ellos y, especialmente, en sus hijos.

 

En el caso de los numerarios (no conozco ningún agregado), lo que yo conozco son personas muy buenas que, con el paso del tiempo, según van permaneciendo más tiempo dentro, se deterioran, se enrarecen, se convierten en seres extraños y, cuando son mayores, dan una impresión de “juguete roto” que da mucha pena. También hay dos o tres casos de numerarios que, contra viento y marea, consiguen ser ellos mismos y – extrañamente - les dejan serlo. Pero creo que la excepción confirma la regla.

 

En resumen, y aun asumiendo el riesgo de la generalización, doy mi doble opinión fundada en mi experiencia:

 

A) Yo no conozco a nadie a quien el Opus Dei le haya hecho mejor. Los que eran buenos, lo eran antes de ser del Opus Dei y no gracias a él. Y siguen siendo buenos aunque y no porque estén en el Opus Dei.

 

B) Yo conozco a mucha gente a la que el Opus Dei ha destrozado y personas a las que el Opus Dei ha hecho peores.

 

Por supuesto, Fernando F., como tú dices, “los miembros y el Fundador de el Opus Dei son personas (evidente) y por ello poseedores de virtudes y defectos”. Pero es que la organización “en sí” tiene defectos. Hay defectos que no están en las personas, sino en la estructura. Y conforme esas personas se van integrando en la organización, van sufriendo sus efectos. Por mucho que se diga desde dentro, el problema no son los errores de las personas. Las personas son en su gran mayoría magníficas, (con sus virtudes y sus defectos, claro). Pero los defectos estructurales no tienen solución. No tienen solución porque les ha dado por aplicar a todo en la Obra (estatutos, vademecums, glosas, experiencias, notas …) el carácter de santo, perpetuo e inviolable, y eso imposibilita cualquier reforma.

 

¿Sabes cuál es la diferencia entre el Opus Dei y la Iglesia? Que la Iglesia, que se autoproclama Santa, se proclama también “siempre necesitada de reforma” en sus miembros e instituciones. Y el Opus Dei, en cambio, considera las propuestas de reforma faltas contra la unidad o contra el espíritu fundacional.

 

El problema en el Opus Dei no son las personas. Pero, como digo, es una opinión.

 

Un saludo,

 

Melqui





II. La creencia como militancia ideológica.- Salvador

LO QUE DEFINE AL OPUS DEI DESDE UN PUNTO DE VISTA RELIGIOSO-INTELECTUAL (II)

 

La creencia como militancia ideológica

 

Salvador, 24 de febrero de 2010

 

Cuando leemos en Cuadernos frases como "el cristianismo no es solo un modo de vivir, sino también una doctrina, y la doctrina sagrada es precisamente la regla de la vida exterior e interior" o "pensar y escribir con piedad sobre las cosas divinas; para que no se escriban libros de doctrina sin piedad y libros de piedad sin doctrina", entiendo esos autoresúmenes como síntomas de algo muy conocido en el del siglo XX: la presencia de una ideología. 

 

La ideología.- Una ideología no consiste en tener ideas, ideales  o  valores -hecho importantísimo-. No se trata de regirse o relacionarse por o con una teoría. La ideología es una práctica u interés muy concreto y, desde el mismo, construye un cuadro o sistema articulado de pensamiento que, o sustituye la experiencia de la realidad en cuanto tal, o siempre la colorea completamente, porque lo que se trata es de operar sobre toda la realidad en ese sentido determinado y prefijado inicialmente. Se trata de someter toda la realidad a ese sistema.

 

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