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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 05 de Junio de 2015



Relación entre la vocación y el trastorno del fundador.- Josef Knecht

La naturaleza de la vocación al Opus y su relación íntima con el trastorno de personalidad del fundador

Josef Knecht, 05/06/2015

Querido E.B.E.:

Me permito calificar de brillante tu artículo sobre El sacrificio de los hijos, del 1.06.2015. Has dado en el clavo con tu análisis del núcleo esencial de lo que son la “vocación a la Obra de Escrivá” y de la naturaleza teológico-espiritual del “vínculo” –más bien habría que decir naturaleza seudo-espiritual y seudo-teológica del “vínculo”– que contraen los hijos e hijas con el Padre cuando se incorporan a su Obra. Muchas gracias, pues, por ayudarnos a comprender mejor la auténtica naturaleza del Opus, que, como bien sabemos, se presenta de puertas afuera de forma distinta a como es en el real funcionamiento de su vida interna.

De puertas afuera, los documentos oficiales del autodenominado Opus Dei –y sus teólogos oficialistas– presentan la vocación de los hijos e hijas del Padre como la de unos cristianos corrientes que, en el ejercicio de su trabajo profesional, son llamados por Dios para buscar la santificación en medio del mundo.

En uno de los primeros artículos que escribí en esta página web: Reflexiones sobre la vocación al Opus Dei y la actuación proselitista de esta institución (12.10.2007), más en concreto en el punto 3 del artículo, expuse y critiqué la tesis oficial del propio Opus acerca de cómo Escrivá entendía la vocación a su Obra. Te aconsejo que releas aquel artículo y sobre todo su punto 3. En él no abordé otro tema candente, el del posible “fraude vocacional”. Dejando de momento la cuestión del posible fraude vocacional y centrándonos en lo que el propio Opus entiende acerca de la naturaleza de su vocación, ha de quedar claro que Escrivá y los escrivarianos consideran que la vocación al Opus no es una más de las muchísimas “vocaciones específicas” que se dan en la Iglesia a raíz de la actuación del Espíritu Santo en ella, sino que es, más bien, una “vocación general” que, impulsada también por el Espíritu, se limita a ratificar a fondo los compromisos adquiridos por un cristiano en la recepción de los sacramentos del bautismo, matrimonio y orden sacerdotal. Según Escrivá, quien se incorpora a su Obra no ha recibido del Espíritu una “vocación específica” (como la de una orden religiosa o un instituto secular o un movimiento laical), sino que ha sido llamado por el Espíritu para ratificar radicalmente su “vocación general” de cristiano corriente en medio del mundo.

Permíteme aportar dos citas del fundador que probablemente ya conocerás: «Tienes vocación y la tendrás siempre. Nunca dudes de esta verdad, porque se recibe una vez y después no se pierde; si acaso, se tira por la ventana» (citado por A. del Portillo, carta 19-III-1992, nº 14). «Nuestra vocación no es, como algunos han propagado erróneamente, una especie de entrega de segunda categoría», cfr. Carta, 8-XII-1949, nº 95, citada en el Iter Jurídico. En estas dos citas se constata muy bien que la vocación al Opus es, en la terminología utilizada por teólogos oficialistas de esa institución, una “vocación general” y no “específica” como sería la de los benedictinos, franciscanos, jesuitas, teresianas, neocatecumenales, legionarios de Cristo y un largo etcétera.

A partir de esta comprensión teológica de la vocación al Opus, se deriva la exigencia jurídica de transformar el instituto secular Opus Dei en prelatura personal y también se deriva todo el lío acerca del vínculo, contractual y no contractual al mismo tiempo, que intentas poner en orden en tu cabeza y en las nuestras, tarea ardua y difícil, en tu artículo del 20.05.2015, titulado Traumático pasaje del Instituto Secular a la Prelatura Personal. Por cierto, ya Bienvenido intentó arrojar luces sobre este problema jurídico en su estudio El contrato canónico de dedicación de los laicos a las obras apostólicas de la prelatura personal (30.01.2008). El embrollo jurídico sobre la naturaleza del vínculo contraído por los miembros de la Obra escrivariana sólo se esclarece, en mi opinión, a la luz de la megalomanía narcisista de su fundador. Escrivá pretendía llegar a obispo (ver Marcus Tank: 14.03.2014) y se imaginaba su fundación como si unos cristianos corrientes, para ratificar radicalmente sus compromisos bautismales, eligieran una diócesis y un obispo –es decir, a él– para vivir ahí su “vocación general” de creyentes con una radicalidad con que no la podían vivir en sus propias diócesis. Sólo a la luz de esta patología mental y fundacional cuadran las piezas del absurdo rompecabezas referente a si el vínculo es contractual o no contractual y en qué medida lo es.

Como ves, E.B.E., estoy en plena conformidad con tu línea de pensamiento. Para entender la naturaleza del vínculo paterno-filial de la vocación al Opus, (1.06.2015) te remontas al trastorno de personalidad del fundador. Por mi parte (12.10.2007), para entender el embrollo de la naturaleza contradictoria, al mismo tiempo contractual y no contractual, del vínculo de incorporación a la prelatura personal, también me remonto a la patología narcisista del fundador. Escrivá pensaba que un cristiano corriente, adhiriéndose filialmente a él, podía santificarse bien del todo porque sin el Padre y fuera del Padre esa santificación no podía tener lugar: megalomanía pura.

Antes de terminar, me permito hacerte una pequeña confesión como amigo que te considero. Siento una profunda lástima por los teólogos y canonistas de la Obra de Escrivá, los cuales pierden tiempo y una enorme energía de esfuerzos intelectuales por dar cohesión a algo carente de sentido. Dedicar la vida entera trabajando como teólogo oficialista del Opus es una desgracia enorme. Buenos teólogos como san Agustín no perdieron el tiempo, pero los teólogos oficialistas del Opus llegan a perder incluso el sentido más elemental de la realidad. Por sentido de la realidad entiendo, entre otras cosas, percibir el sufrimiento de don Antonio Petit, del padre Danilo Eterovic y de don Juan José Martí. Mientras los teólogos oficialistas del Opus se enzarzan en cuestiones bizantinas (vocación específica o general, vínculo contractual y no contractual, etc.), no perciben el sacrificio de los hijos de Escrivá, es más, les importa un bledo ese sufrimiento.

Te agradezco, pues, tus esfuerzos, que sin duda nos ayudan a comprender cada vez mejor qué es eso, tan extraño, de la Obra de Escrivá. Te saluda cordialmente

Josef Knecht





Libro de Antonio Esquivias.- JAC

Apreciado Antonio Esquivias:

He terminado de leer tu libro, que es apasionante por lo verídico. He encontrado a faltar el "Cuarto" método de manipulación de las conciencias,y es la nota que hace el sacerdote de la prelatura a comisión regional, en caso de confesiones graves, siempre en clave, para que no pueda ser interpretado por un profano, pero dejando muy claro la persona de quién se trata y la índole de las faltas (6º mandamiento o lo que sea). Supongo que no lo has puesto en el libro para no poner en evidencia a "todos" tus antiguos compañeros de armas, y no poner en peligro el propio sacramento en el seno de la prelatura, si se entera la Iglesia y hace una suspensión general de la posibilidad de confesar por los sacerdotes de la prelatura. Era posible si se publica en un libro, que es público y lo lee todo el mundo. Yo entiendo el no haberlo mencianado por un tema de prudencia.

Saludos a todos.
JAC





Niños.- Ndor

Vivíamos en un mundo de locos. Un mundo preparado para la guerra a base de virtudes e ideales. Después venia lo de las clases. Nosotros. Ellos. Ganar el mundo para Dios. La Obra, el único instrumento. La vocación, la llamada de Dios. Ese bálsamo etéreo sobre el que construir nuestra vida. De nuevo, nosotros.

Y así seguíamos durante años. No queremos libertad. No queremos derechos. Tenemos derecho a no tener derechos. Dejadnos en paz. Vamos a cambiar el mundo. Si venís a ayudarnos os contestaremos. Os desarmaremos. Seguimos siendo niños, no nos hagáis daño.

Ndor





Una joven en desgracia –no burguesa- ¿Puede ser admitida en la Obra?.- Nicanor

Conversábamos con unos amigos al respecto de que los burgueses no pueden entender la pobreza que se practica en el Opus Dei. Esto trajo a mi mente el debacle que se produjo durante la Revolución Francesa en la que millares de cabezas – burguesas cabezas – pasaron por la guillotina: campesinos, aristócratas, religiosos, revolucionarios, etc., todos burgueses incapaces de entender lo que se había engendrado.

Por otra parte, nos preguntamos si dentro de las varias estampitas que reparte la Prelatura hay alguna de una no burguesa en proceso de canonización y recordé a María Ignacia García Escobar, la primera mujer del Opus Dei. El caso es que ella no está dentro de las “estampadas”… Los lectores han de conocer que esta mujer fue una joven burguesa cuya familia cayó en desgracia, contrajo tuberculosis, se hospitalizó y fue allí donde conoce a San Josemaría.

Lo más extraño del caso es que, si bien todas las páginas mencionan que la joven desgraciada pidió su admisión a la Obra pero no se indica expresamente que San Josemaría se la haya concedido. Es decir, no se dice: fue la primera numeraria, agregada, auxiliar, supernumeraria… ¡Nada! Sólo que pidió ser admitida. Por otra parte, nos extrañó que, siendo los biógrafos tan dados a exaltar la labor de San Josemaría para con los pobres más pobres, ningún varón se animó a pedir la admisión a la Obra siendo el mismo San Josemaría quien les pedía oraciones por su fundación… ¿O no? ¡Qué misterio!

Nicanor Wong Ortiz
nicanor.wong@outlook.com





Downton Abbey Escrivá.- Paiquito

Hola.

Quisiera hacer una comparación para visualizar la realidad en la que se vive en el opus dei, sin decir qué es exactamente así ni tratar de ofender a nadie.

El escrito de Lawrence describe un poco lo que sucede en uno de los capítulos de la serie de televisión inglesa Downton Abbey, donde una de las cocineras se pone a estudiar y descubre un nuevo mundo. En dicha serie se vive al estilo de las familias inglesas de abolengo y, de alguna manera, simpatiza con el estilo de vida de las residencias del opus dei. De hecho, el fundador de la prelatura obtuvo un marquesado.

Y por otra parte, el último escrito de Ebe: “El sacrificio de los hijos” señala las palabras de autoconocimiento que tenía Escrivá sobre sí mismo, cuando se presenta como “patriarca”. Y bíblicamente pues los patriarcas tenían esclavos y esclavas.

Si se combina el marquesado y el patriarcado pues tenemos un Downton Abbey Escrivá. El problema, como todos sabemos, es que el opus dei no es una serie de televisión sino un lugar real en el mundo, en donde a las personas se les inculca la veneración de un patriarca-marqués, y lo peor del caso, se les oculta dicha realidad*, y luego se les pone a trabajar en la misma casa.

El opus dei en ese caso es juez y parte, y un juez que muy estricto a la hora de fijar la manera de cómo quiere que se le sirva.

Saludos cordiales.

Paiquito

*lo del marquesado nunca se menciona, y luego se justifica como algo accidental, pero en todas las residencias se vive como marqués.





Mala palabra: GAY.- Lawrence

Leí que la rectora de la Universidad Montevideo (obra corporativa del Opus Dei), Mercedes R., no le quedó más remedio que renunciar tras haber declarado en una entrevista que los gays son personas con alguna anomalía, al igual que hay tréboles de cuatro hojas...

Hoy quiero empezar a escribir echos que han sucedido en Uruguay.

Aunque no soy Gay siempre me molestó ciertas actitudes discriminatorias con las personas empezando por nosotras las numerarias auxiliares. Recuerdo perfectamente a esta numeraria cuando recién llegó a Uruguay, seria, intransigente. En una tertulia recuerdo que otra numeraria hizo un comentario acerca del concilio Vaticano II, y ella la cortó en seco como si tuviera la verdad absoluta.

No me llamó la atención para nada esa noticia creo que fue en el 2012, viniendo de quien venía. No creo que haya renunciado porque esté de acuerdo con los gays, o que tenga amigos gays y los respete, sino para evitar más escándalo y dejar a la obra mal parada, aunque igual no se puede tapar el sol con un dedo. Metió la pata de cabo a rabo!

Buscando en Facebook posibles amistades me topé con la foto de una ex nax. Muy feliz le envío la solicitud de amistad, con total naturalidad me comentó que estaba enamorada, felizmente casada. Ella y su pareja son una de las tantas que ahora tienen la oportunidad ante la ley, como lesbianas, de unirse en matrimonio. Puedes estar o no de acuerdo, estamos en democracia, perfecto, pero seguramente querida MR pensarás dos veces las cosas antes de hablar.

Lawrence





La distinción fuero interno-fuero externo.- Antonio Esquivias

Publicado en Religión Digital5/06/2015

La distinción fuero interno-fuero externo

Se trata de una distinción que utiliza el derecho canónico para entender que ambos aspectos no se pueden mezclar. El gobierno en la Iglesia se ejerce en el fuero externo. El fuero interno es el fuero de la conciencia. Las penas que la Iglesia aplica en el fuero interno, por ejemplo la excomunión latae sententiae no la aplica un juez ni ninguna otra autoridad, sino la misma conciencia de la persona afectada.

La distinción entre fuero interno y fuero externo ha sido elaborada por el derecho canónico de la Iglesia alrededor de la confesión para proteger la confidencialidad de los contenidos manifestados en esta y por extensión en cualquier actividad de dirección espiritual. En la Iglesia está estrictamente prohibido que las personas que bajo cualquier título reciban contenido de fuero interno (confesión y dirección espiritual) tengan una función de gobierno. Además se establece la libertad de escoger la persona a la que manifestar el fuero interno.

Este es un punto clave en el Opus Dei que afirma tener como actividad central la dirección espiritual. Sin embargo en el Opus Dei ninguno de esos dos aspectos está protegido. Las personas que asisten en el fuero interno, el director del centro es quien lleva la dirección espiritual (la confidencia en la terminología interna, pero bastante significativa) y el sacerdote del centro para la confesión son dos personas que tienen función de gobierno (fuero externo). El director es el director del centro y el sacerdote es miembro del Consejo Local y como tal participa en todas las reuniones de gobierno y, aunque formalmente no tiene voto, sí que tiene voz y su consejo es escuchado habitualmente.

Además, ambas personas son nombradas por el gobierno del Opus Dei y no son libremente elegidas por la persona.

Por último, ambas personas son las encargadas de informar a los directores superiores sobre las personas a su cargo, de modo que todas las decisiones de la dirección del Opus Dei sobre las personas se toma con la información de personas que tienen acceso al fuero interno.

Esta praxis que lesiona gravemente el derecho a libertad de conciencia vigente en la Iglesia no ha sido aun investigada por la Iglesia a pesar de las diversas denuncias que se han realizado. Por ejemplo, yo mismo participe en una carta-denuncia, que el Cardenal Elías Yanes llevó a la Santa Sede en 2007.

De cómo es la praxis hablo largamente en mi libro: El Opus Dei, el cielo en una jaula.

Antonio Esquivias

Publicado en Religión Digital5/06/2015




 

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