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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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¿SE INTEGRA EL OPUS DEI EN LA IGLESIA?

MELQUI, 20 de mayo de 2004

Estimado Jacobo:

Como creo que escribes con buena intención, voy a intentar responder con franqueza a las cuestiones que planteas en tu correo. Lo primero te diré que yo estuve en la obra de numerario entre los 14,5 y los 18 años. Ahora tengo 42, estoy casado desde hace 15 con una mujer maravillosa y tenemos 8 hijos estupendos. Gracias a Dios, después de varios años de “sarampión” espiritual tras dejar la Obra, el matrimonio fue para mí ocasión de acercamiento a Dios y de una vuelta a intentar vivir la vida cristiana. No pertenezco a ningún grupo ni movimiento (quizá me pase lo que al gato escaldado) e intento vivir mi fe cristiana con los medios ordinarios que la Iglesia pone a mi disposición, a través de la diócesis y la parroquia.

Dices que recibes formación católica, y no “opusina”. Y será, probablemente, cierto. Desde luego, a nivel puramente doctrinal, “de catecismo”, y sobre todo hacia afuera, la Obra enseña los contenidos que enseña la Iglesia (siempre hay matices, de resaltar unos u otros aspectos), y desde luego los contenidos de esa doctrina no son heréticos. El principal problema de la obra no es la doctrina, sino la práctica, como ya se ha puesto de manifiesto en muchísimos escritos de esta página. Y el segundo problema de la obra es que la persona está en función de la institución. Esto quiere decir, por ejemplo, que primero se diseña el plan, la vocación, el cliché, y luego se aplica a la persona, recortando lo que sobra si es preciso (lo que sobra de persona, digo). Y eso quiere decir también que el que una persona reciba formación (aunque sea doctrina católica) en un centro de la Obra, no tiene como finalidad que esa persona entienda mejor su fe, sino que tanto esa formación, como las actividades culturales, como las deportivas, como las de ocio, tienen como finalidad, mediata o inmediata, que la Obra crezca en número, a costa, si hace falta, de no respetar a la persona en su individualidad y en su desarrollo específico.

Dices también que si todos somos efectivamente católicos, estamos en el mismo equipo. Bien, esa es la teoría, una vez más. Pero es que la Obra es la que forma su propio equipo y hasta juega con su propio balón. Claro, como es Prelatura personal, tiene justificación para todo y más. Te pondré algunos ejemplos, sin ánimo de ser exahustivo:

- Próximamente, la vigilia de Pentecostés, se celebra en toda la Iglesia el Día del Apostolado Seglar. Es una celebración de la Iglesia, de todos los seglares de la Iglesia y hay jornadas especiales en todas las diócesis. ¿Participa la Obra en la preparación, o en la realización, o en las actividades o se une en espíritu a esta jornada? NO. Explicación: la Obra es Prelatura personal y sus miembros no dependen del Obispo de la Diócesis. Bien, pero ¿y el espíritu eclesial, católico, universal? ¿no somos del mismo equipo?.

- En la mayoría de las diócesis españolas existe un Consejo de Laicos, que canaliza la participación de los seglares en la actividad apostólica de la Iglesia, y existen en él representantes de los distintos movimientos y de cristianos laicos corrientes de la Iglesia. ¿Hay algún representante de la Obra en esos Consejos? NO. Misma explicación del apartado anterior.

- En 1998, se celebró en Roma, convocado por el Papa, el Congreso de los nuevos movimientos eclesiales que pretenden la santificación ordinaria de los seglares. Acudieron los Focolares, Comunión y Liberación, Los Kikos, ... ¿Participó el Opus Dei?. NO. Explicación: La Obra no es un movimiento, sino que es la misma Iglesia. Conclusión: necesitan su propio congreso.

- La Obra anima a multitud de instituciones de la Iglesia, e incluso a congregaciones religiosas a cooperar con ellos y, de hecho, muchas de ellas cooperan y mucho. ¿Coopera a su vez el Opus Dei en las actividades de alguna congregación religiosa, instituto secular, o grupo en general de la Iglesia?. NO. Explicación: no es de su espíritu.

- Los miembros de la Iglesia nos confesamos o nos dirigimos espiritualmente con los sacerdotes que ella pone a nuestra disposición, seculares a veces, otras con jesuitas, o con franciscanos, dominicos... Y también acudimos a veces (sabiéndolo o no) a sacerdotes del Opus Dei. ¿Recibe el Opus Dei asistencia espiritual de algún sacerdote que no sea de la Obra? NO. Explicación: no son buenos pastores para ellos.

En fin, podría seguir poniendo hasta cien ejemplos. Pero sólo trato de explicar mis dudas sobre el hecho de que estemos en el mismo equipo y juguemos con el mismo balón.

Lo que argumentas en el siguiente párrafo, partía de la premisa anterior “si jugamos en el mismo equipo”. Con lo que si resulta falsa o cuando menos dudosa esa premisa, carece de sentido la posterior parte del silogismo. Pero es que además, aunque estuviéramos tirando piedras a nuestro tejado, lo importante es buscar la verdad, no que el tejado quede más o menos bonito. En la Obra, en cambio, se puede ocultar la verdad si ello es necesario para que el tejado se vea perfecto por fuera.

Aun cuando haya gente a la que la Obra le ayude a santificarse, no por eso nos tenemos que callar, sino que será conveniente que quien entra por ese cauce tenga TODA LA INFORMACIÓN, cosa que no se recibe normalmente en la Obra (sobre todo en el caso de los numerarios y agregados). Y lo que dices en cuanto a las consecuencias de UNA mala experiencia aislada, pues, hombre, yo cuando tenía dieciocho años creía que había sido una mala experiencia para los doce o quince de mi entorno que entramos y nos salimos. Más adelante fui enterándome de varias decenas y ahora soy consciente de que son centenares de malas experiencias (esta web es testigo), y vislumbro que probablemente sean miles. Además, las coincidencias entre esas experiencias son tan notables (lee todos los escritos de la web) que ni poniéndose previamente de acuerdo se hubiese conseguido tal similitud y ausencia de contradicción en los contenidos esenciales, aun contando con el filtro personal de cada uno.

No creo, por otra parte, que la reforma o no de la Obra sea SU problema, como tú dices. Es MI problema, primero porque es parte (o debería serlo) de la Iglesia y por ello me afecta. Y segundo porque, como te dije, tengo 8 hijos que intento educar en la fe cristiana y que son inteligentes, por lo que sé que van a ser candidatos perfectos para que la Obra los llame (la mayor ya lo es). Y eso no es SU problema, sino MIS problemas, MIS OCHO problemas. Y además, en tercer lugar, me siento con la responsabilidad de dar la información necesaria para que a otras personas no les suceda lo que a mí.

En cuanto a que sea o no camino para que algunos lleguen a Dios, ojalá sea así y seguro que lo será. Cierto que “cada persona tiene su camino y su libertad para seguirlo o no”. Pero precisamente por eso resultan útiles las informaciones que aparecen en esta página. Así el que elija el camino sabrá TODO lo que se va a encontrar en ese camino, cosas que la Obra no le va a decir de entrada y que le irán comunicando muchas veces con dosificador, mediante el famoso "plano inclinado". Teniendo todos los datos, se podrá ejercer la opción por ese camino con auténtica libertad, como tu reivindicas. Verás, hay muchísimos santos (se puede leer en multitud de vidas) que se han santificado “gracias” a la incomprensión e incluso persecución de sus superiores: su Abad, su Obispo, el General de su Orden. ¿Y porque algunos hayan alcanzado la santidad por ese camino, no vamos a denunciar y criticar que esos superiores actuaron mal y no vamos a intentar rectificar errores? ¿Concluiremos por ello que es voluntad de Dios el que los superiores estén puestos para fastidiar a los que están a su cargo?. Yo creo que no. Pues, del mismo modo, el que haya personas que se santifiquen en la Obra o incluso a pesar de la Obra no excluye la información, la crítica y la rectificación. “Que os améis los unos a los otros” no significa “que os digáis sólo lo que os gusta los unos a los otros”.

Por eso no es cuestión de “dejarse de tonterías y poner algo más positivo sobre la Obra”. Eso ya se hace en el Opus Dei. No sólo es que se pongan cosas positivas, es que hay que camuflar las negativas y hacer como que no existen. Es necesario dar siempre buena imagen. Y hay incluso criterios específicos, prácticas concretas y notas internas para conseguir eso. Aquí, en cambio, no se dice a la gente lo que tiene que poner, ni siquiera se le invita a que sea negativo (como se hace en el Opus con lo positivo), ni se incita a escribir cartas al Director (o en este caso al Webmaster) sobre un tema determinado y con un contenido concreto, como hace la Obra. En fin, que cada uno escribe lo que quiere en la web. Si la mayoría de la gente que aquí escribimos ha tenido una experiencia negativa, eso no se puede camuflar. No es una simple cuestión de talante.

Por último, quiero aclararte que el Magisterio de la Iglesia es otra cosa que lo que hace o dice una persona, aunque sea declarada santa. No todo lo que hizo y dijo San Agustín a lo largo de su vida es Magisterio. No todo lo que hizo y dijo San Dimas (el “buen ladrón”) es Magisterio. Y no todo lo que hizo y dijo Carlomagno (es beato, y los franceses le veneran como tal) es Magisterio. Ni lo que hizo María Magdalena. Ni siquiera todo lo que hizo o dijo San Pedro.

En fin, siento haber sido tan largo. Pero espero haberte hecho llegar algunas respuestas. Es verdad lo que dices al final de “que los caminos del Señor son diversos y variados, pero no dejan por ser distintos de ser válidos para llegar a Él”. Ojalá la Obra lo entienda y no piense y diga que los que no quieren seguir ese camino es porque les faltó generosidad o porque son otros judas.

Que Dios nos guíe a todos. A la Obra también.


 

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