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 Tus escritos: Consideraciones acerca de la pelicula Camino.- Aquilina

900. Sin clasificar
Aquilina :

La noche pasada pude finalmente ver la pelicula Camino, y deseo compartir con todos algunas sensaciones y reflexiones.

Globalmente la pelicula me gustó, mucho. Soy consciente de no ser una parte neutral: por supuesto, esperaba encontrar en la pelicula la imagen critica que tengo yo del Opus Dei, y la encontré. Me resulta facil imaginarme que quien la mira deseando encontrar una imagen positiva de la misma institución, y no la encuentra, queda confirmado en su pre-juicio de que el director critica la institución –eso es cierto- y da una imagen de ella deformada –esto lo es mucho menos. Pero en la Obra es obvia esta ecuación (critica=difamación) y creo que aún tendrá que pasar bastante tiempo para que empiecen a dudar de ella, aunque espero que un poco esta idea haya empezado a desmoronarse.

No obstante, desde esa lejanía de posiciones, creo que sea posible argumentar que la pelicula está hecha con delicadeza y respeto, pone el dedo en la llaga de aspectos criticos del Opus Dei y creo que no sea inalcanzable que también quien se supone decepcionado por ella pueda coger en su constructividad estos aspectos criticos representados. Especialmente encontré esta actitud en...



unos detalles, por ejemplo en querer representar el papel de la mortificación corporal no con la cruda representación en la que se han complacidos otras representaciones más sensacionalistas, sino con ese gesto, que a muchos por cierto nos quedó muy familiar, de ofrecer una bolsita,  pero que contiene no los cruentos instrumentos de mortificación habituales en la Obra, sino una alusión más discreta y poetica en la piedrecitas que llaman a la memoria los cuentos agiograficos.

 No sé si nadie se ha fijado en esto: lo mío, como lo de muchos otros –creo- que aún seguimos de vez en cuando con las estructuras mentales de dentro del Opus, fue sentirme molestada por esta imprecisión, pero acto seguido reflexioné que, ese detalle, no puede ser debido a una imprecisión: demasiado se ha hablado, a proposito y a desproposito, de cilicios y disciplinas. No, yo creo que el director quiso aludir a ellas sin caer en la truculencia que estas practicas asumen especialmente cuando están representadas en la ficción.

Por otro lado, aunque yo sea bastante ignorante por lo que se refiere a la estetica, creo que el nivel metaforico es esencial en la representación artistica, y Fesser utiliza muchisimo las metaforas para representar ese mundo y sus vivencias. Ese recurso a las metaforas universaliza los hechos que si no quedarian meramente anecdoticos, y los excusa de alguna aproximación y exageración, que es funcional al objetivo de recrear, en el arco de tiempo limitado de una pelicula, el ambiente claustofobico y obsesivo propio de la Obra. Si eso es cierto, también la escena final del aplauso, que efectivamente deja algo perplejos, cobra significados algo distintos de la mera exaltación del termino de un camino de sufrimiento y de dolor que acaba por ser querido casi como fin en si mismo, en ese continuo negarse cualquier rasgo de humanidad y de limitaciones. Pues el aplauso en el cuarto de Camino que muere se confunde, en las últimas percepciones terrenas de la niña, con el aplauso de la representación de Cenicienta, y es funcional, además que a la representación de la dureza de corazón de los que están llegando hasta el final de su proposito de crear a toda costa una nueva santa, a la representación del hecho que, en esta historia paradigmatica, en realidad se están viviendo dos tramas distintas: la de Camino, que en su cabeza, en su fantasia, vive la historia de su primer enamoramiento (que –¡cuidado!- en su corazón sencillo y limpio de niña no tiene por qué enfrentarse con el amor a Dios), y la trama que “quieren realizar” su madre y su entorno. Y en este motivo he encontrado yo la fuerza de esta pelicula, que consigue representar, de forma metaforica como es acertado por una pelicula: la gran estafa del Opus Dei.

La gran estafa del Opus Dei que, en su acción proselitista con los niños y los adolescentes, precisamente, aprovecha del mundo interior que se abre a los grandes ideales, al amor, a la busqueda de absoluto, para crear una crisis existencial que facilite la aceptación de dejarse injertar en sus filas.

También queda representado, en la pelicula, el doble nivel de realidad, el “doble lenguaje”, la confusión semantica con la que se juega para que las personas pierdan el contacto consigo mismas, con sus emociones y su racionalidad, volviendose de esta forma casi imposible, por cierto muy dificultoso, el proceso de analizar criticamente lo que te va pasando cuando te provocan la crisis de vocación. Esta confusión semantica, estos planes distintos en los que, tú, joven, hablas y ellos entienden y fuerzan tus palabras, está muy bien representado con el doble “Jesus” el adolescente niño de su barrio y la segunda persona de la Trinidad encarnada. Cualquier manifestación de la niña de su idealismo, de su deseo de amar y de ser amada, de su generosidad natural, es observado por los adultos de la Obra, y por ellos viene cortado del tronco lleno de linfa vital que es esta niña y guardado para ir reconstruyendo otra niña, otra Camino que ya no es ella misma y que ya no podrá nunca más ser la misma creatura llena de vida y de gracia que nos presenta la pelicula.

En su hermana ese proceso ya está muy adelantado, en su madre, desde largo rato, ya está acabado. Son procesos que todos hemos, de alguna forma, vivido y experimentado, al menos hasta cierto punto.

También encontré muy acertada la representación de la manipulación de parte de la directora con la hermana de Camino: asistimos a reiterados intentos de cortar en ella cualquier espontaneidad, cualquier empuje de cariño y de solicitud con su familia natural y, cuando ya estas manipulaciones han surtido su efecto, en el momento dramatico en el que se acerca el desenlace de su hermana, al pedido de autorización acerca de la “conveniencia” de coger un taxi, la directora ya puede dar un paso atrás, y contestar con “¿quien soy yo para decir si hay o no que coger un taxi?” segura de que esa chica ya no lo va a coger, a lo mejor pensando que la suya es una opción libre, y una demostración de amor a Dios.

También muy bien representado es el tema del control de las cartas: las cartas que son controladas y hasta sustraidas por la madre y por la directora, no tanto como falta de confianza sino por “evitar tentaciones” que puedan desviar del recorrido hacia la petición de admisión. Queda muy bien representado en estos hechos y en otros de la pelicula, esta actitud mental muy propia y caracteristica del Opus Dei (aunque no sólo de ellos, por supuesto, pero en ellos adquiere nivel de rasgo caracteristico) de creerse saber -mejor que los interesados- qué es el bien y que no es el bien, esa actitud de proteger la gente contra sí misma, que provoca esa minoría de edad cronica que caracteriza en muchos casos la forma de ser con la que salimos del Opus –y con la que muchos se quedan dentro.

Definitivamente, más allá de imprecisiones secundarias (los sacerdotes que actuan de directores en los centros, la bata blanca o de colores de la hermana administradora, la charla representada a una mesa de trabajo, etc.) y hasta gracias a estas imprecisiones, sin las cuales no serìa posible representar rasgos que se evidencian sólo con un largo paso del tiempo, la pelicula consigue representar y dar una idea de la vida del Opus y, sobre todo, de la atmosfera que se vive dentro.

No obstante diferencias concretas de situaciones, en muchos momentos yo reconocì mi historia y mis vivencias en lo que se representaba en la pantalla, y todo eso se ha logrado con una elegancia y una poesia que hasta ahora creo que no se encontraron en representaciones críticas de la realidad del Opus.

Aquilina (Elena)




Publicado el Monday, 06 July 2009



 
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