Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

SANTOS Y PILLOS.
El Opus Dei y sus paradojas.
Santos y pillos. El Opus Dei y sus paradojas
Joan Estruch
ÍNDICE

Prefacio

Introducción
Parte primera:
I. Hacia una sociología histórica del Opus Dei: el estado de la cuestión
II. José María Escrivá
III. El fundador del Opus Dei y el Dios del fundador del Opus
IV. Desde la fundación oficial hasta el comienzo de la guerra española (1928-1936)
V. Los tres años de guerra (1936-1939)
VI. 1939: "Camino"
VII. La implantación del Opus Dei en España (1939-1946)
VIII. 1946: Roma
IX. La expansión internacional del instituto secular del Opus Dei (1947-1958)
X. 1958: "Non ignoratis", una carta de monseñor Escrivá
XI. La consolidación del Opus Dei
Parte segunda. La ética del Opus Dei y el "espíritu del capitalismo":
XII. La España de Franco, entre Fátima y Bruselas
XIII. La formación de empresarios y la dirección de empresas
XIV. El ascetismo intramundano del Opus Dei
XV. Conclusiones: el tradicionalismo y la modernidad del Opus Dei
Bibliografía
FIN DEL LIBRO
 
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SANTOS Y PILLOS. El Opus Dei y sus paradojas
Joan Estruch

PREFACIO

Sería probablemente harto difícil -y de escaso interés para el lector, además- pretender reconstruir la genealogía de este libro, remontando hasta los orígenes remotos de la investigación en la cual se basa. Quien haya vivido la evolución de la historia española durante la segunda mitad del siglo XX, forzosamente se habrá visto confrontado en repetidas ocasiones con la existencia de una organización, mal conocida en general, rodeada de un cierto misterio y de abundante polémica, denominada Opus Dei. Un científico social no puede dejar de sentir curiosidad e interés ante el carácter omnipresente -¿o tal vez habría que decir omnilatente?- de dicha organización. Y en el caso de que ese científico social se dedique a la sociología de la religión, la curiosidad tiene muchas probabilidades de convertirse algún día en verdadera fascinación.

Pero para que ello suceda, es preciso que se dé un factor concreto que precipite el salto, desde los nebulosos orígenes remotos del interés por un tema hasta sus orígenes más inmediatos. Nada más fácil de explicar en este caso, puesto que los orígenes "inmediatos" del presente estudio se sitúan en unas coordenadas muy precisas, tanto en el tiempo como en el espacio: una conversación con Peter Berger, un soleado mediodía de invierno, en la Rambla de Catalunya de Barcelona, a finales del año 1989. E igual que en el párrafo anterior, cabría afirmar ahora que si quien haya estudiado sociología durante la segunda mitad del siglo XX necesariamente habrá tropezado con los textos de Berger, quien se dedica a la sociología de la religión tiene muchas probabilidades de ser discípulo suyo.

Tal era al menos mi caso. Desde hacía muchos años le tenía por un maestro; durante muchos años había leído y estudiado sus libros, y hacía muchos años que en cualquiera de mis escritos me veía obligado a citarle repetidamente. Había traducido también algunas de sus obras, siendo responsable -según decía él- de "la pérdida de su virginidad en catalán". Ello había propiciado un cierto intercambio epistolar. Sin embargo, aquella conversación del invierno de 1989 constituía, de hecho, nuestro primer encuentro "cara a cara".

En su calidad de director del Institute for the Study of Economic Culture, de la Universidad de Boston, Peter Berger deseaba reunir información acerca de algunos posibles aspectos originales o específicos de nuestra "cultura económica". La mención del significativo papel que históricamente había desempeñado la creación, en Barcelona, de las dos primeras "escuelas de negocios" en el proceso de renovación, dinamización y modernización del mundo empresarial, con la particularidad de que ambas instituciones estuvieran vinculadas a la Iglesia católica -una a través de la Compañía de Jesús, y otra a través del Opus Dei- fue la chispa que desencadenó el proceso conducente a la redacción de estas páginas.

En efecto, en mi prólogo a la edición catalana de "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", de Max Weber, escribía en 1984 que del mismo modo que cabría demostrar "la relación existente entre la ética jesuítica y el espíritu del capitalismo, confieso que desde hace años espero la aparición de un estudio similar -realizado evidentemente desde las Españas- sobre la ética del Opus Dei y el espíritu del capitalismo" (Estruch, 1984, 10). Si consideráramos esta frase como una síntesis de lo que he llamado los "orígenes remotos" de la investigación, la réplica de Berger -"¿y por qué no lo haces tú, ese estudio?"- constituye sin lugar a dudas su "origen inmediato".

Pero si efectivamente constituye su origen inmediato, ello es debido a que la pregunta de Peter Berger, que hubiera podido ser un mero interrogante amable y retórico, se convirtió al momento en una pregunta-propuesta. Hasta el punto de que aquella afirmación, clásica en todas las notas de agradecimiento, según la cual "este estudio no hubiese sido posible sin la ayuda de... ", en este caso no es retórica en absoluto. El Institute for the Study of Economic Culture aceptó incluir la presente investigación en su programa, subvencionándola desde el primer día. Y una vez concluido el trabajo de lnvestigación propiamente dicho, me ha brindado además la oportunidad de pasar un semestre en Boston, preparando la redacción definitiva del libro y colaborando en las actividades del Instituto.

La antigua deuda, de orden intelectual, para con mi maestro se ha multiplicado, pues, notablemente: en buena parte por que le debo la realización de este estudio, y, sobre todo, porque le debo el privilegio muy especial de poder tratar ahora a un maestro verdadero como a verdadero amigo.

Debo agradecer asimismo a la Universitat Autónoma de Barcelona las facilidades que en todo momento me ha proporcionado para la realización del trabajo. El personal de la Oficina de convenios de investigación ha demostrado ser un equipo con voluntad de poner las cosas fáciles, bien lejos del estereotipo de la burocracia que sólo pone trabas. Los compañeros del Departamento de sociología, así como las autoridades académicas, me han liberado durante mi semestre de estancia en Boston.

Por otra parte la Fundació Jaume Bofill de Barcelona quiso, por iniciativa de su director Jordi Porta, sumarse al proyecto y contribuir materialmente a su realización. A todos ellos, pues, mi agradecimiento sincero.

Por primera vez al cabo de muchos años, he estado haciendo una investigación relativamente larga y compleja sin contar con la colaboración de Salvador Cardús. He de reconocer que no me ha sido fácil volver a acostumbrarme a trabajar sin él. Aun así, él fue el primero -después de mi mujer, claro está- que leyó el manuscrito inicial y criticó sus carencias sin cumplidos, como debe ser.

De entre las muchas personas que de modos distintos han intervenido en la investigación, justo es destacar a dos, aun cuando ello suponga una cierta injusticia para con todas las demás. Durante un año entero he contado con la ayuda de Esther Fernández Mostaza y de Josep Verdaguer, quienes han buscado, leído y analizado muchos montones de documentos. De las discusiones siempre ricas con el segundo han surgido no pocas de las hipótesis de la segunda parte del estudio. En cuanto a la primera, su capacidad de trabajo, y de trabajo muy bien hecho, me ha allanado considerablemente el camino en lo que respecta a muchas de las cuestiones relativas a los orígenes del Opus Dei y a la figura de su fundador.

Navidad de 1989 - Pascua de 1992

Joan Estruch
Centre d'Investigacions en Sociologia de la Religió
Universitat Autónoma de Barcelona
Institute for the Studv of Economic Culture
Boston University

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