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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

16-1-2004

Los números en la Obra

Tres de los frentes de discusión que se han abierto estos últimos días en la sección Correspondencia por varios participantes me parecen muy clarificadores. Se trata de los asuntos de si se nos fijaba un número de amigos “a tratar”, de las metas apostólicas con X personas por zona y, por último, los enrevesados cálculos que algunos han tenido a bien efectuar para fijar exactamente qué número de personas permanecen en la Prelatura muriendo en ella o se las piran antes de salir con los pies por delante.

El mero hecho de que nos embarquemos en estos asuntos constituye para mi la confirmación de una sospecha de la que me atreví a formular una pequeña teoría (privada): la Obra es algo así como la “matematización” de la fe. Que las listas de amigos sean más o menos extensas según qué centro puede ser discutible; que existen, no cabe la menor duda (valga sólo como referente la Lista de San José). Que las autoridades estipulan un número de vocaciones por Región, puede ser, en versión seráfica de José Carlos, un estímulo, pero ahí está. (Por cierto, camarada José Carlos: si acepto tu tesis de la vocación que sólo da Dios y que la misión de los humanos es predicar y tal y tal... ¿cómo explicas que a personas que llevan varios años se les invite a dejar la Obra “porque no tienen vocación”? ¿Se fue Dios de copas y al volver dijo: “a éste le quito la vocación”?)

Bueno, al grano. Todos estos correos me asientan en mi tesis. La Obra es, sobre todo, números, resultados, listas. Todo está contabilizado: las jaculatorias, que deben decirse por miles, las tres partes del Rosario, diez minutos de lectura, tantas veces a la semana tal cosa, una vez al mes tal otra, tantos amigos,... Eso puede contribuir a que la Institución crezca en cantidad pero, ¿ayuda realmente a crecer en profundidad espiritual? A mi personalmente me sumió en una vida de cuadrícula, donde todo se cuenta y los “éxitos” venían de la mano de los cumplimientos, pero mi interior estaba seco.

Definitivamente, a la Obra le falta más poesía.

Jose


Cor unum et anima una...

Orejas!

Me dado una gran alegría los emails de Javier Canals y de Alfredo, ya que me parece estimulante el saber que numerarios visitan esta web.

Pero lo que sí no me gusta en que pongan en duda los testimonios y escritos de cientos de personas que han decidido participar de esta web.

Yo soy el primero en admitir que leí mil artículos, y he leído libros (entre ellos del Código Da Vinci) en el que coincido que las cosas que se dicen no tienen nada que ver con lo que se vive en el Opus Dei. Pero todos los que fuimos miembros de la Obra sabemos que lo que se dice acá no es mentira. Podremos tener matices personales, localismos, pero todo lo que se dice es verídico, y eso es lo que mantiene a esta página viva.

Y lo que tampoco comparto con José Carlos es que las cosas que acá se cuentan sólo pasan en algunos pocos centros o en países olvidados.

Lo que demuestra esta web es que el Opus Dei está tan aferrado a su espíritu que no importa en dónde uno viva, de que sección sea, o en que año uno pidió la admisión, todos vivimos lo mismo en mayor o menor medida.

Mariano


Estimado Javier Canals.

Te hablaré en presencia de Dios y desde el corazón.

De las respuestas que recibiste ayer habrás confirmado que ni "mamporros", ni "palos"… sino apertura dialógica y respeto por tu punto de vista (aunque no se comparta del todo).

Gracias por expresar tu opinión, por participar. Sobre todo porque eres de la Obra (y sigo queriendo a mucha gente ahí). Yo era todavía de la Obra hace menos de un año. Y era tan numeraria como tú eres numerario. Como bien dices, conozco bien, muy bien, ¡más que bien! la VIDA en el Opus Dei: la llevo grabada en mi espíritu, en mi inteligencia, en mis afectos, podría decir que sigue marcando en algunas cosas de las que pienso y hago. Llevo a la Obra ¡hasta en mi cuerpo! ( y no lo digo sólo por la templanza adquirida. Incluso en ese terreno sé un poco más que tú, porque yo dormí en tabla 10 años, y en el suelo diariamente, por más de un año, porque no había lugar en las habitaciones de uno de mis centros).

Como tú, sé de ideales de entrega; de negación de uno mismo; de trabajo constante; de vencer el egoísmo intentando la alegría de los otros; de práctica de virtudes; de vida interior (las maravillas de una oración confiada en Dios; el gozo inefable de la presencia Eucarística; la sensación de alivio e ilusión tras una confesión; la lucha esforzada por motivos de amor para identificarse con Jesús; el arrebato gozoso de un canto gregoriano bien entonado en que el alma se escapa en notas de alabanza al Creador; de la alegría que provoca ver almas que rebozan de paz tras reencontrarse con Cristo; ...). Todo ello fruto de la maravilla del Cristianismo más puro. Parte de eso se puede encontrar en la Obra; yo lo encontré allí y por ello le estaré eternamente agradecida.

Eso, tan positivo, cuya raíz es universal, católica -e incluso simplemente "humana" en ciertas cosas-, es "patrimonio de la humanidad" (aunque dudo que la UNESCO lo tenga considerado así, je). Lo que de ello haya retomado el Fundador del Opus Dei a la hora de plantear la estructura de su institución, seguirá siendo atractivo y bueno de suyo (independientemente de que se integre como "parte del mensaje" que predica la institución), y dudo que alguien -al menos creyente católico- se atreva a negarlo. Ante eso creo que nada tenemos que decir (más bien vivirlo y comunicarlo con la vida, pero eso es cuestión personal, de conciencia).

Como numerario te cuestionas cómo es posible encontrar en la misma web un núcleo extenso de exmiembros en cuyo testimonio se refleja dolor y desilusión -en un caso hasta "amargura entre líneas"-. Y que entre sus escritos con dificultad encuentras se diga "algo positivo" sobre la Obra, además de que consideras injustas muchas "acusaciones globales". Y de paso sintetizas y expones las "culpabilidades" que supuestamente se imputan a la Obra conforme la "opinión de algunos testimonios de la web". Concluyes con que "no te parece que la realidad sea tan sencilla".

Pues coincidimos Javier, coincidimos: la realidad no es tan sencilla… y no se trata de "culpar" sino de esclarecer la verdad.

De ahí que tantos estemos tan preocupados por clarificarla. Porque de ello, amigo, depende que muchas personas, que como tú o yo, son o fueron numerarios, tengan más elementos para encontrar la verdad y para orientar sus vidas.

Me gustaría decirte al respecto sólo 2 cosas.

La primera es que hay algo muy sabio entre las cosas que te dijo Aquilina ayer… te lo digo con todo respeto (ya se lo he dicho a otra amiga numeraria que quiero mucho).

Javier, desafortunadamente no nos vas a entender del todo, aunque estés en la disposición de comprendernos. Y no nos vas a entender porque sencillamente careces de perspectiva (de alejamiento; de distancia; de ponderación sobre el binomio dentro-fuera del Opus Dei; del sufrimiento existencial que conlleva la salida; de experimentar la auténtica libertad y los riesgos de ser nuevamente "uno más").

Mientras tanto, nosotros ya vivimos lo tuyo…

Así como yo podría entender que me hables de "la alfombra para que los demás pisen blando", del "minuto heroico", de "la intención mensual general", de ser "aristócrata del Amor", de "entregarse como borrico de noria", de… (por mencionar ejemplos que cualquier lector ajeno a la Obra no entenderá en absoluto en su sentido pleno, en tanto tales términos carecerán del contenido y significado precisos que se les dan como "modo de vida al interior del Opus Dei"); así como podemos hablar sobre aquello que de que "las personas de la Obra miran al mundo "en tres dimensiones" o "son un farol encendido"" -a diferencia del resto de los mortales-;… pues así te puedo decir que te haría falta salir de ahí para quitarte los "anteojos" (me imagino esos con micas rojas y verdes), para que puedas volver a ver el mundo tal cual es, y para que puedas ponerte nuestros zapatos.

Quitarse los anteojos no implica ver 4 dimensiones (ni 5, ni 6, ni 7, ni nada que huela a convertirse en juez o intérprete absoluto del mundo)… quitarse los anteojos implica sencillamente aprender de la experiencia, aprender de la reinserción a una vida ordinaria, aprender a ver por uno mismo.

Como numerario seguirás viendo las cosas "desde dentro", realizando juicios conforme las pautas que te enseñaron (tus "tres dimensiones" como miembro de la Obra). No olvides que por Amor de Dios, conforme tu vocación divina en el camino del Opus Dei, aceptaste vivir así, pensar así, querer así… (aceptaste hacerte, SER OPUS DEI. Aplicaste en tu vida lo que dice la canción de Casa: "el derecho de no tener ya nunca ningún derecho"; Decidiste configurar tu voluntad a la "praxis" de la Obra, que en miles de aspectos de tu vida cotidiana contiene indicaciones concretas, predeterminadas, sobre cómo debes actuar, y te comprometiste a obedecerlas).

Dichas indicaciones, por principio, te impedirán acceder a la realidad tal y como podemos hacerlo quienes ya nos hemos ido.

Disculpa que sea tan concreta, pero la "visión tridimensional" que debes vivir (a menos que estés rompiendo las reglas), contiene indicaciones por las que no puedes leer "el mundo" en muchos temas clasificados en 5ª o 6ª (llámense libros, vida cultural, vida social…). Nosotros hemos tenido que aprender a leer de nuevo… y dicha lectura nos ha abierto muchos panoramas que tu jamás tendrás la oportunidad de conocer.

Dime, sinceramente ¿tienes permiso para leer opuslibros con todos sus contenidos? Porque para estarlo haciendo ahora (y por el tiempo que ya has de haber invertido en leer "con interés" la web), ya debiste comentarlo en tu charla fraterna semanal.

Y, nuevamente, conforme las instrucciones propias de la Obra para la dirección espiritual, estás obligado a compartir tus pensamientos, dudas, cuestionamientos, ilusiones, acciones (que surgirán en tu contacto con la web y con tantos exmiembros que deseas ayudar a "cambiar")… y sobre lo que te digan en torno a la web, tendrás que "aceptar rendidamente las indicaciones" que tus directores te den.

Javier, gracias por tus buenas intenciones, pero antes de intentar "cambiarnos" piensa:

¿Tienes permiso de la Obra y estás dispuesto a "aprender de la experiencia de otros" para cuando menos partir de un terreno sólido en tu intento? (por cierto que me gustaría nos explicaras ¿por qué y en qué nos quieres cambiar?).

¡Aprender de otros!, que tema más bonito… me recordó el "Sedes Sapientiae", la "humildad colectiva", los "faroles encendidos", el "apostolado de la inteligencia", el "lucero en la frente"…

Javier, comprende que nosotros sabemos cómo se ve sin-con-sin anteojos, o sea antes de la Obra, bajo la visión de la Obra, Y DESPUÉS de la Obra…

Quizá por eso sólo exmiembros puedan profundizar en la respuestas a Gustavo sobre el tema de "las dos verdades". O aclararle a Alfredo lo que pasa y se sufre en el proceso de salida (que nosotros ya vivimos), o contestar a Juan por qué ha tenido que surgir esta web, o reirse (sanamente, sin ánimo de ofender) con el "apostolado" que defiende Mariano, o responder a Cabernet por qué en la página oficial del Opus Dei no se habla de los diversos problemas que padecen los exmiembros (y mira que es un tema importantísimo conforme el gran número que existe -y que por lo visto continuará ampliándose-).

La segunda y última cosa: Te agradezco tus oraciones y ¡acepto tu ofrecimiento de ayuda! (y lo siguiente lo digo sin la más mínima ironía).

Javier, necesito volver a creer en varias cosas…

Me ayudarás mucho si con el permiso de tus directores continúas estudiando los testimonios de la web, analizando las causas del "dolor y desilusión" -que tú mismo reconociste y dices comprender- en tantos exmiembros, y elaboras un documento en que se sintetice la problemática que encontraste. Que la comentemos en público para que podamos ayudarte a matizar cómo vemos las cosas, y para sugerirte posibles cauces para mejorar la situación. Que le escribas al Padre contándole todo esto y envíes una copia a la Santa Sede y otra de nuevo a la web. Ambos rezaremos desde hoy por el asunto ¿qué tal?

Me despido y te incluyo "explícitamente" en mis oraciones por la Obra.

Saludos a todos.
Claudia


Hola Orejas

Por desgracia, no tengo tiempo por leer y comprender todo el volumen de correo, que en esta página se publica. Admiro a los Orejas de turno, por su constancia y tenacidad, aunque los comentarios personales y correcciones, han menguado, supongo por el volumen incrementado. Voy leyendo, textos aleatorios, y me hago la idea por donde van los tiros.

He leido a Alfredo, el comentario del 15 de enero, muy interesante y con la cabeza muy bien amueblada, a mi entender. Cuidado Alfredo, los libres pensadores, por mucha razón que tengan, acaban saltando en la Obra, si no lo tienen la habilidad de saberlo hacer. Y a veces, si lo sabes hacer, acabas con el riesgo de una doble vida. A mí esto me pasa. Pero soy claro con los directores, y a medida de lo posible, elijo directores con mentalidad "abierta", que los hay, son las que rebuscan vocaciones tipo diamante en bruto, por fuera estas vocaciones tienen apariencia de sucias y dentro hay una piedra preciosa. Son los que yo admiro.

Nuestro libre pensamiento no puede ir de "rodríguez" por la vida, o si no dejaremos nuestra vocación en la playa y nos iremos de "picos pardos" por Madrid. Como pasaba en la España de los 60, véanse películas de la época.

Más allá de la casuística, de los escritos, de esta página web... está el terrible problema. De bien poco sirve, apuntar un testimonio más, cuando hay miles. ¿No sería posible un diálogo con la Obra?, ¿o mejor dicho, con una persona que representara la Obra de verdad?, Incluso que fuera el "Padre". ¡¡¡Hablar con la Obra!!!, no echar palabras al viento, y ver, si la Obra las oye. Sintetizar los problemas y presentarlos ordenadamente, más allá de la casuística. Sin miedos. Sin rencores. Como personas que sois, son y somos.

Es un problema que hay que solucionar con encuentro y diálogo, pero con encuentro a ser posible físico y hablar, con las cabezas bien amuebladas. Más allá de orejas requemadas y directores integristas.

Jaime

(Amigo, los orejas de este lado del ordenador últimamente callan porque se están produciendo acontecimientos "históricos" en esta web. Por primera vez en la historia no ya de la web sino del mismo Opus Dei, dos numerarios escriben, se contestan y opinan públicamente -Alfredo y Javier Canals- también un cooperador -José Carlos-, y ahora tú, supernumerario, intervienes en la conversación. ¡Mon Dieu! Y no es una conversación para dilucidar dónde se pone la imagen de Escrivá más grande y más cara... ¡¡¡es para hablar de temas de fondo, para opinar sobre el mismo Opus Dei, para pensar, para ser cada uno como es, para contradecirse, para intercambiar opiniones!!! Amigo, bienvenido al milagro)


Queridos amigos:

Thomas Cook (12/1) nos ha introducido en el capítulo de la política y el opus Dei. En mi opinión es falso que en el opus Dei exista verdadera libertad política y que en si mismo no tenga una ideología en este sentido. Vaya por delante que respeto todas las ideologías y partidos que a su vez respetan a los demás, y que no pertenezco ni me identifico con ninguno en concreto.

Me explico: En realidad sólo se puede pertenecer a partidos políticos de derechas/conservadores. Quizás la libertad está en implicarse o no implicarse en política. Puede haber alguna excepción que se utiliza de cara a la galería: lo suele hacer el opus Dei. La razón que se da de la adecuación a la doctrina cristiana o de la Iglesia no es válida en este sentido. Los partidos de derechas han caído en muchos casos en el neoliberalismo y el materialismo y el Papa los ha criticado duramente, tanto o más que a los de izquierdas no marxistas. Los partidos de derechas toleran o incluso promueven temas tabú como el aborto y el divorcio. En los medios de comunicación que "dependen" de ellos no se fomenta la moral cristiana. Se muestran muchas veces intolerantes con la inmigración y los más desfavorecidos. Ahora en España el candidato del PP (derechas) ya habla de reglamentar las uniones homosexuales. Si hilamos fino es posible que se aproximen más al ideal cristiano los partidos de centro-izquierda.

Presencié en un curso anual la "persecución" dialéctica de un numerario que afirmó haber votado un candidato socialista en las municipales de una pequeña ciudad, porqué el contrincante de derechas le constaba que era un indeseable. Durante el fallido golpe de estado del 23-F en el centro de estudios se vivieron momentos de "exaltación golpista", de alegría indisimulada ante la expectativa ingenua por parte de muchos de que las cosas volverían a ser "como antes" e incluso de "ajustar cuentas". De hecho, durante la transición, la agresividad verbal contra la apertura de la sociedad -con sus aciertos y sus fallos- era muy frecuente. La excusa era casi siempre la misma: el destape. Se oía aquello de: "Vamos a quemar tal quiosco o tal cine" y creo que se llegó a cometer algún acto vandálico. El fundador y posteriormente D. Alvaro no disimularon jamás sus simpatías por la causa de Franco y por su régimen (hay abundante documentación al respeto-ver carta de monseñor Escrivá a Franco). Se daba por supuesto que el alzamiento de Franco y la guerra civil habían sido una cruzada. Jamás oí un comentario negativo a las atrocidades criminales que "también" se cometieron por parte del bando nacional. Posteriormente el opus Dei tampoco ha ocultado sus simpatías por los regímenes dictatoriales de derechas de latinoamérica. Coincidí con algunos numerarios del colegio romano de Chile y Argentina y no paraban de cantar las alabanzas de regímenes que fueron criminales. Ya se sabía pero importaba más mantener ciertos privilegios, puesto que el opus Dei estaba unido a las clases dominantes y burguesas. Tuve que aguantar tertulias en el centro de estudios con invitados de ideología fascista indisimulada y nadie decía nada. Discrepar de esa ideología dominante podía señalarte como alguien sospechoso, al menos en aquellos momentos.

En muchos sitios de España el único partido que puede votar (y decirlo!!!) un miembro del opus Dei es el PP. Si esto es libertad política!!!.

Cambiando de tema: Podríamos empezar en la línea de la falsedad institucional una recopilación de sentencias, frases y consignas que se repetían en los medios de formación y en la vida diaria y que son no sólo falsas, sinó muchas veces opuestas a la realidad. Muchas ya han salido en los correos.

Por ejemplo, se me ocurren para empezar:

Sóis libérrimos
Los curas no mandan
De cien almas nos interesan las cien
La corrección fraterna nunca es delación
Los directores nunca se equivocan
Los enfermos son el tesoro de la obra
A nadie se le saca de su sitio
Los directores nunca se inmiscuyen en los temas profesionales
En la obra no hay secretos
Sois cristianos corrientes en medio del mundo
Las puertas están cerradas para entrar y abiertas de par en par para salir
Quien deja la obra va a ser un desgraciado toda la vida


Si los orejas se animan se podría empezar una sección con este tipo de frases que se podría titular: El falso camino, el camino del engaño o algo parecido. Quien quisiera podría añadir frases o comentarios o una anécdota a una de ellas para demostrar su "perversión".

Un abrazo a todos,
Galileo

PD: Gracias Satur: pensaba que lo tenía muy crudo para "salvarme".

(Amigo, nosotros nos animamos a todo. En la nueva web -a la que le falta poco para que la veáis- tendremos muchas posibilidades para ampliar el menú, añadir nuevas secciones, etc., etc., etc.)



Respuesta a las preguntas que me plantean

Queridos amigos (me permito utilizar este término, ya que lo utilizan los que me responden, y supongo que lo hacen con sinceridad, como yo)

Gracias por publicar mi e-mail. No esperaba tantas y tan profusas respuestas a mi mensaje.

Antes que nada, pues por lo visto no me expresé bien en mi primera carta: no pretendía decir que todas las críticas al Opus Dei en vuestra Web sean globales, o injustas. Ni tampoco enjuiciar (Crítico Constructivo: gracias por hacerme revisar mi carta, que efectivamente podía interpretarse así, y gracias también por el escrito sobre el sigilo y la confianza).

No voy a contestar a todo lo que se me plantea. No porque no tenga nada que decir, sino por falta de tiempo y por los motivos que me han movido a escribiros. No voy a enzarzarme en interminables discusiones sobre puntos de vista, ni hacer exégesis de otros escritos o cartas, ni he venido a presentaros una versión que vosotros llamaríais "oficial", ni a redactar exámenes de conciencia, ni a convenceros de nada, ni a defender el modo de actuar de miembros o directores que no conozco en situaciones que tampoco conozco.

Tampoco voy a entretenerme en elucubraciones intelectuales, pues el tema de que hablamos es serio, incluso grave: tanto por referirse a la Fe como por el hecho de que haya tantas personas que hayan sufrido y sufran (o aunque fuera sólo una).

Lo que quería decir lo dije en mi primer mensaje. Ahora quiero solo agradecer vuestras amables y francas respuestas y contestar a la carta de Aquilina, por ser la más larga y por tratar un tema muy importante (los otros también lo son). Sólo puedo argumentar con mi testimonio, que al parecer es tan diferente de los de otras personas.

Aquilina: gracias por el tono de la carta y por tu paciencia. Conozco tu escrito y los demás de "Libros silenciados": la misma persona que he dio el nombre de esta Web tiene la bondad de pasarme todo lo que encuentra sobre o contra la Obra. Me ha extrañado el argumento "excluyente" que utilizas. Según tú, por estar dentro de la Obra y haber sido "adiestrado" (atribuyo la elección de esta palabra al hecho de que escribes en un idioma que no es tu lengua materna), me falta "capacidad crítica" -que se equipara en tu discurso a "distancia"- para reflexionar o juzgar sobre el espíritu de la institución, o sobre cómo se vive en casos concretos.

Sé que no me lo dices a mí como individuo (desgraciadamente, no nos conocemos), sino en calidad de Numerario que, como tal, vive supuestamente en un mundo virtual, que se rige por una lógica basada en tautologías, en donde todo tiene un orden (criterios), un dinamismo frenético que no deja tiempo para pensar (lucha y metas en todos los campo, con éxitos y fracasos, que se interpretan siempre como éxitos) y una explicación sencilla del mundo (buenos y malos, como en las películas del Oeste, salvo que aquí hay buenos que se vuelven malos y malos que se pueden volver buenos).

Pues no, me parece que no es así.

Yo me hice de la Obra unos días antes de cumplir los 18 años, y el ambiente humano del centro que conocía no me atrajo especialmente (era un club para bachilleres, y casi todos eran más jóvenes que yo). Quiero decir con ello que he ido conociendo el espíritu "de fuera hacia dentro", y he tenido suficientes oportunidades para estudiarlo y reflexionar sobre todos sus aspectos. Además, la vida me ha enseñado a no confiar en esquemas simplistas. He trabajado muchos años en una Comisión, he sido testigo y parte en una campaña mediática alucinante contra la Obra en Alemania (esta sí que era "contra" y no "sobre"), me he visto enfrentado a muchas situaciones imposibles de solucionar mediante la mera aplicación de unas recetas, he tenido que rectificar y que pedir perdón muchas veces, he sufrido con la marcha de personas de la Obra, a los que sigo queriendo mucho, he visto que las cosas no "salen" siempre como lo esperamos, y me siguen temblando las piernas como el primer día cada vez que tengo que escuchar en confidencia (no me ha gustado nunca lo de "hacer la charla") a un padre de familia que me da cien vueltas en calidad humana y sobrenatural, y darle consejos que le ayuden a ser mejor cristiano, mejor esposo y padre y, por tanto, mejor persona en el mundo. Y sé que en esto no soy ninguna excepción en la Obra.

Me estoy refiriendo al "espíritu crítico". Me he planteado y he escuchado muchas veces preguntas, desde dentro y desde fuera de la Obra, del tipo de ¿porqué tiene que ser así?, ¿cómo es posible, en pleno Siglo XXI, que ...? o ¿no ves que es absurdo e ineficiente proceder de ese modo? En mi familia (a pesar de tener tres tíos numerarios/as, uno de ellos falleció en Roma en 1975) me siguen preguntando en ton de guasa, que cuándo pienso "colgar la corbata" (Edu: no va contigo, pero, si no llevamos hábito, ¿qué se puede "colgar" al irse ...?).

Ante estas preguntas, y una vez superada la reacción espontánea de autodefensa, que incita a llevar la contraria "porque sí", cualquier persona razonable piensa (y/o reza), y saca sus conclusiones. Yo las he sacado, y sigo aquí. No me considero por ello mejor ni peor que otros, pero sí afortunado.

Es evidente que hay cosas en la Obra que van cambiando, y otras que cambiarán. Desde los pantalones de las mujeres, las tarjetas de crédito o leer la epístola en la Misa (no pretendo ofender la inteligencia de ninguno pensando que alguien se puede ir de la Obra para dormir una siesta, o para ponerse pantalones), hasta temas de más peso, como el de la Seguridad Social de los numerarios/as que se dedican a labores internas y temas más profundos relacionados con la formación. Algunos cambios van ligados a la condición de Prelatura, que permite explicar mejor muchos aspectos. Ya no es necesario repetir continuamente que "no somos religiosos", se eliminaron incongruencias como los votos privados, y queda más clara la cooperación de la Obra con el obispo de cada diócesis (sí, ya se leen las cartas pastorales, incluso en las Misas a las que asisten sólo numerarios). No habrá cambios en lo esencial (ya sé, me preguntaréis: ¿quién dice qué es lo esencial?) ni tampoco en la plenitud de la entrega de todos los miembros que, precisamente por tener validez para todos, célibes o casados, intelectuales o no, no se expresa en aspectos o detalles externos, sino en la identificación con Cristo y en el intento de vivir las virtudes. Tampoco cambiará el verdadero afán apostólico: ese "aumentar el tono humano y la temperatura sobrenatural" a nuestro alrededor, aunque no pueda medirse la "eficacia".

No quiero decir con ello que vuestros testimonios serían impensables en la Obra dentro de unos años. En muchos se acusan modos de actuar equivocados por parte de miembros "de a pie" o directores; yo no puedo ni quiero juzgar estos casos sin conocer la situación. Otros imputan ese comportamiento al "sistema" mismo; y aquí difiero, respetando vuestra opinión.

¿Por qué difiere tanto esta visión de la vuestra?

No creo que se deba a la idiosincrasia de la gente de la Obra en Alemania como admite benévolamente Alfredo, aunque sí que es verdad que en este país tuve la suerte de conocer al profesor de filosofía Fernando Inciarte, al ingeniero y sacerdote D. Alfonso Par y al abogado Stephan Puhl (los tres ya fallecidos). Me es difícil imaginar a tres personas de carácter más diferentes que estos tres. Y cada uno de ellos me ha enseñado con su vida y con sus palabras a vivir y a defender la libertad en el Opus Dei, tanto la mía como la de los demás, y a intentar combinar (difícil arte, lo confieso, y sigo sin lograrlo muchas veces), la fidelidad a un mensaje que considero divino -si no, no estaría aquí- con la autonomía intelectual que necesita cualquier ser humano -y sin la que es imposible la entrega por un ideal-, y con una libertad de espíritu en todos los campos de mi actuar, que no excluye asumir voluntariamente criterios de otras personas, anteponiéndolos a los míos, siempre que no se opongan a la Ley de Dios.

Después de esta torpe explicación (soy ingeniero, no filósofo; por suerte, pues según el testimonio de Fede, los filósofos lo tienen crudo en la Obra), pensarás que no tengo remedio y que, en mi caso, además de saltar los fusibles del cerebro, se me han quemado los cables del transformador.

¿Que se han cometido errores? Sí. ¿Que no se aprende de esos errores? No. Se aprende, aunque estoy de acuerdo contigo en que eso no le sirve de nada a la "víctima".

Precisamente uno de los motivos por los que no quería entrar activamente en esta Web hasta ahora era el carácter de testimonio personal de la mayoría de las narraciones (por cierto, Cabernet (15-II-2004): en mi ordenador no hay ningún filtro, salvo los antivirus, y cuando le consulté al encargado de la Oficina de Información del Opus Dei si conocía la Web, y qué le parecía mi intención de escribiros, me dijo que hiciera lo que quisiera.). Y temo, como el proverbial elefante en la tienda de porcelana, herir sin querer con mi argumentación a algunos de los firmantes.

Como dije en mi primer mail, estoy seguro de que también yo he cometido "barbaridades" y he herido a otros, tanto de la Obra como a mis amigos, o a mi familia. Pero estoy convencido de que, en esos casos y en los que llegarán, no ha sido por la "maldad" implícita de unos criterios inhumanos, ni por los mecanismos inexorables de un "sistema", sino por mi culpa: casi siempre, por la comodidad de no pensar.

Quiero acabar, y me voy un poco por las ramas para contestar a otros. Gustavo: saludaré a Agustín, que sigue en la Obra y hablando alemán con su acento porteño.

Alfredo: no hay ninguna indicación que prohíba tratar a miembros que han dejado la Obra, ni ir a sus bodas, ni ser amigos suyos de verdad; lo que se recomienda es no dar la impresión de que la vida sigue igual -tú ahí, yo aquí- como si "no hubiera pasado nada": sí ha pasado, y si no, no habría esta Web. Aunque sea repetirse: admito que se hayan podido cometer errores o incluso injusticias, y permitidme que os pida de nuevo perdón en nombre propio a todos los que sufristeis al salir. Por cierto, Alfredo, ya que estamos: me han sorprendido tus respuestas, pero no te preocupes: no voy a preguntarte ¿de qué vas? ni ¿de qué lado estás?, ni nada por el estilo. A tí, y a José Carlos (me llevaré o no bofetadas, pero serán por dar mi opinión, no por la tuya: ¡de compartir, nada!), os recuerdo el lema de los orejas: ¡que cada palo aguante su vela!

Seguiré rezando y, esta vez, me permito enviaros un abrazo.

Javier Canals

(Amigo, sólo unos comentarios respecto a la web porque al resto ya te contestarán los citados si es que lo consideran oportuno.
a) Das las gracias por publicar tu e-mail. Yo te pregunto: ¿y por qué no habríamos de publicarlo? Nosotros ya des-aprendimos los criterios que nos inculcaron en el Opus. Ahora que hemos regresado al mundo y somos personas e incluso cristianos corrientes, no estamos sometidos a ninguna censura, ni a ninguna consigna, ni a ninguna nota de la delegación, ni a ninguna praxis, ni a ningún "buen espíritu"... Te extraña que lo hayamos publicado porque quizá te has imaginado lo que habría hecho con un email nuestro una web del Opus (opusdei-marca comercial, es decir, las oficiales y las otras, las que dicen "no somos del Opus pero el Opus es lo mejor y aquí podéis leer todos los libros de Monseñor, y sus biografías, y sus milagros, y podéis pedirnos una estampa en 3 dimensiones")
b) Si tú no conoces la existencia de los filtros que las empresas del Opus han puesto en marcha a través de programas "para ayudar a los padres a controlar a sus hijos para que no entren en webs peligrosas" -a nosotros nos habéis calificado como web de violencia/sexo... y que se llaman educanet, canguronet (hay más pero sólo me acuerdo ahora de esas)-, ¿te reenviamos los emails que diariamente recibimos de webs pornográficas para que conozcas esos filtros? Si quieres ser consecuente, tienes que tener datos y si estás dispuesto, nosotros te reenviaremos todo.
c) Nuestro lema es "Gracias a Dios, ¡nos fuimos!". Lo de "que cada palo aguante su vela" es una frase de Escrivá (copiada del argot marinero) que utilizó para que cada uno asumiera sus responsabilidades. Y parafraseándolo, lo utilizamos también nosotros para devolverle/devolveros el mensaje.
Y nada más. Un saludo)


No tengo mucho tiempo para contestar exhaustivamente pero no quiero acostarme sin aclarar un punto, por las nuevas dudas que arroja sobre mi persona. A Gustavo (15-I) le ha sorprendido que me haya declarado ex-numerario y actual cooperador, y a José Antonio (15-I) también le ha extrañado enterarse de que soy cooperador, e insinúa que lo he estado ocultando. Los dos ironizan sobre si soy el Rector del Colegio Romano, el primero, y sobre si voy a ser supernumerario, el segundo.

A Gustavo: quizá es que no has leído todos mis correos, porque tuve una pausa un poco alargada y a lo mejor te incorporaste a la web durante ese periodo. En mi primer escrito (30-IX-03) hablé de mi salida de la Obra y de que he tenido cargos; pocos días después (15-X-03) dije claramente "Pedí la admisión como numerario en España a los quince años..." Así que eso no lo he ocultado. Entiendo que tu lapsus puede haber ocurrido por no haber leído todo lo que he escrito, y espero que pueda ser evitado cuando los pobres orejas que tanto trabajan para mantener esta web puedan catalogar los correos por autor y fecha. Claro que si mi primer correo lo hubieran puesto en "Vuestros Escritos" también lo podrías haber visto... :)

Lo de que soy cooperador: sinceramente, me sorprende que lo veáis como la gran revelación. Os digo de verdad que ni se me había pasado por la cabeza mencionarlo, pues no veo que añada nada a lo que ya conocéis sobre mí. No es que me haya costado decirlo, es que ni se me había ocurrido como algo pertinente. Si los que os habéis ido del Opus Dei sabéis que a la salida se nos
ofrece seguir como cooperadores; si habéis leído que yo tengo cariño a la Obra (30-IX-03), que intento seguir viviendo las líneas maestras de su espíritu (12-XI-03), que voy a algún retiro (20-X-03) y que me confieso con un sacerdote numerario (9-I-04); si me parece que he dejado claro que tengo fe, y rezo, y pido por las instituciones de la Iglesia (como pido por todos los que frecuentan esta web), ¡pues ya me diréis qué esperabais que respondiera a la propuesta de ser cooperador! A ver, que levanten la mano los fieles lectores asiduos de esta web que no creían que lo fuera. Lo único que no os he dicho es cuánto doy al mes (algo, como doy a la parroquia), pero también sabéis que para ser cooperador sólo hace falta rezar por la Obra o asistir a medios de formación.

En cuanto a lo de volver como supernumerario, nos comunicó Alfredo una vez
(perdona pero ya ni me acuerdo en qué fechas era, antes de Navidad) que una indicación había llegado de Roma haciendo todavía más difícil que un ex numerario volviera como super, sobre todo si había hecho la fidelidad: nunca, a no ser que fuera previa dispensa y por razones muy especiales (antes era después de muchos años). Así que lo tengo chungo :). Y a decir verdad, no siento ninguna inclinación que me lo pida Dios, y también estoy muy contento felizmente casado y siendo un cristiano "sin etiqueta". Pero no te preocupes, José Antonio, que en cuanto escriba la carta te llamo.

Un abrazo,
José Carlos

(Amigo, si hubiera sabido que el oreja de guardia de hoy tendría que hacer tantos links -reconoce que has aprovechado para recopilar tus "obras completas"-, hubiera pedido a otro que me cambiase la guardia y yo me hubiera ido al cine. Eso ha sido una "venganza" por no haberte colocado tu primer correo -no tengo fuerzas para buscarlo otra vez y hacer el link- en "nuestros escritos". Y de tanto buscar en los correos anteriores y releyendo tu abundante correspondencia, deberías solicitar al "Auriculum Maximum" de la web, como tú llamas en tu correo del día 14 al mandamás de esta página, o sea, al orejón máximo -al que hay que invocar bajo ritual secreto para que se nos aparezca cada vez que le necesitamos-, que nos ordene reajuntar todos tus correos y hacer un libro con ellos y colocarlo en los libros silenciados.
Claro, que tú eres capaz de pedirle que te incluya en los Recursos para seguir adelante... ¿Te imaginas que pusiéramos "Surco" en los libros silenciados, o "El hombre de Villa Tévere" en "vuestros escritos" o, sin ir más lejos "Los milagros que le pedimos a los santos" de Capucci -¿tú sabes por qué se titula "a los santos" si sólo se refiere al santo Escrivá?- en los Recursos para seguir adelante?... Pues lo mismo.)


No hay dos sin tres

A José Carlos, en respuesta a su mensaje del 15/01.

José Carlos:

Decís bien en tu correo de ayer, que las dos veces que te he contestado directamente, he lanzado "invectivas" contra vos.

La razón es simple, desde que escribís en la WEB, sólo puedo leer en tus textos dos actitudes:

- la primera es tu reiterada "sordera" respecto de lo que aquí se expone. Es muy simple decir que "respetás el dolor y sufrimiento de los demás", y al mismo tiempo, efectuar apologías más o menos encubiertas, de la institución que ha sido fuente de ese dolor, sin que te rocen los cuestionamientos que a ella se dirigen.

- la segunda es la permanencia, contra todo tipo de intervenciones y respuestas a tus textos, de un modo de participar en la WEB que evade problemas serios que se dan estructuralmente en el Opus Dei: la manipulación vocacional de los jóvenes (he de decir mejor: adolescentes), la violencia sistemática contra la conciencia de las personas, el irracionalismo y el verticalismo cerriles de la vida interna y sus criterios, la deformación de la afectividad, entre otros; llevándolos al plano de lo individual, pretendiendo reducir tales problemas y otros, a la anécdota, evitando así cuestionar usos, costumbres, doctrinas, que son esenciales a la vida en el Opus Dei, no meras excepciones.

Estos modos ordinarios de existencia y de adoctrinamiento de la Obra, han dañado y dañan seriamente a las personas, y también a la dignidad del mensaje cristiano, de la tradición católica, que es bimilenaria, no comenzó en 1928, ni su portaestandarte es el Opus Dei, aunque ahora haga mucho ruido.

Hoy en día es difícil cuestionar a fondo a una institución que se apoya en el poder económico y su "largo brazo", que ha sido aprobada, escandalosamente, a mi criterio, por la Iglesia Católica; pero el tiempo es muy "democrático", todo lo somete a juicio, como dice un cantor de mi tierra: "la distancia no es amiga de quien no sabe esperar, ignora que el tiempo filtra las cosas que han de durar". Hay circunstancias que han de ser miradas con distancia, para poder valorarlas con justeza, el problema no es el triunfo o las apariencias, es la lucha por las propias convicciones, la fidelidad a la voz de la conciencia, sin venderle el alma a ninguna "obediencia debida". Todos los fanatismos y todos los conformismos tienen un límite preciso: la justicia y la verdad, lo cual se aplica también la Obra.

Entonces, me resulta imposible, y no veo por el momento elementos que me permitan cambiar de opinión, ingresar en el debate con una persona que actúa como vos: perseverando en la insensibilidad, apuntando a minimizar lo que de la Obra es negativo estructuralmente, y sigue siéndolo, mientras pretende hablarle a las víctimas, en el lenguaje del victimario.

Yo a eso lo llamo cinismo, y tu propuesta de examen de conciencia me ha parecido el colmo de tal actitud, poniéndonos a los lectores de la WEB en el injusto trance de "examinarnos" de acuerdo a tus personales parámetros, como si fueras Dios, o el obispo de nuestra diócesis o el Santo Padre, o peor, la voz de nuestra conciencia, sin que falte el "Acto de presencia de Dios". Esos modos de operar, ya los he conocido en su momento, por desgracia, y no los pienso dejar pasar, sin expresar mi indignación.

En fin, estimado cooperador, que si sólo te he contestado indignada, es porque no he leído hasta ahora nada que invite a una contestación en otros términos: he leído evasivas, o la "anécdota infinita", o medias verdades, o provocaciones. Cuando te dignes escribir con un mínimo de lealtad hacia lo vivido por otros, dado que según tus dichos has pertenecido a una versión "naive" del Opus Dei, entonces te podré contestar de otra manera, mientras tanto, no pienso enredarme en las "redes" de tu modo de intervenir en la WEB.

Por otra parte, ciertamente puedo pasar de largo tus mails, y no leerlos, pero no creo que ese sea el sentido de participar con nuestras opiniones en este espacio, quién te dice, un día me das una sorpresa... mientras tanto, voy a reaccionar como deba, cuando me sienta insultada. Es cierto que a veces tus mails son un poco largos, pero tengo la costumbre de confiar en la racionalidad humana, y por eso suelo enojarme cuando veo que se juega con ella, como vos solés hacerlo.

Si tu objetivo al participar de esta WEB es distraer la atención, poner trabas al desarrollo de debates reales, entonces, vas bien... así son las cosas, el amor a la libertad y a la verdad tiene riesgos, que hay que saber aceptar, por ejemplo, las consecuencias de dar lugar a todas las opiniones... cosa que no experimenté jamás en la Obra, que ya se sabe, no quiere riesgos, sino todo "bien atado", cuesto lo que cueste.

Si tu objetivo es compartir tus opiniones en esta WEB con quienes la frecuentan, desde mi perspectiva, no lo estás cumpliendo: vos no opinás, provocás, tomás un tema que ha sido planteado, lo ponés supuestamente en discusión, con profusión de anécdotas y razonamientos débiles o torcidos, y procedés a descalificar lo que los demás dicen, eso sí, con "delicadeza" opusina, aunque lo que se discute sea una verdad grande como una casa, pues parece que para vos "verdad" es lo que decís que viviste como socio de la Obra, todo lo que se dice en esta WEB queda sujeto a esas, tus "medidas".
Sugerencia, ya que no examen: ¿qué tal si abandonás un momento tu insistencia en el carácter "diferencial" de tu experiencia en la Obra, que esgrimís como tu carta de identidad, y pensás en la experiencia de otros y otras aquí narrada?. ¿Qué tal un poco de respeto a los demás, que tanto reclamás, reduciéndolo a las "buenas formas", y no a la escucha real de lo vivido por muchísimas personas?. Vos sabrás.

La verdad no es fácil José Carlos, pero uno la va eligiendo a cada momento... y yo no te creo, no porque descrea de los menguados datos personales que has compartido en la WEB, simplemente no creo en tus palabras... no creo en el lugar desde el que hablás.

Bueno, aquí tenés una larga respuesta, que aunque no sea gran cosa, pretende aclarar un poco los tantos, sin maneras melifluas, sin infantilismos... algunos ya crecimos, o tratamos de no dejarnos tratar como infantes... eso ya pasó, gracias a Dios.

Es todo, y que te vaya bien
Flavia


Estimado Javier Canals:

Creo que tus comentarios son sencillamente desde la barrera y no el ruedo. Muchos de nosotros en esta web expresamos nuestras experiencias personales y lo dificil que ha sido el ir tomando un nuevo rumbo en nuestra vida. No son rencores ni rabia hacia la Obra sino la incongruencia en el actuar de algunos directores que han hecho un daño muy profundo en la mayoría de nosotros y desdicen en verdad del espíritu Cristiano. Tu mismo lo confirmas al firmar tu carta que entiendes el anonimato de varios de nosotros. No es cobradía sino sencillamente que hay represalias hacia nuestras personas.

En mi país hay un verdadero control de la opinión pública y las consecuencias se reflejan en nuestras fuentes de trabajo. Es una vergüenza ver a varias gentes de la Obra que aprovechan su status de miembro para el tráfico de influencias en provecho de ellos mismos y en desprestigio de otros. ¿Acaso eso no es una actitud sectaria y mafiosa?

Lo que aquí expresamos es el sentir de cada uno de nosotros, no con el afan de atacar o difamar. Varios miembros del Opus Dei estan actuando de forma sectaria hasta el grado de dogmatizar tanto la figura del Fundador que parece un semi Dios encima de la autoridad del Papa o de la misma doctrina de Jesucristo.

En fin, nadie es perfecto pero esa es la lucha de cada día de ser mejores con la ayuda y gracia de Dios.

Israel Zepeda

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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?