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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

20-octubre-2004

 

(de Emevé) Propósito de enmienda.

"Hay una tercera cualidad de la santidad: no puede ser deseada. Si deseas la felicidad, estarás ansioso por obtenerla y te sentirás constantemente insatisfecho; y la insatisfacción y la ansiedad matan la misma felicidad que pretenden conseguir. Si deseas para ti la santidad, estarás alimentando la misma ansia y ambición que te hacen ser tan egoísta, tan engreído y tan impío.

[...]

(Emevé comienza un escrito/libro silenciado, "¿Santa según el Opus Dei? ¡No, gracias!". Primera entrega, "Propósito de enmienda")


(de Dionisio)

Queridos Orejas

Hace tiempo que no envio nada para aumentar mi colección personal de anécdotas. Ahí va otra.
Saludos, y muchas gracias por estar ahí.
Dionisio

Anécdota 22. Coches baratos y edificios caros. Recuerdo que una vez un numerario, que era un profesional independiente, recibió de un cliente, como parte de pago de una deuda, un automóvil. No recuerdo exactamente la marca, pero no era el inevitable Mercedes que llevaba siempre el fundador. Probablemente fuera un Audi o algo similar.

[...]

(Nueva entrega de anécdotas de Dionisio a su escrito "Anécdotas en el Opus Dei")


(de Daniel) A ver, para quién va a ser

Hola José Carlos:

Creo que tienes algo de sentido del humor, pero muy poco sentido común, nada de compasión y unas gafas que parecen diseñadas para ver el canal + sin descodificar.

Copio de tu última carta:

1. Sobre si, de haber seguido en el Opus Dei (posiblemente confinado al sótano de comisión pegando sellos y tratando a supernumerarios viudos), no “habría estado Dios por medio, y Él podría proveer”: en efecto, así es, y si lees con cuidado mi testimonio, dejo claro que para mí perseverar era una opción válida, aunque tremendamente abnegada. Pero también percibí que Dios no me presentaba ese sacrificio radical como única salida, “porque en la vida ordinaria no suele exigir un heroísmo descarnado como única condición para acompañarle”.

¿Qué broma es esa de que la perseverancia era una opción válida para ti? (Sin comentarios; seguro que los demás saben lo que quiero decir... menos tú, claro).

¿Todavía crees que tienes ese hilo directo con ese Dios antopomórfico que te dice lo que tienes que hacer?

Te informo que el Mío tiene muchas formas, y las que más odio son la de despertador y la de ropa para planchar.

¿Acaso no es descarnada la vida de las numerarias auxiliares, esas que tienen que llegar a la cama exprimidas como limones, para que los "numeritos" vivan como si todo el monte fuera orégano? (Estábais esperando una rima, ¿verdad?). No se puede... no me parece ético... saborear la carne pero no querer entrar jamás a una granja ni a un matadero.

Por cierto, ¡qué bueno es tu Dios, que les dice (a las numerarias auxiliares) que lleven una vida que las convierte en robots sin sentimientos... y por si los tienen y afloran, también les receta antidepresivos y otras gaitas de lo más naturales y liberadoras! No recetarás tú de éso, ¿verdad?

Prefiero, para terapia, como en los veranos, o como ayer mismo, dar de comer a las yeguas, acariciarlas, y sobar ovejas, corderitos, perritos y gatitos que se cuelan en mi casa por la noche, y no hay manera de echarlos.

Mientras tú tenías la ropa planchada (algunos sabemos lo que cuesta), otras se descarnaban miserablemente (alguno diría que heróicamente), privadas de toda ternura natural, que hasta los gatitos saben cómo se consigue y lo sana que es.

Como véis, he vuelto a sacar el tema del tacto (con los animales), que yo prefiero llamar expresión de ternura, que si no sale, puede reventar en forma de diversas taras, como la falta más absoluta de compasión y pérdida de la capacidad de reflexión. Estoy seguro de que aquel ex marido de María Crsitina pensaría que todo ésto es pura frivolidad.

Para mí, la frivolidad fue el trato que dio a su mujer. Yo creo que se merecía (él) una buena coz de una de esas yeguas que me dejan pegarme a su cuello mientras comen de mi mano.

Después de lo que has escrito en la carta de la que copio un extracto... me cuesta creer que lo que te digo te haga reflexionar.

Te preguntarás entonces para qué te escribo, para qué me molesto.

Hale, pues piensa, piensa, que por algo se empieza.

Daniel


(de Jorge Cruz)

El tema que gpa plantea es muy bueno: el cariño en la Obra.

¿Se llega a concretar realmente la fraternidad que se predica?

¿Se puede llegar a querer "naturalmente "cuando existen muchas restricciones que coartan las manifestaciones normales de amistad? (Me refiero, por ejemplo, a lo de las "amistades particulares" o a lo de que "se debe querer a todos por igual, pero que si por algo se quiere a alguien mas -porque hasta ellos reconocen que es natural- entonces dicen que se le quiera ¡pero que no se note!").

[...]

Saludos y gracias gpa, porque tu escrito me movió a escribir esto. Y a esos exhermanos de los que fui pésimo hermano: perdón.

(El correo completo de Jorge Cruz está en Tus escritos. Se titula: "El cariño en la Obra")


(de Antrax) Por fin le doy la razón a José Carlos

Efectivamente, el Opus Dei sigue al pie de la letra la doctrina católica en el formidable asunto del sexo. Otras instituciones, como los Kikos, hacen lo mismo. Incluso las otras dos grandes religiones monoteístas (Islam y Judaísmo) se ocupan muchísimo de controlar la sexualidad de sus fieles, aún a costa de torcer por completo los impulsos de la naturaleza. Tener asidos por los genitales a los creyentes es una excelente manera de controlar al sujeto en su integridad. Cosa afín se hace con la alimentación, como puede comprobarse en estas fechas de inicio del Ramadán. En puridad, la Iglesia Católica ha ido flexibilizando la doctrina en este punto, y las abstinencias del viernes o los cuaresmales ayunos han llegado a ser poco menos que letra muerta.

Otra cosa es que gran parte de los católicos practicantes o no practicantes se resignen a seguir una doctrina tan severa. No digo nada de los no creyentes y agnósticos, que hacen de su capa un sayo y, sin caer en un desenfrenado libertinaje, gozan del sexo con mucha mayor naturalidad (que viene de naturaleza).

Por lo que respecta a la continencia periódica, la considero una molesta necesidad, por motivos de viaje, exceso de trabajo y situaciones afines; anda que si no, a buenas horas. Pero, como cada cual tiene sus gustos en este particular (máxime si profesa solemnemente de médico y esposo), pues nada, chico, a disfrutarla con salud.

Un atento saludo a los orejas y demás participantes, con mi más ferviente deseo de que no se tomen al pie de la letra las admoniciones papales y o eclesiales en cuestión de amores y amoríos.

Antrax


(de U2) La Administración, esa desconocida

La limpieza y decoración

No es que sean departamentos propiamente dichos en la Administración de las casas del Opus, pero sí hacen referencia a la misma.

Una Numeraria con la que viví decía siempre que íbamos a cierta Casa de Retiros, que las casas grandes parecían "Paradores Nacionales". La observación siempre me pareció muy acertada, y creo que alguien en un escrito, habla en parecidos términos; quizás Satur, cuando describe las fotos del Fundador, siendo joven y tocado con un canotier, que hay en los centros.

[...]

(Nueva entrega de U2, "La limpieza y la decoración", a su escrito "La Administración, esa desconocida")


(de Valle) personas o instituciones

Hola Orejas,

A propósito de la discusión sobre si son los hombres o las instituciones:
Las instituciones, entiendo yo, son asociaciones, más ó menos, complejas de personas. ¿Qué son las instituciones sin las personas? Las instituciones no toman decisiones, las toman las personas. Las instituciones no ejecutan acciones, las ejecutan las personas.

La opus no existiría si no hubiera personas (atrapadas) en ella. No es la opus la que decide que alguien puede o no trabajar en un sitio, ir o no a visitar a su familia, ser agregad@, numerari@ o supernumerari@, son las personas las que lo deciden. Usando un criterio, sí, pero un criterio que ha sido establecido por personas, y que es aplicado por otras personas, con diferentes resultados, y ¡Vaya diferencias!(Ver el testimonio Bluf Story, de Lapso, por ejemplo).

La prueba más clara, para mi, de que son las personas y no las instituciones está en la gran variedad de experiencias de todos los que escribimos en esta web. En función de la persona que decide en cada momento, las mismas situaciones se han resuelto de muy diversas maneras. Los objetivos de una Empresa, son los objetivos del conjunto de sus accionistas. Si no existieran los accionistas, no existirían las empresas, si no existieran las personas, no existirían los accionistas.

Para Iñigo

¿Tú dices que eres del opus y pretendes hacernos creer que has leído el código da Vinci? Tú sí que eres mentiroso. ¿Que dices qué en "buen plan"?

Tú no sabes lo que es realmente un BUEN PLAN, y no lo sabrás hasta que no te vayas del opus. Te animo a que lo compruebes. Como habrás visto después de leer esta web "¿Por casualidad?", hay vida al otro lado, y mucha buena vida, no como la que lleváis ahí dentro.

Salud para tod@s
Valle


(de Valle) Suceso

Estos días que se habla tanto de gente-opus dopada, posibilidad de accidentes, etc., me ha venido a la cabeza un suceso (porque esto no se puede llamar anécdota), que me ocurrió siendo adscrita.

En mi centro, la secretaria era la administradora de la casa, además de atender la labor en Guadalajara, ciudad en la que había un centro en el que no vivía nadie y en el que había alguna adscrita. Una tarde no sé porqué motivo, yo fui con ella y otras numerarias a Guadalajara. El viaje se realizaba en coche y la secretaria, que se llamaba Lourdes, era la que conducía. Hace 20 años, no existía la R-2, y no recuerdo si había autovía, pero no creo que el viaje durara más de 2 horas, por exagerar mucho. Creo recordar que hicimos dos paradas, a instancias de otra numeraria que viajaba con nosotras, una para tomar un café, y otra para comprar una coca-cola, porque Lourdes se dormía, pero no creáis que le entraba cierto sopor, yo lo ví, y lo recuerdo perfectamente, sus cabezadas hacían que su pelo rozara el volante, todavía me pongo en tensión cuando lo recuerdo, porque cuando uno da una cabezada ya lleva un rato durmiendo...

Yo no sé si Lourdes estaba o no empastillada, y no hago ninguna conjetura para que Jose no me eche la bronca, me limito a contaros el suceso sin más y a preguntarme ¿La directora y la subdirectora del centro desconocían la situación?, ¿fue un día puntual o era habitual que se durmiera conduciendo?, ¿sobrevivió o se fue llevándose a otr@s por delante?. Para poner los pelos de punta.

Un abrazo a tod@s l@s Orejas
Valle.


(de Curiosa) Zigzag18

Sed quam difficile est dissimulare quum ames!
"Cuando se ama, ¡qué difícil es disimularlo!"
Sir Thomas More

El otro día una voz rota me dijo: piensa en cómo piensan los de dentro todavía.

Cómo nos ven. Cómo sienten. Cómo tienen su corazón. Con nosotros, los del mundo aparte, aquellos que no hemos pertenecido nunca a la Obra.

Pronto recuperé el índice de Camino entre mis dedos, dando con la lectura del párrafo 146 y siguientes. Pero algo hizo que recordara, rápidamente, a mi santo favorito, aquel, que muerto de frío, escribía en la torre de Londres esperando su muerte; sir Tomas More. Y, agradecí, a don Alvaro de Silva todos sus esfuerzos y ahíncos porque llegaran a mi estos escritos que guardo como oro en paño, sobre todo: "La agonía de Cristo". Y, sin perder de vista a mi guía, seguí leyendo Camino, para saber cómo es el corazón de un IN o de un EX, ya que estos párrafos se han grabado a fuego lento en su interior.

De este modo me explico varias cosas. Cómo Salvador se avergüenza de su pasado pero sigue confesándose con curas de la SSSC. O, cuando Dionisio, recuerda haber tenido el "corazón en conserva". Flanpan, y "su corazón perdido y sólo, en una edad que se va forjando la personalidad". Zuri luchando por "la importancia de rescatar lo salvable de la historia personal de cada uno". El difícil equilibrio de Josecarlos. Y... Amapola, flor de color roja, pues todavía sangra su herida. Todos EX.

El corazón. That´s the question. Pero, ¿y el corazón de los que están dentro todavía?

"Despréndete de las criaturas hasta que quedes desnudo de ellas. Porque ­dice el Papa San Gregorio- el demonio nada tiene propio en este mundo, y desnudo acude a la contienda. Si vas vestido a luchar con él, pronto caerás en tierra: porque tendrá de donde cogerte". Camino 149.

Sin embargo, Santo Tomás Moro, en "La agonía de Cristo", se dedica a hacer de Sir Thomas HOLMES (1) para averiguar la identidad de aquel joven * (Mc 14 51-52) que escapó desnudo la noche que Jesús fue preso en el monte de los Olivos.

En fin que si era un siervo o un apóstol poco importa para al evangelista; "cierto joven", es decir, un desconocido. "Le cogieron, más él, arrojando el lienzo, escapó desnudo de entre ellos".

Así pues, "los consejos espirituales que se desprenden de la fuga de los Apóstoles y sobre todo de la de este joven desconocido", "es estar preparados ante contrariedades y dificultades que se presentan de improviso y que puedan hacer necesaria la huida". Estos lienzos no son otros que las debilidades de cada uno, en absoluto "criaturas de las que hay que desprenderse".

curiosa erasmista

(1) La agonía de Cristo. Santo Tomás Moro.
Páginas 164 y ss.


(de Carmen Charo Pérez de San Román)

Queridos todos, he estado esta semana pasada en el monasterio cisterciense de nuestra Señora de Vico, en Arnedo (La Rioja), en España (para los de allende los mares). Quise felicitar a las Teresas y Margaritas, los días 15 y 16, porque me consta que hay unas cuantas Teresas, por lo menos, que están vinculadas de una forma u otra a la web, pero el ordenador de la biblioteca municipal de Arnedo, desde el que os pude seguir, no me dejaba mandar mensajes, así que os felicito en vuestra octava.

También quería contaros unos cuantos detalles que delatan los contrastes entre estas monjas, y seguro que cualquiera de las Ordenes de la Iglesia, y nuestra obradedios y su permanente doble vida o doble discurso.

[...]

(El correo completo de Carmen Charo está en Tus escritos. Se titula "Contrastes")


(de Cooper) Sobre la severidad

Saludos a todos.

Rapelu dice: "Lo que no me gusta es que a pesar de los años sigamos-sigan con el odio aunque los saturnos se vistan de simpatía"

Yo creo que Rapelu hace muy bien en dar su opinión, pero muy mal en adjudicar el odio. Porque en la frase hay dos partes, una en que expresa su gusto y otra en la que decide que los Saturnos tienen odio ¿Cómo sabe Rapelu que este odio que él identifica y critica esta ahi? ¿Quien le ha hecho juez de los demás? ¿Tiene aptitudes?

A mi cuando oigo hablar del odio y del rencor, me da "repelú" Estas palabras se usan como escobas intelectuales para arrastrar sin distinguir. ¿Que quiere decir odio? Que yo sepa es un sentimiento intimo, que no admite valoraciones externas.

¿No será que cuando nos sale esa severidad de juicio, estamos aplicando unos ramalazos autoritarios de no te menees?

Opino que en Rapelu, hay un mucho de "hasta aquí hemos llegado" puramente voluntarista. Pero al defender estos limites estaría bien que los razonase, no que nos contasen historias de guerras, ni de viejas medallas.

Planteo algunos temas de proximo desarrollo. ¿Porque Satur está en mal plan? ¿Donde advierte el odio en sus escritos?.

Con cariño
Cooper


(de Maria)

Queridos orejas:

Tengo unas dudas y no sé si ustedes pueden ayudarme.

Hace medio año empecé una relación de noviazgo con un joven ya maduro que me comentó que se hizo del Opus cuando era muy joven. Permaneció en la obra como numerario por casi quince años y hace un par de años se retiró. Mi duda es, ¿Por qué tiene tan pocas demostraciones de cariño hacia mi? Sólo un par de veces, en el tiempo que llevamos de noviazgo, le he escuchado decirme que me quiere. Él dice que en verdad me quiere pero no me lo puede estar diciendo. ¿Qué connotación o implicaciones tiene en el Opus un beso? pues él es incapaz de darme uno sin sentirse mal. Realmente el Opus pudo haberlo dejado en esos extremos o realmente no sentirá nada por mi. ¿Qué puedo hacer para ayudarlo y a la vez ayudarme en esta situación?... Mucho les agradeceré su orientación.

Maria


(de YOHA) ESTADISTICAS: ¿IMPORTAN EN EL OPUS DEI?

Primeramente un saludo a todas y todos pues, aunque les sigo todas las semanas, hace rato que no me animaba a escribir y ya me hacían falta. Muy impresionado con las últimas aportaciones de Amapola, María Cristina, etc.… no hay duda de que sus confidencias ayudarán a muchas personas.

Bueno, voy a compartir con ustedes una "tontería" que se me metió hacer desde hace mucho tiempo y bueno, al menos es un primer intento; con mi mentalidad matemática, obviamente me encanta manejar datos y como dicen por ahí, "los números hablan". Me refiero a la creación de una base de datos de las personas que fuimos del Opus Dei en mi país; esto con el fin de obtener así algunos datos estadísticos interesantes.

[...]

(El correo completo de YOHA está en Tus escritos. Se titula "Estísticas: ¿importan en el Opus Dei?")


(de Brisas)

Querida Agustina:

Como veo que has sido tú la “Oreja” que le contestaste a José Carlos, para ti es mi escrito de hoy.

No había leído tal escrito, solamente tu contestación. Ya el tema me aburre. Pensaba escribirle a JC con un correo titulado “JC ¿hasta cuándo vas a abusar de nuestra paciencia?”. Sin embargo el espíritu está pronto, pero la carne es flaca, así que leí el correo josecarliano. Mira tú por dónde he visto que quizá nuestro insistente amigo ha hecho algo, a mi modo de ver, bastante más mezquino que lo que él nos hace ver, desde sus alturas, que hacemos nosotros con nuestras críticas al Opus Dei.

La mayoría de los que aquí escribimos nos hemos ido del opus y, encima, lo criticamos. Entiendo yo que la crítica no es mala, desde luego. Pero el ejemplar José Carlos ha hecho una magnífica pirueta moral, se fue, pero se quedó. Me explico: por lo que he podido leer el muchacho ve la santidad del espíritu del Opus Dei, es maravilloso, pero para los demás. A él se le pidió una entrega que llegado el momento de darlo todo, todo es lo que hay que dar, dijo tararí que te vi. El escogió la parte que le convino, es decir, lo que el Santo Fundador de la Cosa decía para describir a personas que actúan como él: puso una vela a Dios y otra al Diablo. Hizo lo que le dio la gana y nos hace creer a los demás que los que dijimos en un momento dado, basta, estamos en mal plan.

Pues para mi que todos los numerarios que en verdad han dejado vidas y haciendas para seguir el espíritu del opus dei, si leen los escritos de JC sentirán un profundo desprecio. ¿Nadie conoce gente de la obra que ha renunciado a carreras fabulosas, o simplemente a profesiones que les gustaban y que les llenaban porque en un momento dado la dirección OD les dijo que lo tenían que dejar? ¿Qué pasa con los curas?, éstos no sólo dejan la profesión, sino que pasan a ocupar un lugar completamente distinto, tanto en la sociedad como en la propia Institución.

José Carlos tiene un morro que se lo pisa. Es de los de.... “juntémonos y vayan.....”. Sólo tiene una ventaja esa forma de actuar: que llegado el momento en que le convenga otra cosa, hará otro doble salto mortal con tirabuzón y quedará tan satisfecho.

Para Rapelu

Oye, rapelu, palabrita del niño Jesús que no entendí nada de lo que le dices a nuestro querido e inefable Satur. Bueno, más que no entender eso, no te entiendo a ti.

También te podías ahorrar las ofensas a otras instituciones.

Un saludo
Brisas


(de Luis) el pijama de los supernumerarios

En varias colaboraciones ha salido últimamente el tema de que si a los supernumerarios les imponen en la Obra el uso del pijama cuando hacen el amor... aparte de contener la risa que el asunto me provoca, quiero aportar mi grano de arena al respecto.

Llevé durante años charlas ("dirección espiritual") de supernumerarios de todas las edades, pero especialmente de supernumerarios jóvenes, solteros, casaderos (o sea: con novia) y recién casados. Especialmente estos dos ultimos grupos me preguntaban a menudo sobre detalles de la castidad matrimonial. Yo invariablemente iba al cura a aconsejarme. La verdad es que, aunque fueron variados los sacerdotes a quienes pregunté, y muy diversas las consultas, nunca me encontré con recomendaciones del tipo de la del pijama. Más bien al contrario. Recuerdo un consejo que siempre me pareció muy acertado: "no confundas la ética con la estética" Cuando le pedí al cura que me lo dijo que me diera una respuesta mas concreta, ... me dijo que lo llevara a la oración y que, sin más, yo mismo tomara la decisión. Afortunadamente, los consejos que di entonces fueron sensatos y no me arrepiento de haberlos dados. Desde luego, yo jamás habría aconsejado la sandez del pijama.

Sin embargo, se ve que otros en la Obra sí dan esos consejos, no voy a llevar la contraria a los que lo han contado aunque yo no lo viviera. El asunto es que en este tema, como en otros, NO HAY UNIDAD DE CRITERIO EN LA OBRA, cosa que a ellos les aterroriza.

Lo viví durante mis años en la Obra: hay cosas que en un centro se hacen sin problema y en otro están muy mal vistos. Hablo de centros similares en una misma delegación y ciudad.

Puede ser un tema a debatir.

Luis


(de Miguel Angel)

Hola a todos.

En primer lugar, y como siempre, disculpándome. En mi anterior mensaje omití corresponder a las amables palabras de Gregory P., referidas a otro escrito mío.

Esta vez quería colaborar en la petición que hace emeve sobre la experiencia de cada uno en la guarda del corazón. He leído alguna de vuestras historias, y ahora cuento la mía. Este es uno de los temas de “opresión” en el opus dei, el abandono del corazón, y seguro que es el responsable de la marcha de muchos de nosotros. Para unos, habrá sido el amor humano lo que nos ha abierto los ojos, pero para otros habrá sido el sentirse olvidado, después de años de entrega sin siquiera una palmada en la espalda. Esto lo nota el corazoncito, y se rebela, que en esa aspiración del reconocimiento no hay absolutamente nada malo. Ese arrinconamiento ha sido la causa de que una numeraria se haya ido hace poco, después de treinta años en la obra, y de la que puedo asegurar que casi todos la conocéis.

Ya me voy por las ramas. En mi caso, entre los 15 y los 22 años, más o menos lo mismo que habéis contado vosotros, sobre el contacto con personas del sexo opuesto: no debiera existir. Por esa obcecación que hay en la obra, en las normas prácticas sobre el trato, yo me creé un mundo imaginario sobre las mujeres. Un mundo secreto, por supuesto, y sobre todo, fantástico. En mi caso, es tremenda la atracción que ejercen en mí las mujeres; pero no estoy hablando de erotismo, ni de sexo, que también me atrae, sino de esas cosas tan exclusivas de las mujeres. Su forma de vestir, su gracia hasta para andar, su tono de voz, su carácter, todo ello por lo que una mujer es mujer, al menos para mí. ¿Es eso la femineidad?. Y así, combinando ese mundo imaginario con trato real y esporádico con alguna chica, tuve mis amores platónicos, como alguno ha acertado en llamar. Siempre, eso sí, con la sensación de estar pecando por el mero hecho de hablar con ellas. En su alrededor siempre veía un halo de misterio, no sé como describirlo, y cuanto más “guardaba” el corazón, mayor era el deseo de conocer qué había detrás de esa barrera que la praxis de la obra levantaba.

Hasta que al final, atravesé el muro. Fue como me dijo ella: tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Con el paso del tiempo comprendí que nadie con 14 ó 15 años sabe lo que quiere ser en la vida; ni con 16 ni con 18 tampoco. No es que el cántaro vaya a la fuente porque yo, malo maloso de mí, lo llevara pecaminosamente, es la naturaleza misma.

Esta chica era compañera de clase en la universidad. Se me “ocurrió” (se entiende, ¿verdad?) meterme en una carrera de letras, de esas que hay 50 chicas y 4 chicos, y encima, por la tarde. Menudo plan apostólico, por cierto. Como uno no es ciego, pues había una que me hacía tilín. Era guapísima, increíble. Decía, pues, que de vez en cuando mis ojos se posaban involuntariamente en ella, era imposible no verla. Como aparte de feo, soy muy tímido, podéis imaginar el sofocón cuando una vez, entre clase y clase, se acercó a mí para hablar; lo primero que me dijo: “he notado que me miras mucho”. Como un tomate me debí poner, encima que me diga eso, y de buen rollo, que se dice ahora. El caso es que seguimos hablando con frecuencia, bajábamos juntos al bar, nos sentábamos juntos en clase, íbamos juntos de paseo, con ella, que me parecía algo inalcanzable para cualquier mortal. Hasta que un buen día pasó lo que tenía que pasar. Nos cogimos de la mano, de allí la cintura, luego un abrazo, detrás un beso, y... fin de la historia. Nada más, ¿qué os habíais pensado, eh?. Allí se acabó todo.

Mientras tanto, ¿qué pasó entre el opus y yo?. Pues al principio no dije nada. Estaba aturdido, era una sensación muy fuerte, aunque no del todo desconocida. A eso era a lo que había renunciado, sin saber. Desde luego, renunciar a algo, al amor humano en este caso, sin saber qué es, no me parece una renuncia como tal. Eso que me explicaban de la entrega por amor, por ese Amor con mayúsculas que decían, pues resulta que el trato con una preciosa rubia de ojos azules le daba cien mil vueltas. Mi entrega en la vocación, hasta entonces, era con intención pero con poco resultado. El caso es que en esos dos meses que duró nuestra inocente relación hasta ese día señalado, viví como nunca, sobre todo, aunque no me gusta reconocerlo, en mi vida interior. Si hasta esos días hacía enormes esfuerzos para guardar la vista, pues resulta que no tuve ojos, ni oídos, ni pensamientos mas que para ella. Me viene ahora a la memoria aquél chiste; al principio, no te gusta ninguna, luego todas, más tarde, sólo una, y al final, todas menos una. Pues eso, ¡hasta me mantenía despierto en las meditaciones!. ¡Qué fuerte!. En dos palabras, estaba enamorado, se nota ¿no?.

Al día siguiente, por fin, se lo conté al director, pero ya con una idea rondándome claramente: me iba. El director me dijo que estaba tan enamorado que no veía más allá de un palmo de mis narices, y que las navidades, el curso de retiro y todo eso me ayudarían a recapacitar. He de ser justo y reconocer que el dire ni me montó un número, ni me sermoneó, ni nada parecido, creo que casi hasta me comprendía. Esto fue, como ya he dicho, al empezar las navidades, en Enero me prohibieron ir a clase, supongo que para que no la viera, y en Febrero fueron los, digamos, preparativos de mi marcha. Así de rápido. Sobre este punto, otro día contaré, pero hoy va de romanticismos.

Bueno, ¿y qué?, me preguntará alguno, con ella ¿qué pasó?. Lo dicho, ese día interrumpí la relación. Pero no por mi vocación, ni mis votos, sino por ella misma. Estaba a punto de casarse, apenas en unos meses. A mí me parecía una puñalada trapera, un robo quitarle al novio semejante joya. Soy así, que le voy a hacer; también influye el hecho de ser maño, dicen que otorga nobleza. Nos vimos unas pocas veces más, en una de ellas me dijo que ella también se había enamorado de mí, pero que... bueno, esas intimidades. Finalmente a primeros de Marzo, volví a casa de mis padres. Lo pasé fatal, no por lo de la obra, que de eso pasaba, sino por haber perdido ese otro amor, el de ella, al que sí había renunciado habiéndolo conocido. Bah, me pongo meloso, pero seguro que a alguno y a alguna también le ha pasado. Me costó mucho superarlo, pero ahora sólo recuerdo cosas bonitas de ella y de los momentos que pasamos juntos. Todo pasa, y sólo queda lo bueno.

Más tarde, tropecé con la misma piedra. ¿Con el opus?. ¡No, por Dios!, con otra chica con novio. Esta vez sí hubo más cosas, más... ¡chist!, que no vienen a cuento, pero al final, lo mismo: hay que dejarlo, a pasarlo otra vez mal, y como siempre, ahora sólo recuerdo lo bueno. Bueno, ya vale de cotilleo. Otro día más.

Un abrazo.

Miguel Angel


(de Flavia) La salvación

Amigos:

He estado pensando mucho en algunos de los correos y escritos de los últimos días, como conjunto.

Unos cuantos años después de mi salida, tomo nota con frecuencia de la naturalización que he hecho de ideas y prácticas espantosas "adquiridas" en el Opus Dei, y de cómo la "liberación prolongada" de la "farmacopea" de la Obra, trabaja sobre ciertos niveles de la personalidad, esos que aparecen en algunos "hábitos" del lenguaje, de la gestualidad corporal, de la relación con esa realidad inasible que solemos llamar "nosotros mismos". Claro, ese es el trabajo maestro de esa institución: instalarse en el interior de cada uno.

[...]

(El correo completo de Flavia está en Tus escritos. Se titula "La salvación")


(de Gata4) Sin complejos

Sin complejos, queridos Agustina y demás Orejas. A estas alturas del partido creo que ya habéis demostrado en reiteradas ocasiones vuestro talante. Por haber sido del Opus Dei no tenemos, ninguno de nosotros, que estar permanentemente demostrando que somos los más plurales, los más demócratas o los más políticamente correctos. Creo que ya está bien, que no se puede desvirtuar el carácter que se quiere para la Web por unos complejos mal resueltos. Y no son precisamente los vuestros, son los de los que probablemente se vayan por no aceptar Jose Carlos como mascota de compañía.

Es muy bueno el cariño a la gente. Me parece que es lo que ha pasado con Jose Carlos. Muchos le han tomado cariño. A mi me da que lo han adoptado como mascota: "en opuslibros somos tan plurales que tenemos hasta un cooperador de plantilla". Y creo que tenemos que tener cuidado con las mascotas. Hay veces que las adoptamos porque están alrededor de nuestra casa, los damos de comer… y tenemos que tener cuidado pues algunos se han criado con lobos y en cualquier momento pueden atacar a nuestros niños.

Creo que los mayores de edad en esto de no ser del Opus Dei estamos protegidos contra las teorías pro opus. Pero tenemos que proteger a nuestros "niños" que son aquellos que no quieren entrar o quieren salir. No pueden estar leyendo constantemente contradicciones como las de estos exenbuenplan que se han ido del opus pero no saben por qué y si lo saben no lo dicen y cuando lo dicen no lo analizan, y si lo analizan se lían y dicen que es bueno y entonces nadie entiende porque se fueron.

Recuerdo haber dicho aquí (9-3-2004) que deberíamos tener una puerta abierta para que cuando estos chicos reflexionen y vean la realidad tengan a quien acudir, pero mientras tanto y visto que son ellos mismos los que cierran esas puertas, considero que este no es su sitio, que hay muchos otros en Internet donde pueden acudir.

Gata4


(de Angel) LAS AUXILIARES NO SOLO DISCRETAS TAMBIEN MODESTAS


Los testimonios que se han publicado de ex numerarias auxiliares que ponen de relieve la situación inferior y subordinada que se encuentran dentro de la jerarquía del Opus Dei, podrían parecer exagerados o fruto de experiencias personales desgraciadas. Sin embargo, la Regulae internae pro Administrationibus confirma ese espíritu que se reseña en esos escritos.

[...]

(El correo completo de Angel está en Tus escritos. Se titula "Las auxiliares, no sólo discretas, también modestas")


(de José Antonio) Mentiras, Institución, un torpeman, y Agustina.

Hablaba Iñigo (17/10) de que no le gusta que le mientan, por lo que deduzco que en cuanto se entere de las mentiras sistemáticas de la opus saldrá corriendo. :-)

Eso mismo debí haber hecho yo, sin dilación, el día que descubrí que el opus me había engañado. Sin embargo aguanté dos años más... El lavado de cerebro tiene éstas cosas... que se necesita tiempo para reaccionar... porque uno mismo se ha implicado en la mentira disfrazando su verdadero significado con ropajes de “reserva mental”, de “visión sobrenatural”, de que “el fin justifica los medios”, de “estar en posesión de la verdad”, etc... y claro, ya no es fácil reaccionar con prontitud... ni siquiera cuando el engañado es uno mismo... Por otra parte, la reacción se retarda también porque supone reconocer públicamente, ante la propia familia (de sangre), amigos y conocidos, que primero fuimos engañados y que después nosotros mismos nos dedicamos a engañar a los demás... ¡Qué vergüenza da reconocerlo!...

Cuando por fin se logra reaccionar y sobreponerse en algunos aspectos al adoctrinamiento, todavía funcionan por inercia, por la previa mentalización, muchos resortes del adoctrinamiento recibido, especialmente los relativos a los aspectos más idealizados de la institución y a que la culpa –según dicen dentro- siempre es del que se va...por eso sufre el que se quiere ir... y por eso mismo el que está dentro, en principio, no puede ni quiere ver las mentiras de la institución... y se engaña a sí mismo pensando que mienten los demás...

El planteamiento es lógico... ¡esa es la única manera de permanecer en la institución!... engañándose uno mismo...

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Estoy conforme con E.B.E. (17/10), y me ha parecido especialmente acertado su análisis del enfrentamiento de Rapelu con Satur.

Durante años yo también pensé que el problema eran algunas personas... inconscientemente se vé que yo también necesitaba salvar a la institución...

No me daba cuenta de que esto formaba parte del adoctrinamiento recibido: “la obra es santa... es de Dios... la obra no se equivoca... se habrá equivocado alguna persona concreta en algún asunto concreto”.

Pero lo cierto es que en la opus están “institucionalizadas” ciertas actuaciones y métodos, basados en la mentira y la coacción, suficientemente probadas en ésta web, que –en mi opinión- permiten afirmar que el problema es la institución.

Por eso discrepo cordialmente de ti, Rapelu (18/10), y frente a lo que argumentas sostengo:

1º) que no es de sentido común defender ciegamente las instituciones... y mucho menos “un invento” como la opus, sobre la que hay tantas pruebas de praxis inaceptables, métodos rechazables y mentiras... por cierto, no sería descabellado afirmar que la mentira como método opusino la institucionalizó el propio fundador cuando en una película afirmó públicamente que en la opus no había votos... ¿recuerdas?...

y 2º) que algunas instituciones no son necesarias, pudiendo prescindirse de ellas sin que se resienta el mundo del derecho ni el mundo de la justicia.

Yo después de irme de la opus cambié de carrera y me decidí a estudiar Derecho movido –entre otras cosas- por la curiosidad de conocer la realidad jurídica de la opus, que tan celosamente había guardado mientras fui numerario. Las clases de Derecho Canónico fueron para mí muy esclarecedoras... Entre lo que el opus decía de sí mismo (incluidas las obligaciones de sus socios) y lo que el Derecho Canónico permitía afirmar había importantes diferencias...

El opus, desde el punto de vista jurídico, no es una institución necesaria, sino perfectamente prescindible en la Iglesia. Si el opus desapareciera la Iglesia seguiría igual, seguiría habiendo derecho y seguiría habiendo justicia... y la Iglesia seguiría adelante... pienso que con más credibilidad...

El opus no es más que una anécdota en la vida de la Iglesia... que cualquier día puede desaparecer, sea por falta de personal, sea por decisión de la Santa Sede (harta de nuestras quejas :-)). En éste último caso se vería realmente si tenía algún significado el tan cacareado “amor a la Iglesia” de los fieles de la opus...

Ya conté en una ocasión cómo un cura joven -en una tertulia pirata de un semestre del Centro de Estudios- explicó que él, si la Santa Sede disolviera el opus abandonaría el sacerdocio, porque –como decía el fundador- él “se había ordenado para servir a sus hermanos del opus dei”... por lo que, consecuentemente, desaparecido el fin desaparecería el sentido de su ordenación sacerdotal... A los contertulios aquello nos pareció de lo más lógico.

El planteamiento de ese cura, a mi entender, no era el problema de “esa persona”, sino que el problema procedía de “lo que la institución había transmitido a esa persona”, la cual era un sacerdote... ciertamente joven, aunque no demasiado..., pero “de confianza”; por eso estaba en el semestre... Por tanto, pruebas de éste estilo, de las que hay a montones en la web, incluyendo a Ruiz Retegui en su magnífico “Lo Teologal y lo Institucional”, que me parece una denuncia de lo que estaba viendo dentro del opus, permiten concluir que “el problema es la institución”.

Abunda en ésta idea el hecho de la extremada reglamentación de las conductas y la necesidad de consultar permanentemente a las Delegaciones cualquier duda que se presente... Las personas se convierten así en “peleles” de la institución y, en realidad, su responsabilidad personal está prácticamente anulada (pues creen que obedeciendo no se equivocan). Es la institución la que gobierna y en asuntos de duda, y desde luego en cualquiera de mediana importancia, prácticamente no hay margen para el “error personal” de ningún director, pues se consulta permanentemente a la Delegación...

Entonces ¿no parece que decae la manida excusa institucional de que “se habrá equivocado alguna persona concreta en algún asunto concreto”?... Para mí está claro que la excusa decae... no es más que una mentira más hábilmente ideada para exculpar a la institución...

Por otra parte, querido Rapelu, yo en general, no veo odio en los testimonios de la web, y mucho menos en los de Satur. Pero, por supuesto, eres libre de discrepar, faltaría más... Pero también eres libre de “evolucionar” en tu pensamiento :-) como muchos hemos evolucionado...

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Me reí con tu correo, Zuri (17/10) y tu teoría del “torpeman”. En general, me parece razonable lo que dices.

Pero tengo una objeción: Muchos no nos fuimos porque no pudiéramos ser opus dei... nos fuimos porque nos engañaron en el opus dei... y porque –al comprobarlo- perdimos la confianza en el opus dei... y llegamos a la conclusión de que en realidad “el opus dei no era opus dei” sino un montaje institucional..., y nuestra supuesta vocación, un invento de alguien que, presionado por justificar su proselitismo, decidió incluirnos en la lista de San José... y acosarnos hasta que –creyéndonos llamados por Dios- pitamos.

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Por último, me pareció muy acertada la respuesta de Agustina (18/10), a la que quiero aprovechar para mostrar públicamente mi apoyo y agradecimiento, extensivo lógicamente a todos los orejas.

José Antonio


(de Gregory P)

Querida Emeve (futura santa):

Me ha llegado al corazón tu queja del correo de 18 de octubre pasado. A mí me pasa lo mismo que a ti: cuando escribo algo, (cualquiera de las gansadas que se me ocurren), ardo en deseos de que, luego, alguien conteste, haga alusión a mí, me diga algo. A veces me enfado, cuando propongo temas para hablar, y luego veo que nos pasamos miles de hora contestándole a un tal José Carlos. Por cierto, no sé quién es ese señor, porque, por extraño que parezca, en mi configuración personal de "orejas" no salen sus correos. A lo mejor tengo el ordenador estropeado (o no).

Ahora, repasando, me he dado cuenta de que el tema lo iniciaste tú. He vuelto a leer tu correo, y me siento muy identificado contigo. Debo reconocer que soy muy enamoradizo. Bueno, lo era. Desde que me casé, no he vuelto a tener problemas de ese tipo (toco madera). Pero en mi etapa de agregado, raro era el mes que no me enamoriscaba de alguna conocida.

No obstante, yo nunca les di mucha importancia. Siempre he sido un sentimental, y siempre me ha gustado ejercer de tal. En mi centro, también. Era el típico que siempre estaba leyendo poesía, que sacaba temas de este tipo en las tertulias, que buscaba la compañía de personas afines. Que lloraba en las películas, si se terciaba, sin que me diera ninguna vergüenza (sin hipidos ni mocos, eh). Recuerdo el pase de la película "El campeón", con motivo del cuarenta cumpleaños de uno. Me tuvieron que consolar como si el boxeador exangüe fuese mi propio padre.

Me enamoraba con facilidad, pero me desenamoraba con la misma facilidad. Yo no me preocupaba. Siempre he pensado que el problema es preocuparse. Lo mejor es seguir el ejemplo de los demás: o sea, no hacerte demasiado caso.

Por otro lado, de entre la gente de la obra, Gregory era de los menos peligrosos, en materia del sexto mandamiento. Soy consciente de mi constitución física. Siempre he sido "el gordo", desde que tenía seis años. Por lo que, aunque me hubiera propuesto pasar del amor platónico al "aristotélico", tampoco hubiera tenido demasiado éxito. Eso nunca lo llegaré a saber.

De hecho, cuando dejé de ser del opus, creo que, para el sexo contrario, era el tío menos apetecible del mundo. No sólo estaba como un tonel, sino que además, tenía una depresión de caballo.

Intenté quedar con algunas personas que conocía, para ir al cine. Mi propósito era inocente, lo digo de verdad. Conocerlas, saber algo más de ellas, hacerme amigo, más allá del trabajo. Evidentemente, me llevé chascos tremendos.

A los pocos días de dar el portazo donde vosotros ya sabéis, invité a Nuria, la oficial de un procurador con la que trabajaba mucho mi despacho, a ver una película. A la pobre le dio un dolor de estómago terrible la tarde que habíamos quedado. Mala suerte. A los pocos días, mi jefe me dijo que no la volviera a invitar: su jefe le había insinuado que me quería valía de mi posición en el despacho para enrollarme con su oficial. También intenté salir con la secretaria, también a ver el cine, y poco faltó para que me quedara sin trabajo. Fui de éxito en éxito hasta la derrota final.

Así llegó el mes de mayo de 1992. Conocí a una chica en casa de un amigo, en la fiesta de comunión de su hijo. Recuerdo que se llamaba Luisa, y era procedente de Badajoz. Como en tantas otras ocasiones, me enamoré de ella a primera vista, aunque era una chica bastante normal. Mis amigos me veían muy desesperado (¡cómo lo estaría!), y emplearon el viejo truco de "le gustas, te gusta". A mí me decían que yo le gustaba a ella, y a ella le decían que me gustaba a mí. Sólo la segunda frase era cierta. Yo me lo creí, y ella no.

Llegó el verano, y yo estaba locamente enamorado de Luisa. La llamaba por teléfono, y ella nunca se podía poner. O estaba durmiendo la siesta, o se estaba duchando, o había salido. Cuando llegó el mes de agosto, yo no estaba deprimido: estaba desesperado.

Todo el despacho se fue a la Expo, y yo me quedé en Barcelona. Mis padres también se fueron, no recuerdo a dónde. Me quedé yo solo en casa durante todo el mes de agosto.

Os puedo asegurar que no hice más de tres comidas normales. Mi depresión era tan fuerte, que sólo tenía fuerzas para fumar y trabajar. Si lo pude resistir es porque pesaba más de ciento quince kilos. Ya había comenzado a hacer régimen, y había perdido un poco (imagináos lo que pesaba). Pero ese verano los perdí todos. En septiembre, un amigo al que no veía hacía un año me preguntó si tenía alguna enfermedad. Me había quedado en 78 kilos.

Cuando Luisa se acabó de duchar, o de dormir la siesta, o de hacer lo que hiciera durante ese verano, las tornas cambiaron. Ahora ella era la que se interesaba por mí. PERO A MÍ YA NO ME GUSTABA.

Bueno. Otro día os sigo explicando, que ya me he enrollado mucho. Os aseguro que la historieta es mejor a partir de ahora.

Un abrazo.

Gregory P.

(Nota de la web sobre las estadísticas de las lecturas. Amigos, los que entréis por la nueva web, al tener un programa informático diferente a ésta, aparecen unos datos sobre los escritos más leídos referidos únicamente a los que son escritos y no correos, ni libros, etc. Una aclaración para todos: la web opuslibros es visitada diariamente por una media de 3.000 ordenadores o computadoras. Es decir, que si uno entra varias veces a lo largo del día a la web con las misma dirección IP, los robots lo contabilizan sólo como 1 ordenador o 1 visita. De ahí que las lecturas de la correspondencia, escritos, etc., que se contabilizan REALMENTE a lo largo del día tienen una media de 3.000 visitantes.)


(de Pentium) Carta abierta a Atticus

Quiero contestar, con algo de retraso, quizás, a la carta abierta que me envió Atticus el pasado 15 de septiembre. Primero de todo quiero decirte que la he leído, y no una vez, sino muchas, y me ha ayudado. En esta carta mía –voy a tratar de no aburrir a la concurrencia- quisiera tratar de contestar a todo lo que en la tuya me dijiste.

Muchas gracias por tu felicitación por mi segundo hijo. Desde que nació el primero, no he recuperado el sueño que perdí, pero ha valido la pena. En fin, bromas aparte, de veras gracias porque veo que me conoces y, haya mucha o poca amistad –aún no sé quién eres y me gustaría contactar contigo- veo que te alegras de que las cosas me vayan bien. Aprovecho para decirte que espero que a ti también te vayan muy bien.

Veo que me conoces -¿mucho, poco…?, no lo sé- pero sí lo suficiente, pues me has calado a la primera. Sobre lo que dices al afirmar: Como te conozco, estoy convencido de que tú nunca has obrado así. Y aunque no me lo has contado, estoy convencido de que el motivo de tu salida de la Obra está en alguna discrepancia entre tu conciencia y las órdenes que te dieron los "superiores", quiero decirte, estimado Atticus, que no fueron éstos exactamente los motivos de mi salida. Tampoco voy a explicarlos ahora, pues quiero que comprendas –y que comprendan todos- que tenga cierto pudor en ventilar en un foro de internet mi conciencia, lo más sagrado que tenemos todos.

Gracias también por no pitorrearte de mi, cuando dije que yo siempre quise hacer la Voluntad de Dios. Veo que has cogido correctamente el sentido de mis palabras. Y considero que la hice hasta el final, pues tengo paz, mucha paz, y "aquello que no te da paz, no es de Dios".

Te entiendo cuando me dices que la obra está compuesta, cada vez más, de gente joven que está de paso. Se va convirtiendo, lo digo con cariño, en una especie de mili espiritual, que algunos hicimos con la mejor de nuestras intenciones, cuando éramos todavía inocentes. Quizás tengas razón.

No estoy ni "en buen plan" ni "en mal plan", simplemente intento ser buen cristiano, vivir acorde con mis convicciones y tratar de ser mejor trabajador, mejor esposo, mejor padre, mejor amigo de mis amigos, mejor hermano, mejor hijo, mejor yerno,…

He tardado tiempo en escribir, pero he "sucumbido" a tu desiderata al decirme: Tomás, espero que sigas apareciendo por aquí. Pero con sentido del humor, y un poco de compasión. Sobre lo primero, si me conoces, sabes que tengo y mucho. Sobre lo segundo, trato de hacerlo, aunque uno no siempre lo hace todo bien: quien tiene boca, se equivoca.

Un abrazo, Atticus, y por favor, pide mi dirección a los Orejas pues quiero escribirte y no sé cómo hacerlo.

Pentium.


(de E.B.E.)

Muchas gracias José por tu mail, y muchas gracias también a ti Rapelu. El tema de la institución me merece una reflexión más extendida, para más adelante.

En lo que respecta a los "mecanismos correctores" que tu mencionas José, no pienso en nada propiamente mecanizado sino en la intervención libre de las personas. Siguiendo el ejemplo que tú das, si alguien dijera que la Obra forma parte de los servicios secretos de Nepal lo más probable es que más de uno le diga: "OK, ¿qué pruebas tienes?" o también "¿por qué crees que es así?". El correo de Lala último y el tuyo de misma fecha son un ejemplo de cómo es posible aclarar sin necesidad de mecanismos de ninguna especie.

Hasta en la ciencia misma se tiene en cuenta al error como fuente de conocimiento y progreso. Y las suposiciones son como las hipótesis en la ciencia: luego vendrá la hora de la verdad, de poner a prueba esa suposición. No descartaría para nada la suposición como método de investigación, especialmente en el caso de la Obra que es "muda". Y al suponer, uno se equivoca mucho, pero también acierta de manera inesperada.

Creo que es fundamental darnos ese permiso, poder equivocarnos y rectificar. No digo que sea fácil, pero es conveniente.

Además este permiso me parece muy importante para la visión subjetiva que pueda tener cada persona, cómo ha vivido lo que ha vivido. Luego vendrá el análisis ´objetivo´ pero que no descarta para nada la ´verdad subjetiva´ de cada uno, al contrario, pienso que se complementan muy bien. Y la verdad subjetiva tiene que ver menos con la honestidad intelectual y más con la honestidad de la sensibilidad, por lo cual no hay que medir ambas honestidades de la misma manera o una sometiendo a la otra. Lo reconozco, es un tema complejo.

En muchos casos no ha quedado nada de la ´verdad objetiva´ porque la Obra se ha preocupado por borrar todas las pruebas y lo que permanecen son los relatos vivenciales, fundamentales para hacer algún tipo de reconstrucción objetiva.

Y la cuestión de la severidad que mencionaba en un correo anterior tenía que ver con exigirle una cierta objetividad inflexible a los relatos vivenciales subjetivos, algo que equivale casi a impedirles su aparición en público. Al mismo tiempo, sería un exceso que una vivencia exigiera ser tenida por verdad absoluta sin mediar su análisis crítico.

Si en la Obra se ríen de la ´mala puntería´ para dar con la verdad, a mí no me preocupa en absoluto. En todo caso, yo pensaría en la cara que ponen cada vez que damos en el blanco y se hace público por medio de esta web. Pero lo importante no es la cara que ellos pongan sino la reconstrucción y la búsqueda de la verdad.

Saludos,

E.B.E.


(de Sergio)

José Carlos, tu correo del 18-10., es un cúmulo de incoherencias:

"Para mí perseverar era una opción tremendamente abnegada"

¿Y qué esperabas? ¿No te enseñaron que se trataba de ser santos, de dejar todo por amor a Dios? Tantos años de numerario y ahora resulta que no se te podía pedir abnegación.

"Pensaba que necesitaba tener un trabajo con proyección externa (para poder cuidar de mis hermanas discapacitadas)"

¿Y tu Director no entendió algo tan simple? O mejor aún: ¿qué tiene que ver estar cerca de tus hermanas con tener un trabajo externo? ¿No podías tener un trabajo interno en España, y así poder estar cerca de tu "familia de sangre"?

"El hecho de que yo perdiera la confianza en los Directores no implica que Dios no pudiera actuar a través suyo"

¿No sabías que, en el Opus Dei, la voluntad de Dios para cada miembro le llega a través de los Directores? ¿Qué desastre de formación inicial os dan en USA?

"Pienso que la vocación en sentido amplio ahí sigue: la llamada de Jesús a la santidad y al apostolado"

Pero es que el Opus Dei no admite esa vocación en sentido amplio, mientras que todos los de esta página sí la entendemos. Para el Opus Dei, en tu caso, o eres numerario o niegas a Cristo; tú eliges. Así que, para el Opus Dei, o se equivocaron los Directores (y tú mismo) durante los años y años que fuiste numerario, o traicionaste a Dios al dejarlo (vale: lo traicionaste por tu familia y tu corazón, pero lo traicionaste, que es lo que importa).

José Carlos: ¿para qué escribes aquí? Y no es una invitación a que dejes de hacerlo, sino una simple pregunta: ¿qué es realmente lo que buscas al escribir? ¿Resolver tus dudas? ¿Entender qué te pasó? ¿Consolar a alguien? ¿Hacer proselitismo? (hacer proselitismo, ¿AQUÍ? ¿precisamente AQUÍ? ¿tú estás bien?)

Desde que empezaste a escribir, ¿ha evolucionado algo tu pensamiento acerca del Opus Dei? El contemplar tantas y tantas vidas rotas por la institución, ¿no te ha hecho entender que las cosas no son tan bonitas como se cuentan de puertas adentro? ¿Aún sigues con esas ideas infantiles acerca de "nuestra madre guapa"?

Sergio



NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, en asuntos del opus, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben. Cuando el tema al que responde el oreja es una pregunta en relación a cuestiones técnicas, sugerencias, inclusión de nuevas secciones... o le desea a alguien que sea muy feliz en otra web pero que en ésta no tiene cabida, etc., lo hace en nombre de los orejas que creamos la web, la mantenemos y la actualizamos.



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