Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

EL APÓSTOL

Punto 929. ¿La Cruz sobre tu pecho?... -Bien. Pero... la Cruz sobre tus hombros, la Cruz en tu carne, la Cruz en tu inteligencia. -Así vivirás por Cristo, con Cristo y en Cristo: solamente así serás apóstol.

Contrapunto. ¿La cruz sobre tu pecho? ¿Llevaba acaso Cristo las filacterias sobre su cabeza? La Cruz sobre tus hombros, la Cruz en tu carne, la Cruz en tu inteligencia, etc. ¿Se la puso Cristo a sí mismo? ¿No se la pusieron los otros? ¿No es precipitarse presuntuosamente llenarse el pecho de cruces? ¿No suena un poco a masoquismo? Preséntate delante de los hombres limpio de bambolla, pero sincero delante de la verdad y de la justicia, y... las cruces vendrán solas. No te preocupes por eso: sólo así serás un apóstol verdadero.


Punto 930. Alma de apóstol: primero, tú. -Ha dicho el Señor, por San Mateo: "Muchos me dirán en el día del juicio: Señor, Señor!, ¿pues no hemos profetizado en tu nombre y lanzado en tu nombre los demonios y hecho muchos milagros? Entonces yo les protestaré: jamás os he conocido por míos; apartaos de mí, operarios de la maldad". No suceda -dice San Pablo- que habiendo predicado a los otros, yo vaya a ser reprobado.

Contrapunto. El apóstol no dice ni piensa que la caridad bien entendida comienza por uno mismo. Para él no hay primero ni segundo. Comparte.


Punto 931. El genio militar de San Ignacio nos presenta al demonio que hace un llamamiento de innumerables diablos y los esparce por estados, provincias, ciudades y lugares, tras de haberles hecho "un sermón", en el que les amonesta para echar hierros y cadenas, no dejando a nadie en particular sin atadura... Me dijiste que querías ser caudillo: y... ¿para qué sirve un caudillo aherrojado?

Contrapunto. ¿Has visto alguna vez un libertador que no haya sido aherrojado y encadenado? Un caudillo libera a la vez que se libera a sí mismo. Su libertad es la garantía de la libertad de los otros. Por eso, mientras no se concentren sobre ti las iras del Mal -como le ocurrió a Cristo-, es un tanto vana toda voluntad de ser apóstol del Bien.


Punto 932. Mira: los apóstoles, con todas sus miserias patentes e innegables, eran sinceros, sencillos..., transparentes. Tú también tienes miserias patentes e innegables. -Ojalá no te falte sencillez.

Contrapunto. Los apóstoles eran insignificantes socialmente, tenían también evidentes defectos, pero eran sinceros, y por esto mismo no podían quitarse de encima el sentirse importantes por delante de cualquiera: de jueces, de reyes y de emperadores. Eran los portadores de la Alegre Noticia (Evangelio): Dios había puesto su tienda entre los hombres y estaría con ellos hasta la consumación de los siglos. Se consideraban tan importantes, que ni la amenaza de la muerte violenta los rendía.


Punto 933. Cuentan de un alma que, al decir al Señor en la oración "Jesús, te amo", oyó esta respuesta del cielo: "Obras son amores y no buenas razones". Piensa si acaso tú no mereces también ese cariñoso reproche.

Contrapunto. Decían los antiguos que de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Es cierto que tus actos de piedad son sinceros? ¿Y por qué no hablas de nada de lo que has estado oyendo y rezando en la iglesia? ¿No haces una cosa y sientes otra muy diversa dentro de tu corazón? ¿No te traiciona ese silencio tuyo sobre Dios?


Punto 934. El celo es una chifladura divina de apóstol, que te deseo, y tiene estos síntomas: hambre de tratar al Maestro; preocupación constante por las almas; perseverancia, que nada hace desfallecer.

Contrapunto. Aparta todo lo que tenga aires de chifladura. Está falseado, por muy celo religioso que parezca. El apóstol, antes que todo, es un hombre normal.


Punto 935. No te duermas sobre los laureles. -Si, humanamente hablando, esa postura es incómoda y poco gallarda, ¿qué sucederá cuando los laureles -como ahora- no sean tuyos, sino de Dios?

Contrapunto. Es bueno saborear los laureles de la victoria. Sólo así, humanamente hablando, son soportables: como compensación a las amarguras de las derrotas.


Punto 936. Al apostolado vas a someterte, a anonadarte: no a imponer tu criterio personal.

Contrapunto. Al apostolado aportas tu testimonio y tu criterio; al apostolado no vas a someterte ni a anonadarte. ¿Crees que alguien habla desde algún lugar más privilegiado que el de tu misma fe, como para someterte a él de entrada?


Punto 937. Nunca seáis hombres o mujeres de acción larga y oración corta.

Contrapunto. Nunca seáis hombres o mujeres de oraciones largas y de acciones cortas.


Punto 938. Procura vivir de tal manera que sepas, voluntariamente, privarte de la comodidad y bienestar que verías mal en los hábitos de otro hombre de Dios. Mira que eres el grano de trigo del que habla el Evangelio. -Si no te entierras y mueres, no habrá fruto.

Contrapunto. Es una necedad privarte voluntariamente de la comodidad y bienestar que se te presentan. El cristiano -apóstol- no tiene que ser esclavo de nada, ni de la misma privación. Como Cristo. Pero al mismo tiempo prescinde olímpicamente de la comodidad y del bienestar cuando la fidelidad a tu fe te exige la renuncia. Tienes que ser capaz de no echarlos en falta.


Punto 939. Sed hombres y mujeres del mundo, pero no seáis hombres o mujeres mundanos.

Contrapunto. Sed hombres y mujeres mundanos si queréis encarnar vuestra fe.


Punto 940. No olvides que la unidad es síntoma de vida: desunirse es putrefacción, señal cierta de ser un cadáver.

Contrapunto. No te dejes deslumbrar por la unidad. Hay unidades que matan. Como la unidad y la paz de los camposantos.


Punto 941. Obedecer..., camino seguro. -Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad. -Obedecer en tu apostolado..., el único camino: porque, en una obra de Dios, el espíritu ha de ser obedecer o marcharse.

Contrapunto. Obedecer... camino ambiguo. Obedecer ciegamente al superior... una sandez. Obedecer al Espíritu de Dios que resuena en tu conciencia... único camino. En una obra de Dios, si hay que obedecer a un hombre, apaga y vámonos. Todos hemos de obedecer al mismo Espíritu.


Punto 942. Ten presente, hijo mío, que no eres solamente un alma que se une a otras almas para hacer una cosa buena. Esto es mucho..., pero es poco. -Eres el Apóstol que cumple un mandato imperativo de Cristo.

Contrapunto. Lo de menos es que te sientas único cumpliendo un mandamiento de Cristo. Obsesiones como ésta las sufren muchas gentes desvariadas. Lo importante es que sintonices comunitariamente con otras personas. "Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Nuestra garantía de salvación está en nuestro sentido de fraternidad y comunión con los otros.


Punto 943. Que, tratándote, no se pueda exclamar lo que, con bastante razón, gritaba una determinada persona: "Estoy de honrados hasta aquí..." Y se tocaba en lo alto de la cabeza.

Contrapunto. Al hombre honrado se le admira. Cuesta mucho ser capaz de hablar de lo que se piensa y de hacer lo que se habla. Guillermo Rovirosa hacía coincidir esta honradez con la santidad.


Punto 944. Has de prestar Amor de Dios y celo por las almas a otros, para que éstos a su vez enciendan a muchos más que están en un tercer plano, y cada uno de los últimos a sus compañeros de profesión. Cuántas calorías espirituales necesitas! -Y qué responsabilidad tan grande si te enfrías!, y -no lo quiero pensar- qué crimen tan horroroso si dieras mal ejemplo!

Contrapunto. Un mal ejemplo dado, pero reconocido, es más eficaz a veces que un heroísmo inabordable. Podemos probar nuestro amor a Dios a través de nuestras cobardías, como Simón Pedro. Es realmente difícil no dar testimonio de nuestra fe siendo sinceros. El pecado es más patrimonio del hombre que la virtud, y a través de él hemos de sentirnos "salvados".


Punto 945. Es mala disposición oír la palabra de Dios con espíritu crítico.

Contrapunto. Es mala disposición oír la Palabra de Dios sin espíritu rigurosamente crítico. Fácilmente se cae en un pietismo desencarnado.


Punto 946. Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios -ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas- habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: habéis de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar, expiar y expiar.

Contrapunto. Si queréis entregaros a Dios en el mundo, tenéis que potenciar en primer lugar vuestra inteligencia; si no, daréis golpes en el vacío más espantoso. Y más que nadie las mujeres han de esforzarse por cultivar su saber; un montón de posibilidades se han frustrado en sus vidas por haber sido sólo sumisas servidoras de la inteligencia del varón. El varón tiene que expiar su largo pecado de explotación y de instrumentalización de la mujer, por haberla mantenido al nivel de simple objeto.


Punto 947. Te pasmaba que aprobara la falta de "uniformidad" en ese apostolado donde tú trabajas. Y te dije: Unidad y variedad. -Habéis de ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales especialísimas. -Y, también, tan conformes unos con otros como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo.

Contrapunto. Pero, ¿quién no distingue entre uniformidad y unidad o entre libertad y libertinaje? A pesar de todo, el contenido es diverso en cada caso. ¿No puede uno vestirse a veces como le place en la celda de la cárcel? Incluso, pues, en situaciones límite como ésta es posible la distinción entre uniformidad y unidad. No te impresione por tanto la dichosa frase; busca mejor su contenido para admitirlo o rechazarlo. Sólo quiero recordarte una cosa: los santos -al menos, una inmensa mayoría- se han movido en la zona del llamado "libertinaje", vistos desde la legalidad vigente.


Punto 948. Tu, hijo predilecto de Dios, siente y vive la fraternidad, pero sin familiaridades.

Contrapunto. No se puede vivir la fraternidad sin entrar en el ámbito de la familiaridad.


Punto 949. Aspirar a tener cargos en las empresas de apostolado es cosa inútil en esta vida, y para la otra Vida es un peligro. Si Dios lo quiere, ya te llamarán. -Y entonces deberás aceptar. -Pero no olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte, porque a eso has ido.

Contrapunto. Aspirar a tener cargos en las empresas de apostolado es cosa útil en esta vida y, por tanto, en la otra también. Si Dios lo quiere, ya te llamarán. Y entonces deberás aceptar, si aquellos a quienes has de servir -el pueblo, la base- te lo piden. Habrás de decir que no, si te invitan los poderosos, al margen de la voluntad popular. Cuando te hablen de democracia, fíjate bien si es de buena ley. Sólo la verdadera democracia legitima realmente el cargo delante de Dios.


Punto 950. Si piensas que al trabajar por Cristo los cargos son algo más que cargas, cuántas amarguras te esperan!

Contrapunto. No pienses que los cargos son solamente cargas. Tienen también sus satisfacciones como compensación; no satisfacciones de dinero o de bienestar, precisamente, sino mucho más profundas.


Punto 951. Hacer cabeza en una obra de apostolado es tanto como estar dispuesto a sufrirlo todo, de todos, con infinita caridad.

Contrapunto. Si como cabeza en una obra de apostolado te esfuerzas en hacer la voluntad de los que están en la base, y no la tuya propia, te ganarás la bienquerencia de todos ellos. Pero ya puedes contar con la oposición de tus superiores jerárquicos.


Punto 952. En el trabajo apostólico no se ha de perdonar la desobediencia, ni la doblez. -Ten en cuenta que sencillez no es imprudencia, ni indiscreción.

Contrapunto. En el trabajo apostólico lo primero que hay que perdonar es la desobediencia. Los santos han sido desobedientes. Y cuando veas hipocresía en tus súbditos piensa que la estás provocando tú mismo con tu autoritarismo y tu falta de comprensión.


Punto 953. Tienes obligación de pedir y sacrificarte por la persona e intenciones de "quien hace Cabeza" en tu empresa de apostolado. -Si eres remiso en el cumplimiento de este deber, me haces pensar que te falta entusiasmo por tu camino.

Contrapunto. Tienes obligación de informar y de sacrificarte, si es preciso, para que la cabeza de tu empresa de apostolado sepa bien lo que realmente sucede y puede cumplir con justicia su deber. Si eres meramente pasivo ante las órdenes emanadas de arriba, me haces pensar que te falta entusiasmo por tu camino.


Punto 954. Extrema el respeto al superior cuando te consulte y hayas de contradecir sus opiniones. -Y nunca le contradigas delante de quienes le estén sujetos, aunque no lleve razón.

Contrapunto. Extrema el respeto al superior tanto cuando acierta como cuando se equivoca, para que, cuando haya que contradecirle, pueda hacerse públicamente en medio de la comunidad, sin angustia alguna por parte de nadie. Así, su autoridad será mucho mejor entendida.


Punto 955. En tu empresa de apostolado no temas a los enemigos de fuera, por grande que sea su poder. -Este es el enemigo imponente: tu falta de "filiación" y tu falta de "fraternidad".

Contrapunto. En toda empresa de apostolado se ha de prestar primordial atención a los enemigos de fuera. Como Cristo, que con frecuencia tuvo que enfrentarse con los escribas y fariseos que destruían su obra. Jamás hizo demasiado caso de las traiciones de los de dentro.


Punto 956. Entiendo bien que te diviertan los desprecios que te hacen -aunque vengan de enemigos poderosos-, mientras sientas la unión con tu Dios y con tus hermanos de apostolado. -¿A ti, qué?

Contrapunto. Entiendo bien que no te diviertan gran cosa los desprecios que te hacen -sobre todo si vienen de enemigos poderosos-. Ver que se te echa encima la cárcel o la crucifixión no es muy agradable que digamos, por muy unido que te sientas con tu Dios y con tus hermanos de apostolado. El sudor de sangre de Jesús en Getsemaní lo muestra bien a las claras. ¿No lo crees así?


Punto 957. Con frecuencia comparo la labor de apostolado con una máquina: ruedas dentadas, émbolos, válvulas, tornillos... Pues, la caridad -tu caridad- es el lubricante.

Contrapunto. La labor de apostolado no tiene punto de comparación con una máquina, con sus ruedas dentadas, émbolos, válvulas, tornillos... No es el resultado matemático de unos cálculos bien hechos. El mundo del Espíritu se rige por una muy otra dinámica.


Punto 958. Deja ese "aire de suficiencia" que aísla de la tuya a las almas que se te acercan. -Escucha. Y habla con sencillez: sólo así crecerá en extensión y fecundidad tu trabajo de apóstol.

Contrapunto. Es importante que tengas seguridad en lo que haces y que esta seguridad se manifieste. Así, sin necesidad de hablar mucho, tu testimonio dejará huella profunda y extensa.


Punto 959. El desprecio y la persecución son benditas pruebas de la predilección divina, pero no hay prueba y señal de predilección más hermosa que ésta: pasar ocultos.

Contrapunto. ¡No seas angelical! Cuando se hace una cosa seria, es difícil pasar inadvertido mucho tiempo.

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