Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

COSAS PEQUEÑAS

Punto 813. Hacedlo todo por Amor. -Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. -La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo.

Contrapunto. La perseverancia en las cosas pequeñas, aun cuando se hagan con Amor, puede ser una pura majadería. Hay que hacer lo posible por no repetirse. Hay que progresar.


Punto 814. Un pequeño acto, hecho por Amor, cuánto vale!

Contrapunto. Un pequeño acto, hecho por Amor, puede ser una nonada. Las cosas son lo que son y no sólo la carga emocional que se les echa encima.


Punto 815. ¿Quieres de verdad ser santo? -Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces.

Contrapunto. Si quieres ser santo cumple el pequeño deber de cada día y te verás metido de golpe en medio de grandes causas. Las fidelidades -como todo en la vida- van creciendo.


Punto 816. Has errado el camino si desprecias las cosas pequeñas.

Contrapunto. Has errado el camino si desprecias las cosas grandes.


Punto 817. La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante.

Contrapunto. La santidad "grande" no está en cumplir los "deberes pequeños", sino en escalar las grandes responsabilidades a partir de las pequeñas.


Punto 818. Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas.

Contrapunto. Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas, pero no les bastan.


Punto 819. Porque fuiste "in pauca fidelis" -fiel en lo poco-, entra en el gozo de tu Señor. -Son palabras de Cristo. -"In pauca fidelis!..." -¿Desdeñarás ahora las cosas pequeñas si se promete la gloria a quienes las guardan?

Contrapunto. También los grandes heroísmos de esta vida tienen una talla insignificante vistos desde las alturas de la eternidad. Todo hombre grande, desde esta perspectiva, es un pigmeo o un niño corajudo. En el fondo todos quedamos iguales. ¿Está más cerca del Sol el que se sube a la terraza que el que anda por la calle?


Punto 820. No juzgues por la pequeñez de los comienzos: una vez me hicieron notar que no se distinguen por el tamaño las simientes que darán hierbas anuales de las que van a producir árboles centenarios.

Contrapunto. Las simientes de las grandes empresas se encuentran ya en el comienzo, cuando todo parece harto menudo. No te duermas pensando que todo es igual.


Punto 821. No me olvides que en la tierra todo lo grande ha comenzado siendo pequeño. -Lo que nace grande es monstruoso y muere.

Contrapunto. Todo comienza en el mundo, pero no todo comienza siendo pequeño.


Punto 822. Me dices: cuando se presente la ocasión de hacer algo grande... entonces! -¿Entonces? ¿Pretendes hacerme creer, y creer tú seriamente, que podrás vencer en la Olimpiada sobrenatural, sin la diaria preparación, sin entrenamiento?

Contrapunto. Con frecuencia es más fácil hacer, una cosa grande de una vez para siempre -morir martir, por ejemplo, que ser fiel a la fe en cada momento del día.


Punto 823. ¿Has visto cómo levantaron aquel edificio de grandeza imponente? -Un ladrillo, y otro. Miles. Pero, uno a uno. -Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto. -Y trozos de hierro. -Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas... ¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?... - A fuerza de cosas pequeñas!

Contrapunto. Los edificios de grandeza imponente no se hacen con añicos de cemento, con unos pocos obreros o a ratos perdidos, como se hace una triste barraca. Los grandes edificios necesitan toneladas de material, maquinaria de toda clase y centenares de obreros trabajando a la vez. Nada de creer que con ratos perdidos y con añicos se pueden hacer cosas grandes.


Punto 824. ¿No has visto en qué "pequeñeces" está el amor humano? -Pues también en "pequeñeces" está el Amor divino.

Contrapunto. El mismo amor humano no se ve ni se prueba en las pequeñeces, sino ante las grandes opciones en que nos pone la vida. Lo mismo el amor de Dios.


Punto 825. Sigue en el cumplimiento exacto de las obligaciones de ahora. -Ese trabajo -humilde, monótono, pequeño- es oración cuajada en obras que te disponen a recibir la gracia de la otra labor -grande, ancha y honda- con que sueñas.

Contrapunto. Seguir en el cumplimiento exacto de las obligaciones pequeñas te llevará fácilmente a convertirte en un simple burócrata. Entonces la tarea diaria es más una mecánica que un cálido servicio al prójimo, y puede llegar a inutilizarte para las cosas grandes.


Punto 826. Todo aquello en que intervenimos los pobrecitos hombres -hasta la santidad- es un tejido de pequeñas menudencias, que -según la rectitud de intención- pueden formar un tapiz espléndido de heroísmo o de bajeza, de virtudes o de pecados. Las gestas relatan siempre aventuras gigantescas, pero mezcladas con detalles caseros del héroe. -Ojalá tengas siempre en mucho - línea recta!- las cosas pequeñas.

Contrapunto. Las cosas salen a medida de los hombres; los mezquinos hacen mezquinerías, los valiosos maravillas. La buena intención no lo es todo a la hora de garantizar una tarea o un compromiso. No te pierdas, pues, en la hojarasca de los detalles y de las menudencias.


Punto 827. ¿Te has parado a considerar la suma enorme que pueden llegar a ser "muchos pocos"?

Contrapunto. Hacen más labor tres hombres bien avenidos, de una sola vez, que no un hombre solo en treinta mil veces. Las grandes causas no son la suma de nada; son el resultado de cálculos y combinaciones que se potencian mutuamente.


Punto 828. Ha sido dura la experiencia: no olvides la lección. -Tus grandes cobardías de ahora son -está claro- paralelas a tus pequeñas cobardías diarias. "No has podido" vencer en lo grande, "porque no quisiste" vencer en las cosas pequeñas.

Contrapunto. Te diría que no puedes dedicarte a ser fiel a las cosas pequeñas para prepararte a las grandes del día de mañana. La vida no se nos aparece tan armónica ni ordenada. El camino derecho es estar preparado desde el comienzo para cualquier gran decisión. Lo más importante puede presentarse de sopetón mezclado con un costal de insignificancias. Aprende la lección del golpe rápido e inesperado.


Punto 829. ¿No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el templo su pequeña limosna? -Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des.

Contrapunto. Tratándose de dinero te puedo asegurar que ningún rico -ni uno por excepción- igualara jamás a la viuda que hizo asomar las lágrimas a los ojos de Jesús al dejar en el cepillo del templo su óbolo. Dio de lo que necesitaba. Los ricos dan siempre una triza de lo mucho que les sobra. No te emociones nunca ante un donativo de millones. Vete a saber si las lágrimas emocionadas de Cristo no nos querían decir que sólo los que no tienen nada pueden darlo todo y darse a sí mismos por entero. El pecado no está en dar poco o mucho; el pecado está en tener demasiado.


Punto 830. No me seas... tonto: es verdad que haces el papel -a lo más- de un pequeño tornillo en esa gran empresa de Cristo. Pero, ¿sabes lo que supone que el tornillo no apriete bastante o salte de su sitio?: se aflojarán piezas de más tamaño o caerán melladas las ruedas. Se habrá entorpecido el trabajo. -Quizá se inutilizará toda la maquinaria. Qué grande cosa es ser un pequeño tornillo!

Contrapunto. No te dejes atontar con las untuosas frases que hacen te tengas en mucho, siendo un pequeño tornillo de una gran maquinaria. Tu tarea de pequeño tornillo será sólo grande si sabes cuál es tu juego dentro de la máquina y si tienes la misma participación en los beneficios del conjunto. Lo que hoy se llama cogestión. Cosa que los malos empresarios no permiten o enmascaran para burlarla mejor.

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