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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

TIBIEZA

Punto 325. Camino 325. Lucha contra esa flojedad que te hace perezoso y abandonado en tu vida espiritual. -Mira que puede ser el principio de la tibieza..., y, en frase de la Escritura, a los tibios los vomitará Dios.

Contrapunto. Este fenómeno de desgana interior que en la vida religiosa recibe el nombre de tibieza es sólo el resultado de encontramos sin ruta, de caminar a la deriva. No la maldigas. Gracias a ella podemos descubrir -como por medio del dolor físico- dónde radica el mal.
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Punto 326. Me duele ver el peligro de tibieza en que te encuentras cuando no te veo ir seriamente a la perfección dentro de tu estado. -Di conmigo: no quiero tibieza!: "confige timore tuo carnes meas!" - dame, Dios mío, un temor filial, que me haga reaccionar!

Contrapunto. Este estado de tibieza, entre el hielo y el entusiasmo, no se termina diciendo: "no quiero tibieza". Ni se reacciona por el simple temor filial. Es fruto de una contradicción interna. Quiere decir que los caminos de la fe y de la experiencia no van orientados en la misma dirección.


Punto 327. Ya sé que evitas los pecados mortales. - Quieres salvarte! -Pero no te preocupa ese continuo caer deliberadamente en pecados veniales, aunque sientes la llamada de Dios, para vencerte en cada caso. -Tu tibieza hace que tengas esa mala voluntad.

Contrapunto. La tibieza se confunde con la mala voluntad. No la hagas responsable de nada. Suele ser el resultado de un infantilismo mental religioso. Es tu desmirriadez, humana y religiosa a la vez, la causa- del desastre. ¿No ves, lelo, que te han puesto así esos melodramas morales de si es pecado mortal o venial cualquier fruslería? Vive de cara a las grandes empresas de la vida en lugar de ser un contable o un aduanero de pecados.


Punto 328. Qué poco amor de Dios tienes cuando cedes sin lucha porque no es pecado grave!

Contrapunto. No pienses que amas poco a Dios cuando caes en faltas. Es muy frecuente hacer sufrir a los que se ama.



Punto 329. Los pecados veniales hacen mucho daño al alma. -Por eso, "capite nobis vulpes parvulas, quae demoliuntur vineas", dice el Señor en el "Cantar de los Cantares": cazad las pequeñas raposas que destruyen la viña.

Contrapunto. Más que el pecado venial, lo que hace realmente daño es mantener esta división de mortales y veniales. Los que se mueven en estas coordenadas suelen colar el mosquito y pasar el camello por el coladero. La cuestión se ha de poner sobre otras bases: de fidelidad o infidelidad a la Fe. A partir de aquí, ¿ quién puede decir que una pequeña infidelidad no representa una gran traición a nosotros mismos y a Dios?


Punto 330. Qué pena me das mientras no sientas dolor de tus pecados veniales! -Porque, hasta entonces, no habrás comenzado da tener verdadera vida interior.

Contrapunto. Mientras te dediques a tener mucha pena de tus veniales, perderás de vista los que se llaman mortales y tu vida será fundamentalmente estéril. Mira hacia adelante, no hacia atrás.


Punto 331. Eres tibio si haces perezosamente y de mala gana las cosas que se refieren al Señor; si buscas con cálculo o "cuquería" el modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que en ti y en tu comodidad; si tus conversaciones son ociosas y vanas; si no aborreces el pecado venial; si obras por motivos humanos.

Contrapunto. La tibieza puede permanecer muy bien sin caer por eso en pecado venial. La tibieza no es un problema de pecados veniales deliberados. Puede no haber pecados veniales y persistir, no obstante, la tibieza. No confundas las dos cosas. Antes bien, quiere decir que estás atascado en tu camino. Andas mucho todo el día y como la gallina no te mueves del corral. Te faltan alicientes para continuar adelante. De aquí tu tibieza. Busca nuevos horizontes para volver a encontrar la línea perdida.

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