Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

POSTRIMERÍAS

Punto 734. "Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas". -Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? -Sí..., y Dios su eternidad!

Contrapunto. No seas de los que creen que la noche es mala y el día es bueno. Dios ha hecho tanto el día como la noche ambivalentes. Como la eternidad.


Punto 735. Si eres apóstol, la muerte será para ti una buena amiga que te facilita el camino.

Contrapunto. Para ningún hombre la muerte es una buena amiga. Es el momento de la gran liberación, pero... este momento es siempre crítico.


Punto 736. ¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú.

Contrapunto. Si buscas una imagen para la muerte del hombre de fe, no la busques en las hojas muertas que caen en una triste tarde de otoño. Encuéntrala en la caída del fruto maduro -el grano de trigo, la piña del pino-, que simboliza una nueva dimensión de la vida.


Punto 737. No has oído con qué tono de tristeza se lamentan los mundanos de que "cada día que pasa es morir un poco"? Pues, yo te digo: alégrate, alma de apóstol, porque cada día que pasa te aproxima a la Vida.

Contrapunto. ¿No te has encontrado con personas no religiosas, que se encaran serenamente con la muerte, con conciencia de "misión cumplida"? ¿Cómo te explicas, entonces, el miedo de muchos creyentes a la muerte?


Punto 738. A los "otros", la muerte les para y sobrecoge. -A nosotros, la muerte -la Vida- nos anima y nos impulsa. Para ellos es el fin: para nosotros, el principio.

Contrapunto. Si para los agnósticos y ateos la muerte es el fin y para los cristianos el comienzo, no es verdad que a ellos forzosamente los para y los sobrecoge y a nosotros nos anima y nos impulsa; puede ser, al contrario, que a ellos no les espante y a nosotros sí. Ya sabes por qué.


Punto 739. No tengas miedo a la muerte. -Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. -No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. - Bienvenida sea nuestra hermana la muerte!

Contrapunto. La muerte no vendrá en el tiempo, en el lugar y el modo que más convenga. Vendrá como un ladrón. El miedo a la muerte no lo produce el ateísmo ni la fe. Lo crea la falta de honradez o de fidelidad a la propia conciencia.


Punto 740. ¿Qué pieza del mundo se desquiciará si yo falto, si muero?

Contrapunto. Cuando se entierra a un cristiano no ha pasado nada -porque el mundo continúa impertérrito su marcha- y ha pasado todo -un hombre se ha liberado por fin-. ¿A que viene, pues, el color negro, el llanto y el triste doblar de las campanas? ¿Me lo quieres explicar?


Punto 741. ¿Ves cómo se deshace materialmente, en humores que apestan, el cadáver de la persona querida? -Pues, eso es un cuerpo hermoso! -Contémplalo y saca consecuencias.

Contrapunto. ¿Has visto la descomposición del cadáver de un cuerpo hermoso? ¿Y la estabilidad de una estrella? Pues la realidad es exactamente lo contrario: el "yo" de aquella persona se encuentra en expansión y la estrella camina a grandes velocidades.


Punto 742. Aquellos cuadros de Valdés Leal, con tanta carroña distinguida -obispos, calatravos- en viva podredumbre, me parece imposible que no te muevan. Pero ¿y el gemido del duque de Gandía: no más servir a señor que se me pueda morir?

Contrapunto. ¿Sabes cuál es la única manera de entrar airoso en la eternidad?: Encarnarse en alma y cuerpo en las causas caducas y contingentes de los hombres.


Punto 743. Me hablas de morir "heroicamente". -¿No crees que es más "heroico" morir inadvertido en una buena cama, como un burgués..., pero de mal de Amor?

Contrapunto. Morir de mal de Amor en una buena cama, como un burgués, es igual que creer que puede hervir una olla de agua a veinte grados bajo cero. El amor y el heroísmo ligan muy bien, pero no el amor y el espíritu burgués.


Punto 744. Tú -si eres apóstol- no has de morir. -Cambiarás de casa, y nada más.

Contrapunto. Todos cambian de casa al morir, no sólo los que van a misa. Cuando menos, el hombre es inmortal en la medida que la materia es indestructible.


Punto 745. "Ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos", rezamos en el Credo. -Ojalá no me pierdas de vista ese juicio y esa justicia y... a ese Juez.

Contrapunto. El juicio final es un antropomorfismo -una manera humana de ver las cosas-. Lo de menos es que te juzguen o no. Lo demás, lo que la vida nos dice: que de donde no hay, no mana. ¿Cómo quieres sentirte bien situado en tu metamorfosis de la muerte, si humanamente eres un desastre?


Punto 746. ¿No brilla en tu alma el deseo de que tu Padre-Dios se ponga contento cuando te tenga que juzgar?

Contrapunto. A Dios no lo hacemos infeliz con nuestro pecado. No llega a tanto nuestro poder, ni mucho menos. Dios existe, a pesar de todo.


Punto 747. Hay mucha propensión en las almas mundanas a recordar la Misericordia del Señor. -Y así se animan a seguir adelante en sus desvaríos. Es verdad que Dios Nuestro Señor es infinitamente misericordioso, pero también es infinitamente justo: y hay un juicio, y El es el Juez.

Contrapunto. Ni nos ha de ayudar a obrar mal la misericordia de Dios ni a obrar bien su justicia. La fuerza para practicar el bien la hemos de sacar de la misma verdad.


Punto 748. Anímate. -¿No sabes que dice San Pablo, a los de Corinto, que "cada uno recibirá su propio salario, a medida de su trabajo"?

Contrapunto. Dice san Pablo a los corintios: "Cada uno recibirá su propio salario a medida de su trabajo". Y Cristo a todos en la parábola de los jornaleros de la viña: "Amigo no te hago ninguna injusticia; ¿no has quedado conmigo en un denario? Quiero dar a este último igual que a ti". Para que veas que descubrir el verdadero sentido de la palabra de Dios no es cosa fácil. Cuesta tanto, al menos, como encontrar un precioso diamante en una montaña.


Punto 749. Hay infierno. -Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrullada. -Te la voy a repetir: hay infierno! Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero... y de aquel otro.

Contrapunto. ¿No ves que ninguno que quiera ser un poco serio va diciendo al oído a voz en grito el argumento del infierno para convertir a la gente? ¿No ves que las personas honestas lo son por motivos más profundos que aquel de "¡que viene el coco!"? Y esto no quiere decir que no exista el coco ¿estamos?


Punto 750. Oyeme, hombre metido en la ciencia hasta las cejas: tu ciencia no me puede negar la verdad de las actividades diabólicas. Mi Madre, la Santa Iglesia -durante muchos años: y es también una laudable devoción privada- ha hecho que los Sacerdotes al pie del altar invoquen cada día a San Miguel, "contra nequitiam et insidias diaboli" -contra la maldad y las insidias del enemigo.

Contrapunto. No abuses del argumento de las oraciones litúrgicas. He oído hablar de alguien que invocaba la oración a san Miguel que el sacerdote rezaba al pie del altar después de la misa: "contra la maldad y las insidia s del diablo". Y resulta que Roma la suprimió luego. Igual que aquella comedia de matar judíos que se inspiraba en una frase litúrgica sobre los "pérfidos judíos", que también ha quedado, gracias a Dios, borrada para siempre. Más seriedad, por favor.


Punto 751. El cielo: "ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que tiene Dios preparadas para aquellos que le aman". ¿No te empujan a luchar esas revelaciones del apóstol?

Contrapunto. "Ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que tiene Dios preparadas para aquellos que le aman". Admirable visión. ¿Y crees que merece la pena estrujarse el cerebro para saber cómo será el cielo después de este juicio tan categórico de que no podemos saber nada?


Punto 752. Siempre. - Para siempre! -Palabras manoseadas por el afán humano de prolongar -de eternizar- lo que es gustoso. Palabras mentirosas, en la tierra, donde todo se acaba.

Contrapunto. Es un error creer que la vida de ahora se acabará un día. Esta misma vida de aquí continuará allí. Sólo cambiará de vestido.


Punto 753. Esto de aquí es un continuo acabarse: aún no empieza el placer y ya se termina.

Contrapunto. ¿Quién dice que las mayores satisfacciones del hombre son los placeres sensibles que acaban recién comenzados? Aquí en la Tierra -y en la Luna- hay unos valores profundos que dan la felicidad y que no terminan: son los que provienen de "saber" amar.

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