Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

LA VOLUNTAD DE DIOS

Punto 754. Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: "qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum" -el que hace la voluntad de mi Padre..., ése entrará!

Contrapunto. No hay llave mágica alguna que nos abra con seguridad la puerta del Reino. Ni siquiera la frase "cumplo la voluntad de Dios". Porque... ¿quién puede asegurarnos que la está cumpliendo? Así de inseguro es el hombre sobre la Tierra.


Punto 755. De que tú y yo nos portemos como Dios quiere -no lo olvides- dependen muchas cosas grandes.

Contrapunto. Si tú y yo nos portamos como Dios quiere, no cambiará por eso el rumbo de la vida. Seguiremos su aventura. ¿Recuerdas aquellos justos de Nínive?


Punto 756. Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad. Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel. No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. -Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.

Contrapunto. Es demasiado cómodo creer que nuestra tarea consiste solamente en ponernos en las manos de Dios para nuestra perfección. No somos la piedra o el sillar y Él el artista que hace la obra. Somos, más bien, el conductor y el coche, y Él el punto de mira y el final del trayecto. Pero el destino de nuestras vidas está en nuestras manos.


Punto 757. ¿Resignación?... ¿Conformidad?... Querer la Voluntad de Dios!

Contrapunto. ¿Resignación...? ¿Rebeldía...? ¡Voluntad de Dios! No es tan fácil, hombre. Si no, ¿por qué nos dice Cristo que tengamos siempre presente en la oración la voluntad de Dios?


Punto 758. La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. -Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.

Contrapunto. La aceptación rendida de la voluntad de Dios no trae necesariamente el gozo y la paz, sino el espíritu de alerta, la constante inquietud. Por eso los que dicen haber encontrado la voluntad de Dios de una vez para siempre no saben lo que dicen ni lo que hacen. De veras.


Punto 759. Paz, paz!, me dices. -La paz es... para los hombres de "buena" voluntad.

Contrapunto. Los hombres gritan "¡paz, paz! ". Pero la paz es más un deseo a llevar a cabo a largo término que un objetivo al alcance de la mano. Quien más la desea es un hombre de buena voluntad... porque no la tiene, pero la presiente en su interior.


Punto 760. Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: "Dominus regit me, et nihil mihi deerit" -el Señor me gobierna, nada me faltará. ¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?

Contrapunto. Debe de ser cierto que cuando el espíritu de Dios gobierna y dirige nuestros actos sentimos una gran satisfacción. Pero no deja de inquietarnos, porque, ¿quién nos asegura que estamos acertando? Hemos de rechazar como una tentación el trasplantar el Cielo a la Tierra.


Punto 761. Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: "Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido".

Contrapunto. Se trata menos de sujetarnos pasivamente a la voluntad de Dios que de hacer coincidir nuestras voluntades con la suya. No podemos perder de vista que somos libres y hemos de hacer todo lo posible para serlo de veras, también en nuestra vida religiosa.


Punto 762. Acto de identificación con la Voluntad de Dios: ¿Lo quieres, Señor?... Yo también lo quiero!

Contrapunto. Identificar nuestra voluntad con la voluntad de Dios no es un problema de mera decisión personal. Sobre todo cuando algunos jerarcas creen tener la exclusiva y persiguen a los que la predican también "de contrabando" y... más al alcance de la gente.


Punto 763. No dudes: deja que salga del corazón a los labios un "Fiat" - hágase!... -que sea la coronación del sacrificio.

Contrapunto. Cuando has dicho tu "sí" -"fiat"-, no estás ni a la mitad del camino. La principal tarea consiste en saber lo que has de hacer. Y no creas que -como a María- Dios nos va a enviar un ángel a cada momento.


Punto 764. Cuanto más cerca está de Dios el apóstol, se siente más universal: se agranda el corazón para que quepan todos y todo en los deseos de poner el universo a los pies de Jesús.

Contrapunto. Si quieres ser hombre universal, concreta tu compromiso entre los hombres. Huye de los universalismos -catolicismos- abstractos, que disimulan su vaciedad diciendo que se encuentran muy cerca de Dios. Dios es tu prójimo; fíjate si lo tienes cerca.


Punto 765. Más quiero tu Voluntad, Dios mío, que no cumpliéndola -si pudiera ser tal disparate-, la misma gloria.

Contrapunto. Es un disparate descomunal querer los medios pero rechazar el fin. Estos sin sentidos sólo se pueden decir en medio de ciertas "sublimaciones" religiosas. Una vez lo leí en un maestro espiritual: "más quiero tu Voluntad, Dios mío, que, no cumpliéndola, la misma gloria".


Punto 766. El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. -Di, pues: "meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus" -mi alimento es hacer su Voluntad.

Contrapunto. El abandono en la voluntad de Dios ha sido una de las fórmulas más corrientes de conseguir que los estúpidos trabajen por una causa que no es la suya.


Punto 767. Ese abandono es precisamente la condición que te hace falta para no perder en lo sucesivo tu paz.

Contrapunto. Hay que revisar este abandono, si quieres despejar la anulación en que te encuentras situado.


Punto 768. El "gaudium cum pace" -la alegría y la paz- es fruto seguro y sabroso del abandono.

Contrapunto. Dijo un día un "abandonado", en la voluntad de... "ya no necesito nada". Fue justamente cuando acababan de robarle todo, hasta su dignidad. A esto lo llamaban paz. Era la del cementerio.


Punto 769. La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo.

Contrapunto. La indiferencia es saberse interesar por todo lo que vale la pena. Y basta. En algún momento y en algún sentido por todo y por todos.


Punto 770. No eres menos feliz porque te falta que si te sobrara.

Contrapunto. No pienses en términos de felicidad en esta vida; a los que podrían ser felices -los justos- los degüellan.


Punto 771. Dios exalta a quienes cumplen su Voluntad en lo mismo en que los humilló.

Contrapunto. Los que cumplen la voluntad de los grandes señores, hasta las más grandes humillaciones -como los perros falderos que lamen al amo que les atiza-, reciben como compensación honores exaltantes de títere, por haber demostrado su fidelidad más allá de la indecencia. Pero el comportamiento de Dios no tiene nada que ver con el de los ricachones con sus sirvientes.


Punto 772. Pregúntate muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo hacer?

Contrapunto. "¿Hago en este momento lo que debo hacer?", es una pregunta correcta a condición de que lo sea el punto de referencia. Si este punto es el que está mandado, sólo porque está mandado, habrá que decir que tienes la brújula estropeada.


Punto 773. Jesús, lo que tú "quieras"... yo lo amo.

Contrapunto. Ama lo que tu conciencia te dicta y harás así lo que Dios quiere realmente de ti.


Punto 774. Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.

Contrapunto. Los escalones que nos acercan a Dios no son las buenas intenciones, sino las fidelidades reales. Las buenas intenciones se cotizan cada día menos. Hay que "saber llevarlas a cabo".


Punto 775. Señor, si es tu Voluntad, haz de mi pobre carne un Crucifijo.

Contrapunto. Señor, Tú no mandas amar la cruz; no eres precisamente un sádico. Sé que Tú "quieres misericordia y no sacrificio".


Punto 776. No caigas en un círculo vicioso: tú piensas: cuando se arregle esto así o del otro modo seré muy generoso con mi Dios. ¿Acaso Jesús no está esperando que seas generoso sin reservas para arreglar El las cosas mejor de lo que imaginas? Propósito firme, lógica consecuencia: en cada instante de cada día trataré de cumplir con generosidad la Voluntad de Dios.

Contrapunto. Hay quien se siente el más feliz del mundo y lo cree resultado de la voluntad de Dios; y quien busca cumplir la voluntad de Dios porque pretende alcanzar la felicidad, como si la suerte o la desgracia ratificasen la buena o la mala conducta. Aún no han aprendido que a los justos los liquidan, y los malandrines y follones campan por sus respetos, porque explotan, subyugan y asesinan.


Punto 777. Tu propia voluntad, tu propio juicio: eso es lo que te inquieta.

Contrapunto. Lo que inquieta a mucha gente es no tener voluntad propia.


Punto 778. Es cuestión de segundos... Piensa antes de comenzar cualquier negocio: ¿Qué quiere Dios de mí en este asunto? Y, con la gracia divina, hazlo!

Contrapunto. Cuando algún maestro espiritual, al exponer un ejemplo de reflexión sobre la voluntad de Dios, piensa en seguida en un negocio cualquiera, ten por seguro que no se dirige a ti, hombre explotado, hombre de la calle. Debe de estar justificando religiosamente el pensamiento y la actitud de tus enemigos, de los que apilan cuartos con tu sudor y tu sangre.

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